La oposición a Budapest 2024 impulsa a una nueva fuerza política húngara
La rotunda oposición a que Budapest acoja en 2024 los Juegos Olímpicos ha sido el trampolín que ha colocado a un movimiento ciudadano en el mapa político húngaro como posible nuevo rival del Gobierno conservador del primer ministro, Viktor Orbán.Marcelo Nagy
Bajo el lema "NOlimpia", el grupo Momentum ha logrado reunir en un mes 120.000 firmas para forzar la convocatoria de un referendo en el que los vecinos de la ciudad decidan si quieren la cita olímpica.
El objetivo es llegar hasta mañana viernes a 200.000, para tener la seguridad de que se supera el umbral de los apoyos necesarios, actualmente 138.000, pero que los impulsores de la candidatura olímpica, apoyada por el Gobierno central y el Ayuntamiento, podrían tratar de elevar a última hora.
"¿Está de acuerdo con que el Ayuntamiento de Budapest retire su candidatura para organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano de 2024?" es la pregunta que esperan poder plantear a los vecinos de Budapest.
Para Momentum, la celebración de los Juegos sólo dejaría deudas y corrupción.
El movimiento asegura que el coste se dispararía hasta los 4.900 millones de euros (5.200 millones de dólares), aproximadamente un 4 por ciento del PIB del país, y provocaría que el país quedará endeudado durante décadas. El cálculo del Gobierno es de 2.500 millones de euros.
"Circo para el pueblo y pan para los amigos", es uno de los eslóganes de Momentum, en referencia a su sospecha de que las obras acabarían en manos de empresas cercanas al Gobierno.
Momentum asegura que ni Hungría ni Budapest están preparados para afrontar este reto y que la prioridad debería ser solucionar los graves problemas en la educación, la sanidad o la vivienda.
Pero más allá de la oposición a los Juegos, Momentum, surgido hace dos años de grupos universitarios, denuncia que el proyecto es sólo un ejemplo del autoritarismo de Orbán.
"Muestra muy bien cuál es el problema hoy en Hungría: Que el Gobierno quiere imponer algo a la fuerza", asegura a Efe Barnabás Kádár, jefe de campaña del Momentum.
Kádár asegura que el Fidesz, el partido de Orbán que gobierna con mayoría absoluta desde 2010, "sólo entiende la fuerza", y que la polémica sobre los Juegos Olímpicos puede lograr una movilización masiva que muestre esa fuerza.
"Queremos movilizar a los pasivos y a todos aquellos que se desilusionaron con sus partidos" afirma el jefe de campaña.
Una movilización que Momemtum quiere mantener en el futuro. El movimiento asegura que, tras el referéndum, se registrará como partido para presentarse a las elecciones generales de 2018.
Kádár afirma que el movimiento se sitúa "fuera de la coordinadas izquierda-derecha" y que aspira a atraer a todos los votantes.
El líder del movimiento, Andras Fekete-Györ, ha llegado a declarar que lo que quiere es acabar con la actual forma de hacer política y critica a las "elites".
"Una nueva generación política está naciendo. No sólo queremos acabar con el primer ministro Viktor Orbán, sino con toda la elite política", manifestó recientemente.
De momento, el movimiento no tiene programa político definido, aunque Kádár asegura que Momentum es europeísta, aunque considera que la Unión Europea ha cometido errores, por ejemplo en migración.
En ese sentido, pide una mayor vigilancia de las fronteras para que la entrada de refugiados no sea descontrolado, y que haya una postura común comunitaria al respecto.
Políticos e intelectuales de izquierda han denunciado que Momentum critique por igual a anteriores Gobiernos socialdemócratas y a Orbán, que ha aplicado políticas durísimas contra los refugiados y mantiene un discurso nacionalista, euroescéptico y antiliberal.