PyeongChang albergará segunda cita olímpica en Corea después de la de Seúl'88

Adrian R. HuberPyeongChang (Corea), 6 feb .- PyeongChang, donde el próximo viernes se inaugurará la vigésima tercera edición de los Juegos de invierno, albergará, por segunda vez en la historia, una cita olímpica en Corea del Sur, que hace exactamente treinta años, en 1988, organizó los de verano en su capital, Seúl.
Seúl fue en aquel momento la sede de los segundos Juegos Olímpicos de verano en Asia, después de los de Tokio en 1964; y los terceros en general en ese continente, en el que Sapporo, asimismo en Japón, había organizado la cita invernal de 1972. En la que España logró el que, hasta el momento, es su único oro olímpico de invierno, el que obtuvo en el eslalon de esquí alpino Francisco Fernández Ochoa, el inmortal 'Paquito', fallecido a los 56 años en 2006 a causa de un cáncer.
La capital de Corea del Sur fue elegida por el Comité Olímpico Internacional (COI) como sede del 88, en detrimento de la japonesa Nagoya; y albergó unos Juegos cuya prueba más esperada fue la de los 100 metros lisos. En la que el canadiense Ben Johnson derrotó al gran dominador de esos años, el estadounidense Carl Lewis -que ganó la longitud-, al que poco después tuvo que 'devolver' la medalla de oro, por haber dado positivo en esa carrera, en uno de los mayores escándalos deportivos vinculados al olimpismo.
Seúl organizó los primeros Juegos 'sin boicot', después de los dos anteriores: los de Moscú'80, en los que no participó Estados Unidos; y los de Los Ángeles'84, en Estados Unidos, cuatro años después, en los últimos años de la 'Guerra Fría'. A los que no acudió ni la Unión Soviética, ni ninguno de sus 'países satélite' dentro del entonces llamado bloque comunista, a excepción de Rumanía.
Estados Unidos había decidido no acudir a Moscú en 1980 como protesta por la invasión soviética de Afganistán; y como consecuencia de ello, ni la Unión Soviética, ni ninguno de sus aliados -salvo la Rumanía de Nicolae Ceaucescu- compitió en Los Ángeles.
La germana Kristin Otto fue la gran triunfadora de los Juegos de Seúl, al ganar para la también extinta República Democrática de Alemania (RDA: DDR, en alemán) seis medallas de oro en natación. La campeona de Leipzig, reciclada tras su retirada en una de las grandes estrellas del periodismo deportivo en televisión, ganó los 50 y 100 libres, los 100 mariposa y los 100 espalda; y capturó otros dos oros en los relevos 4 x 100 libres y 4 x 100 estilos.
La gesta de Kristin Otto se aproximaba en esos momentos a la que había logrado dieciséis años antes en su país otro nadador, el estadounidense Mark Spitz, séptuple campeón olímpico en los Juegos de Múnich'72.
En la natación de los Juegos de Seúl también brilló el estadounidense Matt Biondi, que ganó una medalla más que Otto, aunque 'sólo' cinco de oro: las de 50 y 100 libres, más las de los tres relevos -4 x 100 y 4 x 200 libres; y 4 x 100 estilos-.
Biondi también ganó plata en 100 mariposa -perdió el oro por una centésima, al deslizarse, en lugar de efectuar una última brazada- y bronce en 200 libres.
En Seúl'88 brilló la atleta estadounidense Florence Griffith, que ganó tres oros, en 100 y 200 libres; y en el relevo 4 x 100. Griffith, fallecida diez años después, a los 39 -y cuyos récords mundiales nunca dejaron de estar exentos de sospecha-, también capturó una plata en la capital surcoreana, la del relevo 4 x 400.
El ruso Vladimir Artemov contribuyó, con sus cuatro oros en gimnasia artística -en general individual, barra, paralelas y por equipos- al último triunfo en un medallero de la Unión Soviética, primera en el de esos Juegos, por delante de la también desaparecida República Democrática Alemana (RDA).
España ganó cuatro medallas en los Juegos de Seúl, de ellas el oro que capturó en vela, en la clase Finn, José Luis Doreste. Los tenistas Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal ganaron plata en dobles; mientras que el nadador Sergio López (en 200 braza) y Jorge Guardiola, en tiro ('skeet') se colgaron al pecho sendos bronces.
La cita olímpica de Seúl fue el primer gran evento deportivo internacional que albergó Corea del Sur, catorce años antes de organizar, junto a Japón, el Mundial de fútbol de 2002; en el que Brasil -encabezado por el genial Ronaldo Nazario de Lima- le ganó la final a Alemania (2-0). Y en el que la anfitriona llegó a la semifinal tras eliminar en cuartos a España, en un partido en el que adquirió negativa notoriedad el árbitro egipcio Gamal Al-Ghandour.
Y con anterioridad a estos Juegos de PyeongChang, que serán inaugurados el próximo viernes, Corea del Sur también albergó los Mundiales de atletismo de 2011, en Daegu. En los que el jamaicano Usain Bolt, el mejor velocista de todos los tiempos, no firmó uno de sus habituales 'tripletes' porque fue descalificado en los 100 lisos. Debido una salida en falso, provocada, según el principal interesado, "por la ansiedad".
Bolt -junto a Bob Marley el jamaicano más universal- se conformó con ganar el 200 y el relevo 4 x 100, en el que en Daegu batió en ese momento el récord mundial (37 segundos y cuatro centésimas) junto a Nesta Carter, Michael Frater y Yohan Blake. Los mismos actores que lo mejoraron de nuevo en los Juegos de Londres, en 2012, dejándolo en 36,84: la actual plusmarca mundial del relevo corto en atletismo.