Javier Pérez Polo no pudo evitar una nueva decepción para el taekwondo español en los Juegos Olímpicos superado, en la puja por el bronce en la categoría de -68 kilos, por el brasileño Edival Pontes, que tras perder en la primera ronda, en los octavos de final, aprovechó una repesca para encontrarse en el podio.
La buena jornada del madrileño, que se situó a orillas del éxito que no lograron el miércoles ni Adriana Cerezo ni Adrián Vicente, se frustró al final, cuando todo estaba de su lado. Había ganado lo que tenía que ganar y había perdido solo un duelo, ante el campeón olímpico, el uzbeko Ulubek Rashitov, en semifinales.
El discreto arranque en el torneo del brasileño y el esfuerzo que tuvo que hacer en el tramo final de la jornada aventuraban un panorama estupendo para el madrileño. Nunca iba a tener tan cerca la ocasión de un brillo olímpico como aquí en París. Duodécimo en Tokio 2020, ya había escalado puestos, estaba al lado de su objetivo.
La octava medalla olímppica en taekwondo para España va a tener que esperar. Queda solo la opción de Cecilia Castro, su pareja, que entrará en acción el próximo viernes. sigue con una asignatura pendiente el taekwondo con el medallero. Fue a última hora, en el penúltimo combate de la categoría de -68 kilos, como telonero de la final que disputaron su verdugo, el uzbeko Ulugbek Rashitov y el jordano Zaid Kareem, cuando el madrileño de 27 años se quedó en puertas de su sueño.
Se quedó sin el metal en un duro combate ante un rival inesperado, el brasileño Edival Pontes que ganó su oportunidad desde la repesca y después de imponerse, en el primer choque del repechaje al turco Hakan Recber. De estar fuera a la primera, a quedar a un paso del premio, el sudamericano no desperdició su ocasión. No falló. Ganó 2-1 al español.