Siete años del accidente de Schumacher, el ídolo eterno de la Fórmula 1
La familia Schumacher vive momentos encontrados. Mientras Mick se prepara para su desembarco en la Fórmula 1 de la mano del equipo alemán Haas, Michael sigue con un precario estado de salud. Se cumplen estos días siete años del accidente que le cambió la vida al Kaiser. El ídolo eterno de la Fórmula 1, que le sigue rindiendo tributo al heptacampeón del mundo alemán cada vez que puede. Retirado de la vida pública desde el accidente de esquí que sufrió en 2013, muy poco trasciende del estado concreto en el que se encuentra Schumacher.
"Michael está siempre en mis pensamientos. Pero tengo un respeto absoluto por la decisión de su familia", afirmó el exjefe de Ferrari, Luca di Montezemolo, en la edición del martes del popular diario Bild. Alude con ello a la estricta norma de la discreción impuesta por los Schumacher en torno a la situación del expiloto en su chalet de Gland (Suiza). Apenas recibe visitas, fuera de las que puntualmente hace el jefe de la FIA y exdirector deportivo en Ferrari, Jean Todt, quien a veces se ha referido a esos encuentros, sin dar detalles sobre su estado.
Montezemolo dirigió Ferrari desde 1991 a 2014, periodo en que la escudería italiana logró 19 títulos mundiales de Fórmula 1 gracias a Niki Lauda, Kimi Räikkönen y Schumacher. "Los tiempos con Michael fueron especiales", afirma, para añadir que suele rezar por él, pese a que no le ha visitado desde el accidente en Méribel, en los Alpes franceses. La familia Schumacher sigue guardando celosamente la norma de la discreción.
Mientras, su hijo Mick se prepara para las inevitables comparaciones: "Me parece bien, no me molesta". A sus 21 años, el piloto de Haas no sorprende al decir que "mi padre es para mí el más grande". Las comparaciones con Lewis Hamilton son también inevitables, pues ambos son los que más títulos de Fórmula 1 tienen: siete. Para muchos, el carisma de Schumacher es inigualable. El Kaiser logró el Mundial en 1994 y 1995 con Bennetton y luego cinco con Ferrari desde 2000 hasta 2004.
Son ya siete años desde el accidente del 29 de diciembre de 2013 en esa estación invernal de los Alpes franceses. Por entonces llevaba varios años retirado de la Fórmula 1. El piloto que tantos accidentes había superado en los circuitos quedó al borde de la muerte en una pista de esquí, su otra pasión deportiva. Su ingreso en una clínica de Grenoble, con politraumatismo craneoencefálico, desplegó un circo mediático que puso a prueba la paciencia de los responsables del centro médico y la capacidad de gestionar los ánimos en una familia emocionalmente al límite.
Michael despertó del coma inducido en que había ingresado a los seis meses del accidente. De la clínica de Grenoble se le trasladó a un centro de rehabilitación en Lausana (Suiza) y, de ahí, al chalet de Gland, acondicionado debidamente para su atención, entre equipos de médicos, auxiliares y fisioterapeutas. Siete años después, Corinna, quien se casó con Michael en 1995 y es madre de sus dos hijos -Gina Maria y Mick-, sigue representándole en actos benéficos y otros eventos. El último de ellos, la gala de la FIA, en diciembre, en la que se proclamó a Hamilton piloto del año, mientras la esposa de Michael recibía un premio honorífico, otro más, en nombre de su marido.