Carlos Sainz y cómo ha pesado el apellido de su padre en su carrera: “Tenían más ganas de ganarme”

Carlos Sainz es uno de los pocos pilotos de Fórmula 1 que han conseguido destronar al imbatible Max Verstappen en estos últimos años. El piloto madrileño está demostrando su mejor nivel justo después de que le comunicaran a principio de temporada que iba a ser sustituido por Lewis Hamilton en Ferrari. Una noticia que ha hecho que Carlos desate su mejor nivel y ahora mismo se encuentra incluso por delante de Checo Pérez o el propio Lewis Hamilton.

Lo más duro de sus inicios en el mundo del motor

Pero no siempre ha sido así de fácil para Carlos Sainz. Durante un tiempo tuvo que aguantar un trato diferente solo por ser hijo de uno de los pilotos más relevantes de nuestro país. “Creía que era amigo de todos”, comenta el piloto de Ferrari en una entrevista en el podcast de Nude Project, y luego se dio cuenta de que la competitividad lo era todo en un mundo en el que los pilotos compiten solo por sus éxitos.

“Yo me acuerdo de un consejo, que a mí me cambió un poco la vida, porque yo siempre he sido un chaval un poco inocente y de pequeño pecaba de inocente bueno. Yo creía que era amigo de todos, que a todos les caía bien y el mundo del motor es un mundo muy cabrón. A los 10-11 años, iba a las carreras de karts, yo chavales, de 11, 12, 13 años, yo me creía que era amigo de todos", afirma Carlos.

“Y me daban una cera... no sé si era por ser el hijo de Carlos Sainz, tenían más ganas de ganarme, que en cierto modo lo entiendo, porque a esa edad estás intentando destacar, pues igual sus padres le dirían que era el hijo de Carlos Sainz y que iban a estar mirándole, y si ganas al hijo de Carlos Sainz, es que eres muy bueno, o puedes destacar más todavía, y me daban una cera... me daban por detrás, me sacaban de la pista, no podía ganar", añade sobre los problemas que ha tenido por ser hijo de un Campeón del Mundo de Rallie y de Dakar.

El consejo que le sirvió a Carlos Sainz para triunfar en la F1

Precisamente fue su padre el que le dio el consejo que más le ha servido en un mundo tan hostil como el automovilismo. "Un día me sentó mi padre y me dijo, ‘Carlos, la vida es muy cabrona y más en este deporte, o muerdes o te muerden, y ahora mismo, te están mordiendo, te están haciendo la vida difícil. Sé que eres buen chaval, que te gusta ser amigo de todos, hacer amigos, jugar al fútbol con otros pilotos, pero aquí, o muerdes o te muerden y cuando te pongas ese casco, asegúrate que eres el que muerde’", asegura que le dijo su padre.

"Me costó un tiempo cambiar el chip de ser el chaval bueno, a ser el que ‘si te tengo que sacar de pista, te voy a sacar’. No por ser el hijo de y tener el miedo de que se diga que soy un guarro en pista, que igual tenía ese miedo que todos me miraban más y piensen que el hijo de Carlos Sainz es un guarro. Tienes muchos mini complejos, sabes que muchos te están mirando por ser hijo de, igual tienes mucho más cuidado", sentencia. Una prueba de por qué ha conseguido convertirse en uno de los mejores 20 pilotos del mundo para asegurarse un asiento en la mejor competición del planeta.