Rusia repartirá su vacuna contra el coronavirus la próxima semana y la OMS pide cautela
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reaccionó este martes con cautela al anuncio por parte de científicos de Rusia de que una vacuna contra el coronavirus está ya casi lista para ser inoculada a la población general, y recordó que deben cumplirse todas las fases de testeo antes de que se conceda una licencia.
"Hay actualmente cientos de vacunas (contra la COVID-19) en proceso de prueba, y deben cumplir las guías y regulaciones para proceder de forma segura", destacó al respecto el portavoz de la OMS Christian Lindmeier en rueda de prensa.
El portavoz afirmó que en ocasiones "se reportan hallazgos que luego tardan en pasar por todas las fases necesarias" antes de poder aplicarse de forma general.
Our message to governments and people is clear:
-Test, isolate & treat #COVID19 patients, trace & quarantine their contacts; inform, empower & listen to communities
-Keep physical distance, wear a mask, clean hands regularly & cough safely away from others
Do it all! pic.twitter.com/cbVwuOj7Tf
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) August 3, 2020
El ministro ruso de Sanidad, Mijaíl Murashko, anunció el 1 de agosto que el Centro Nacional de Investigaciones Epidemiológicas y Microbiología Gamalei había concluido sus pruebas para una vacuna contra el coronavirus causante de la COVID-19, por lo que ha comenzado la etapa de registro del fármaco.
Según el titular de Sanidad, los médicos y los docentes serán los primeros en recibir esta vacuna, y está previsto que a partir del próximo 10 de agosto sea enviada a las distintas regiones rusas, donde se llevaría a cabo una campaña de vacunación más amplia a partir de octubre.
La investigación de vacunas suele requerir al menos tres fases de varios meses de duración (en los que se inoculan a comunidades cada vez más grandes en busca de posibles efectos secundarios), un proceso que suele durar años.
La OMS vaticinó que se tardaría al menos año y medio en hallar una vacuna contra la COVID-19, aunque los rápidos avances en laboratorios de países como Rusia, EEUU, China o Reino Unido han alimentado la esperanza de que ese tiempo se acelere, ante una pandemia que está lejos de remitir.