Patricia Sarrapio, la 'profe' del triple salto que sueña con dar su última clase en Tokio

Hay ocasiones en las que los deportistas, antes de retirarse, ya son leyenda viva. Largas carreras plagadas de éxitos, de objetivos superados y de nunca tirar la toalla. Una de ellas es Patricia Sarrapio. Tras casi 30 participaciones en campeonatos de España, la atleta de triple salto se une a ElDesmarque e Iberdrola para enseñarnos, como buena maestra que es, que la veteranía es un grado y que #EllasValenOro.

Esta madrileña se encuentra ya cerca del final de su carrera deportiva. Su idea era retirarse de la alta competición tras los Juegos Olímpicos de Tokio, sus terceros consecutivos, cerca de cumplir los 38 años de edad y tras casi tres décadas en la élite. Pero la pandemia, que ha causado el aplazamiento de las Olimpiadas hasta 2021, ha provocado que la retirada de Patricia también se aleje un poco más. Lejos de contrariarla, a la atleta le llena de ilusión, de ganas y de ímpetu. A pesar de que ya tenía planteado el 2021 desde otra perspectiva, buscar su plaza en sus terceros y últimos Juegos para poner el broche de oro a su trayecto deportivo es una oportunidad que no se puede dejar escapar.

"Tienes una balanza y sopesas si te merece la pena seguir y cumplir tu sueño. Después de hablar con mi entrenador, consideramos que ese es mi sueño y decidimos aplazar todos los proyectos que estaban ya encaminados durante unos meses, me compensa por cumplir nuestro objetivo. Todo eso queda en un segundo plano y voy a intentar llegar a los Juegos", afirma con convicción y confianza Patricia. Toda una declaración de intenciones.

Sin embargo, se considera realista en cuanto a marcarse algún objetivo en el desarrollo de la competición en Tokio: "Me gusta soñar con los pies en la tierra. Mi objetivo a día de hoy, que no tengo la mínima, es hacerla y llegar. ¿Me basta con ir? No. Trabajamos por unos objetivos y una vez que lo cumples, te pones uno mayor. Quiero ir y rendir, no me vale ir por ir. Si consigo llegar, allí tendré otro objetivo: estar en mi mejor estado de forma y rendir lo mejor que pueda. No me gusta hablar de un resultado como tal, sino de un rendimiento".

A Patricia todavía le queda alcanzar la mínima para poder meterse entre las 32 mujeres elegidas para competir en triple salto en la capital de Japón. Y, para ello, tras el parón de competiciones por el coronavirus, espera que todo se retome en diciembre, como está previsto: "Ahí volvemos a tener la oportunidad de hacer la mínima o de competir para sumar puntos", recuerda.

En cuanto a la posibilidad de que se celebren a puerta cerrada, la madrileña reconoce que será difícil para los deportistas: "Las competiciones sin público te restan sacar al deportista al 100%. Conectas con el público. Te da palmas, te anima y es un factor importante".

El elixir de la eterna juventud de Patricia Sarrapio

Cuando a Patricia le preguntan por el secreto de su longevidad como deportista, la madrileña se ríe y confiesa que no sabría qué decir exactamente. Quizá esta saltadora guarde un frasquito con el elixir de la eterna juventud o la piedra filosofal... o quizá, simplemente, "algo de capacidades o cualidades físicas tendré para que las lesiones me hayan respetado", como ella misma dice. Aunque guarda un as en la manga: "Por un lado, las lesiones no me han frenado y por otro, no he perdido la ilusión ni las ganas de seguir aprendiendo y mejorando".

Asimismo, explica que aunque el triple salto sea uno de los deportes que más castiga las articulaciones, ella no ha sufrido ninguna lesión grave. "Tengo una vértebra fracturada, que, si no hacemos los protocolos de fortalecimiento, seguramente me traería más problemas, pero a día de hoy lo tengo controlado", asegura. "Espero que no me retire una lesión".

En esa tesitura de estar viviendo una extensa carrera deportiva, el pasado mes de noviembre, Patricia vivió en Doha el que sería su último campeonato del mundo. Y, aunque no es proclive a sacar a relucir sus emociones, no pudo evitar que afloraran al finalizar la última prueba: "Cuando voy a las competiciones intento dejar en casa o aletargado el tema de emociones y sentimientos, que no afloren. Pero cuando acabé la prueba, muy a mi pesar, afloraron. Era mi último campeonato del mundo al aire libre... pero pensaba en el futuro, en el Europeo en pista cubierta en París, en los JJ. OO. Era un punto y aparte pero no un punto final".

¿Y cómo se imagina Patricia Sarrapio el momento de su retirada, cuando el deporte de alta competición ya no forme parte de su vida diaria? La atleta lo tiene claro: "Soy muy fantástica y me imagino mi vida como quiero que sea, y para ello igual que ahora como atleta hago visualización de mi salto perfecto, también visualizo cómo quiero que sea mi vida a partir de este punto final. Luego igual no lo cumplo, pero… ", reconoce.

Y es que cabe esperar que a una deportista que ha participado en casi una treintena de campeonatos nacionales -siendo campeona en once de ellos-, en dos Juegos Olímpicos (Londres 2012 y Río 2016), en tres campeonatos mundiales y en once europeos, tanto al aire libre como en pista cubierta, ya no le queden muchos sueños por cumplir. Pero todo lo contrario: Patricia Sarrapio siempre tiene un objetivo en mente. "Siempre hay sueños. Cuando comencé en todo esto siendo muy pequeña siempre decía que mi sueño era ir a unos Juegos. Y cuando lo consigues, te planteas: ‘¿Qué hago después?’. Siempre hay una competición a la que te gustaría ir o a la que quieres volver a ir para rendir mejor. Mi sueño es retirarme teniendo la conciencia tranquila de haber dado el 100% de mis capacidades. Cualquier deportista puede avanzar y mejorar y buscar sueños", confiesa.

Un futuro en las aulas

El triple salto eligió a Patricia y no al contrario. Ella empezó con las vallas, que se le daban bastante bien. Pero el destino quiso que en una competición no la inscribieran en su prueba y sí en el triple salto y, para sorpresa propia y de todos los presentes, la atleta batió el récord de España. "Si en aquel momento me hubiesen dado a elegir, aun habiendo hecho récord de España, me hubiese quedado con las vallas", exclama entre risas.

Además, Patricia tiene otra pasión. Es maestra de Primaria por vocación y su futuro se encuentra dentro de un aula. También dedica parte de su tiempo libre a entrenar a jóvenes atletas, aunque tiene claro que prefiere la educación. "A mí me llena mucho y es mi proyecto cuando me retire. Estar en el aula, el contacto con los niños... eres como un referente. Son edades tempranas y la persona que les da clases les marca muchas veces", indica.

"La faceta de entrenadora me gusta, la disfruto y creo que en algunos aspectos me desenvuelvo muy bien, pero lo que me llena al final es el aula más que ser entrenadora, porque a día de hoy no soy capaz de separar la faceta de entrenadora de la de atleta. Y muchas veces espero que entrenen o hagan un ejercicio de la misma manera que lo haría yo", añade la saltadora, que explica que, por otro lado, le gusta que "aparte de que aprendan las partes técnicas de cada una de las disciplinas, que reciban una serie de valores que a la larga te pueden ayudar en la vida y me gusta más transmitir experiencias, la capacidad de superación, el disfrute. Que vean que sus máximos rivales son ellos".

Su confinamiento por el coronavirus ha sido especialmente complicado. Además de no poder entrenarse con normalidad en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, en su trabajo como maestra en un colegio recurrieron a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para gestionar la falta de ingresos durante esos duros meses. Y Patricia volvió a casa de sus padres. Pero, pese a todo, se considera una "privilegiada".

"Donde he estado confinada ha sido en una casa con jardín y con espacio y aunque no he seguido mis rutinas de entrenamiento, he intentado mantener, y creo que lo hemos conseguido, parte de la actividad física. Me compré material para poder hacer el trabajo de fuerza", replica la atleta.

Tras varios meses fuera, Patricia y algunos de sus compañeros pudieron volver al CAR a mediados de mayo. Una experiencia marcada por la incertidumbre y la emoción del regreso: "Lo importante no era entrenar, sino ver a tu entrenador, que hemos estado por videollamadas y lo importante era volver a tener esa cercanía, por volver un poco a la normalidad. Como he entrenado en casa, los primeros días te ibas probando, a ver si el trabajo que habías hecho en el confinamiento había servido para algo. Era un poco ver cómo estaba".

El test para conocer en profundidad a Patricia Sarrapio

Patricia Sarrapio se presta a jugar al test de preguntas rápidas de ElDesmarque. Le planteamos una serie de preguntas con las que nos permite conocer cuáles son sus gustos en cine o literatura o con qué deportista se atrevería a pasar una cuarentena. Con sus afirmaciones, la saltadora nos permite ver a la persona que queda cuando no está volando sobre el foso.