Joana Pastrana y Katy Díaz: historia del boxeo español con rostro de mujer
Fuerza, potencia, movimiento. Casi una coreografía de baile sobre el ring. El boxeo, durante décadas, fue en nuestro país el deporte rey. Tras un tiempo de letargo, está volviendo a alcanzar cotas altísimas. Tanto es así que nuestras protagonistas, Joana Pastrana y Catalina 'Katy' Díaz se enfrentaron el pasado mes de octubre para dilucidar quién de las dos se hacía con su tercer campeonato de Europa en peso mínimo. Un hito histórico que rememoran en la charla que comparten con ElDesmarque e Iberdrola. Porque #EllasValenOro.
Joana (Madrid, 1990) y Katy 'Pacwoman' (Paterna de Rivera, 1981) comparten una pasión y unos valores, todos los que les ha aportado el boxeo. Joana comenzó a dedicarse profesionalmente al boxeo hace relativamente poco, en 2015 y en 2016 se convirtió en la primera española en ganar un campeonato de Europa. Desde entonces, en su haber figuran tres cinturones mundiales y otros tres continentales. El último lo ganó ante Katy, quien a sus 39 años y siendo profesional desde 2017, se había convertido en la reina de Europa en otras dos ocasiones. El pasado 16 de octubre, estas dos mujeres combativas y seguras de sí mismas, hicieron historia en el boxeo español.
Pero lo que pasa en el ring, se queda en el ring. Aunque ese día el cinturón fue para la madrileña, no dejan escapar la oportunidad de mostrar su orgullo por el hito que marcaron. "Fue un gran día, hicimos historia. Quién sabe cuándo se va a repetir, estoy orgullosa de haberme subido al ring ese día con ella", destaca Joana, a quien secunda Katy sin dudar: "Poderlo disputar dos españolas fue un gran honor y es importante para el boxeo, porque es lo que hace que la gente tenga ganas de verlo".
Nos dan así una lección de compañerismo y respeto que hace resaltar de nuevo las inmensas aptitudes que se desarrollan gracias al boxeo y al deporte en general.
El boxeo, su filosofía y la profesionalidad
El boxeo, a pesar de la mala fama que le rodea -se relaciona casi siempre con violencia, agresividad, dolor y sangre-, aporta al que lo practica una filosofía vital que se extrapola a todos los ámbitos. "A mí particularmente me ha enseñado a llevar un ritmo de vida…", reconoce Joana, que ni siquiera sabía a qué iba a dedicarse cuando creciera. "Me ha aportado constancia, sacrificio, saber valorar lo que tengo", añade, así como "más confianza en mí misma, seguridad, que puedo hacer lo que quiera siempre que me lo plantee y luche por ello".
A Katy, el boxeo le ha aportado, a grandes rasgos, "mucha parte humana, de entender por qué se practica este deporte, por qué está la gente ahí". Ella adquirió un gran espíritu de superación y sacrificio durante su carrera universitaria -estudió Arquitectura Técnica en Sevilla mientras trabajaba para mantenerse-, valores que luego le han servido en el deporte. Por ello, "escuchar y que me escuchen es lo que más me ha aportado".
En su juventud, ninguna pensó que su profesión iba a estar relacionada con el boxeo, al que llegaron a través de otros deportes de contacto, como el kickboxing en el caso de la gaditana -fue dos veces campeona de España y tres veces subcampeona del mundo en esta modalidad- o el muay thai en el de la madrileña. "Sentía como más afinidad con ese deporte en concreto", relata Joana sobre su salto al boxeo. "Yo lo conocí gracias a mi ahora pareja y entrenador", concreta por su parte Katy.
Su dedicación sí que cambia. Mientras Katy compagina los combates con las clases en la escuela de boxeo y artes marciales que comparte con su pareja y destaca que no vive de sus combates, Joana lo dejó todo por el deporte: "Quería darlo todo por y para conseguir las cosas que hoy tenemos. Después de pasarlo un poco mal porque económicamente no llegábamos, hoy en día sí puedo decir que me dedico a esto profesionalmente".
Lo que en el caso de la madrileña es casi extraordinario, ambas boxeadoras esperan que acabe siendo lo habitual y lo lógico: "Esperemos que cada vez más haya deportistas del boxeo que se puedan dedicar sólo al deporte, como debería ser", señala la de Paterna de Rivera. "Si no te dan la oportunidad, no puedes. Por muchas ganas y cualidades que tengas, necesitas que boxear sea tu trabajo, necesitas descansar y comer bien. Si no es así, no puedes llegar a niveles altos", agrega Pastrana.
El trabajo va más allá del combate y los golpes en el ring, más allá incluso del entrenamiento físico. Para llegar alto, tienes que aprender a descansar y, sobre todo, a llevar una nutrición sana y correcta. Sobre todo si, como les pasa a Katy y Joana, tienes que llegar a las veladas en un peso máximo de 47,6 kilogramos.
Altibajos del boxeo y la búsqueda de la igualdad
En España, el boxeo alcanzó su mayor cuota de protagonismo en la década de 1970. A los años, su relevancia cayó en picado. Hay una generación que todavía recuerda ver el boxeo con sus padres, pero encontramos otra que nunca ha visto ni ha ido a ningún combate. Joana y Katy tratan de explicar los motivos: "La visibilidad desapareció en un momento y el buen hacer que tenían los periodistas y el entorno en el boxeo se fue y se creó un tabú en torno al boxeo. Se enterró", recalca la madrileña, clara y concisa.
"En lo político se ignoró el boxeo porque lo consideraron agresivo e hizo que la afición al boxeo se cortara de pronto". Así lo ve la gaditana, que añade además que "volver a crear esa afición es difícil".
Por suerte, el gusto por el boxeo se está retomando y los éxitos de estas dos púgiles son un claro síntoma de la regeneración de este deporte y de la igualdad que se está alcanzando, poco a poco, en todos los niveles: "En el equipo nacional olímpico, antes era inexistente, no había equipo femenino. Ahora lo hay, bien compuesto y grande. Del mismo peso hay hasta dos y tres boxeadoras. Falta mucho, estamos a años luz, pero poco a poco estamos haciendo ruido", argumenta Joana. "Estamos trabajando mucho, se está haciendo visible", añade Katy.
Los deportes de contacto, incluyendo el boxeo, se están convirtiendo en una alternativa para las mujeres que quieren entrenar la autodefensa, buscando una seguridad física ante la lacra de la violencia de género. Katy y Joana no creen que sea necesario buscar la autodefensa y abogan por adquirir confianza en una misma y por pulir la educación en valores y la práctica del deporte como medida de prevención.
"Al llenarse de autoconfianza, una persona a sus relaciones personales puede darles otro enfoque. Es lo que más gana una persona cuando practica boxeo", destaca la de Cádiz. "Lo que hay que hacer es llevar a los niños desde pequeños a practicar deportes, no sólo boxeo. Que sepan que los golpes y la violencia se tienen que quedar dentro del gimnasio y fuera no se levanta la mano a nadie, seas chico o chica", agrega por su parte Pastrana.
Dos mujeres que nos enseñan la cara más real y reseñable del boxeo, dos mujeres que van a seguir peleando, literal y figuradamente, por colgarse cinturones y darle a este deporte el reconocimiento que se merece. Dos mujeres que han hecho historia... y continuarán haciéndola.
Las anécdotas de Joana y Katy
En ElDesmarque propusimos a Joana y Katy que nos contaran alguna anécdota de sus carreras que les resultara curiosa o divertida.
Mientras una vivió una situación surrealista con la falta de preparación de una contrincante, la otra sufrió un exceso de confianza por parte de una rival.