Alexandra Rinder: la reina del bodyboard en busca de la 'ola perfecta'
Su padre es austriaco y su madre alemana. Nada apuntaba a que Alexandra Rinder acabaría practicando un deporte acuático como el bodyboard. Pero todo adquiere sentido sabiendo que esta joven rider de 22 años vive en las Islas Canarias desde siempre. La dos veces campeona del mundo -la más joven en lograrlo y mantenerlo- y una de Europa, es la reina del body en España y abre su corazón y su alma para, de la mano de ElDesmarque e Iberdrola, dejar patente que #EllasValenOro.
Ella, que descubrió el bodyboard "por sorpresa" gracias a su hermano, sintió un flechazo a primera vista: "Aquí estamos, 14 años después, con el mismo amor que le tuve desde el principio". Desde entonces, lucha por reivindicar para su disciplina la relevancia que merece y que reciba más apoyos tanto mediáticos como económicos: "He vivido algunos cambios, pero siendo un deporte tan solitario, las ayudas siguen siendo difíciles de conseguir para seguir compitiendo y viajar por el mundo".
Compite representando a Austria una vez al año, en el campeonato por selecciones, pero lleva orgullosa las Islas Canarias en su espalda. Asimismo, Alexandra ha renunciado a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio en surf para dedicarse exclusivamente al bodyboard y no se arrepiente: "Quiero luchar por que crezca, necesita mi apoyo y el del circuito mundial femenino".
Desde Gran Canaria, en El Frontón, hasta Chile pasando por Portugal. Las grandes competiciones de bodyboard cuentan ahora con las mujeres y Alex está dispuesta a conquistar todas las olas que se le crucen.
La ola perfecta, muy cerca de casa
'Perseguir la ola perfecta'. Se usa mucho en el surf y el bodyboard esta expresión, pero ¿qué significa? Para Alexandra es el sentimiento que genera deslizarse sobre una ola siendo consciente de que mañana puede que ya no esté. Y que no vuelva en varios días... o meses.
"No podemos salir a entrenar todos los días, y eso es lo que te hace amar esa sensación, porque sabes que no siempre lo vas a tener y puedes estar un tiempo sin una buena ola. Eso te hace seguir queriendo tener esa ola: nunca me cansaré de esperar esos días maravillosos que sabes que cualquier ola que cojas es buena". Así lo siente Rinder. Poco más hay que explicar.
Ella ha aprendido a buscar esa ola allá donde vaya, pero tiene una suerte inmensa: la puede encontrar muy cerca de casa. El Frontón, un punto de surf que hace las delicias de los riders de todo el mundo, se encuentra en la localidad de Gáldar, en la isla de Gran Canaria. Frontón King es el campeonato anual en el que los ganadores se hacen con una enorme piña de plátanos -no podía ser de otro modo-. Alexandra se coronó allí en 2019 y recuerda ese día con gran emoción... y una sonrisa en la cara.
"Es hasta hoy el campeonato más importante, en el que más me gusta competir, la ola que más me gusta", exclama sin pudor. Se crió en Tenerife, pero los últimos años ha estado viviendo en Gran Canaria y ha surfeado esa ola "casi todos los días".
Para ella, ganar allí fue "un sueño", porque "ese día, cuando gané y me di la vuelta, supe que a más de la mitad de las personas que estaban ahí las conocía y estaban felices porque yo había ganado". Y hace una advertencia: "Es uno de los mejores recuerdos, pero no quiero que sea el último y trabajo para el año que viene darlo todo otra vez". En 2020 se quedó a las puertas de levantar su segunda piña platanera tras caer en la final ante Teresa Miranda.
Visibilidad y trabajo constante
Ganar el Frontón King ayudó a Alex a obtener más visibilidad y, por ende, a dársela al bodyboard. Pero asegura que todavía falta mucho camino por andar: "Aún falta que la gente vea que existe, que hay maniobras increíbles, que es un espectáculo. Estamos a la sombra del surf y tenemos que luchar un poquito más".
Y, en ese sentido, rompe una lanza a favor de Iberdrola. Agradece que un ente de esta magnitud esté apostando por el deporte femenino: "Debería haber pasado antes". Para Alex "aún sigue estando un poco en la sombra del masculino, pero sí se ve una mejora muy grande, sobre todo en los últimos años. Nos merecemos el mismo aporte financiero que un deportista masculino, porque nos arriesgamos de la misma manera, psicológicamente también sufrimos… no sé por qué está esa pared que nos separa aún".
"Estamos luchando y la gente disfruta de ver cómo las mujeres estamos dándolo todo. Veo cada vez más mujeres haciendo locuras, que tal vez antes no se atrevían. Estoy muy orgullosa de todas las deportistas que están ahí fuera luchando para hacer su sueño realidad", recalca con visible alegría.
A esta visibilidad ayuda también el trabajo en redes sociales, donde Rinder es muy activa, mostrando la cara visible y la invisible del bodyboard.
Más allá de la típica imagen surfera
Los deportes acuáticos no son sólo melenas rubias, pieles bronceadas y playas de película. Hay un trabajo y un sacrificio que no siempre se valoran, algo que Alexandra quiere cambiar: "Conlleva momentos muy diferentes, sitios con mucho frío, olas muy peligrosas… Se intenta ver lo bonito del deporte igual que de la vida, sabiendo que hay otras cosas por detrás. Te conecta con el mar, te da tranquilidad, tiempo para pensar. Te da momentos buenos y no tan buenos".
Llegar a vivir del bodyboard es casi utópico y pide a los que quieran adentrarse en este mundo que, antes de aspirar a profesionalizarse, disfruten de la parte más bonita: "Que empiecen a coger olas, ahí van a entender la motivación" y, "si ves que te gusta de verdad y te enfocas y lo haces con corazón y ganas, puedes lograr" vivir de él algunos años.
Nunca había estado tanto tiempo separada del agua como durante los meses de confinamiento por el coronavirus. Reconoce que no lo llevó muy bien y destaca que "cada vez que lo alargaban, las lágrimas caían". Además, salió a relucir su lado más alemán: "Sin sol en el pelo y sal en la piel, se me fue el rubio de la cabeza y el moreno del cuerpo...". Aun así, confiesa que tuvo suerte de estar en Tenerife, con sus padres, y con una amplia terraza para ejercitarse.
Pero el día que pudo volver al agua, fue "como si llevas a un niño a una tienda de chucherías". Y el verano en cuanto a olas ha sido muy bueno, por lo que ha podido recuperar algo del tiempo perdido.
Lleva muchos años buscándose las habichuelas en sus viajes y eso le confiere una independencia que transmite en sus palabras. Pero al mismo tiempo, su familia forma una parte esencial en su vida. De hecho, la cruz que siempre lleva colgada al cuello tiene un valor muy especial: le recuerda a su tía, fallecida hace 13 años por culpa de un cáncer. "No me lo puedo quitar, es como si se me cayera el corazón".
Un corazón que salta de alegría cada vez que toca el mar, un corazón que se acelera cuando se acerca una ola buena. Así es el corazón de Alexandra Rinder, la rider canaria a la que le espera un futuro brillante... y salado.
El test de preguntas rápidas de Alexandra Rinder
Alexandra coge olas y realiza acrobacias a toda velocidad, por lo que el test de preguntas rápidas de ElDesmarque fue pan comido. Su canción favorita es alemana, 'Ich lass für dich das Licht an' de Revolverheld, igual que su libro. Pero si tuviera que perderse, lo haría por algún bosque o montaña de su Tenerife. Conoce el lado más íntimo y personal de la rider.