'Emeryzaje'
Unai Emery, nuevo entrenador del Sevilla, apenas lleva unos días como nuevo técnico nervionense. Ha amerizado en el equipo de Nervión en aguas realmente turbulentas, pero de momento controla la nave. No se ha hundido, y es su primer aunque mínimo logro.
El técnico vasco, en apenas tres partidos, empieza a construir unas bases de su Sevilla con conceptos básicos pero asentados. Realmente, no es difícil instaurar unos cimientos donde no los había, pero es un primer paso.
El verdadero reto de Emery, como lo fue para Marcelino o para Míchel, fracasos a la postre, vendrá en algunas semanas, cuando deba hacerse con las riendas del equipo cuando este se desboque o se deje ir, como tantas veces ha ocurrido. Para entonces quizás empiecen a llegar decisiones más drásticas e incluso traumáticas, si no le tiembla el pulso, pero mientras jugamos a vaticinar, Emery, como decimos, va dando pasos cortos pero seguros. Respasémoslos.
El exentrenador del Valencia, para empezar, ha querido hacer a su equipo más seguro. De momento lo ha logrado juntándolo, convirtiéndolo en más aguerrido y menos cómodo para el rival. Para ello, ha asentado a dos pivotes defensivos y los ha amarrado más a la línea de tres cuartos. Quizás ya no se descuelguen tanto como con Míchel, pero así logran que el equipo se parta menos.
Además, ha adelantado la defensa y de momento se encuentra bien el equipo. Habrá que esperar, eso sí, a ver cómo responden los centrales con más metros por detrás conforme avancen los partidos.
Lo cierto es que, casualidad o no, el Sevilla ha mejorado defensivamente. En tres partidos ha recibido un gol y de aquella manera en Getafe y con Palop, y tan solo ha recibido siete tiros a puerta en tres encuentros. No es mal bagaje.
Por el momento, otra de las consignas del Sevilla de Emery es un juego mucho más abierto, el mejor uso de las bandas. Para ello, claro está, se necesita el apoyo de los laterales, y en los tres encuentros de Emery ambos han subido al ataque sin remilgos, aunque con distinta suerte en la ejecución en los metros finales. Para ello, claro, alguien debe guardar las espaldas, de ahí el doble pivote más defensivo.
Míchel insistía en que Jesús Navas jugara por dentro y en concentrar muchos futbolistas precisamente en el interior. Sus sitemas iban encaminados a ese tipo de juego, con varios centrocampistas. Ahora la superioridad siempre se suele buscar por fuera.
Por el momento estos son los pasos que va dando el Sevilla de Emery, que debe todavía corregir y perfeccionar carencias. Decía Míchel que a su paso por el equipo hispalense había mejorado a muchos futbolistas. Chistes aparte, su herencia de sus últimos encuentros fue una ejecución de la presión tremendamente deficiente, alocada y errática, fruto, evidentemente, de la laxitud de sus futbolistas.
Ese punto será uno de los más complicados que tendrá que afrontar Emery, porque no tiene futbolistas realmente agresivos en actitud defensiva y con los partidos, y sin la novedad, esta plantilla tiende a relajarse.
Y también será una prueba ver si de verdad el vasco consigue que sus jugadores sigan jugando más al espacio que al pie, una de las causas del bajón del equipo hispalense al final de la primera vuelta.
Esas exigencias se las encontrará Emery por el camino, pero por el momento va corrigiendo deficiencias e intentando asentar conceptos. No ha perdido aún y se ha metido en semifinales de la Copa. Ha sido, pues, un buen 'emeryzaje'.
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