Las carencias no resueltas (aún) del Sevilla
La planificación deportiva del Sevilla vivió unos primeros meses del verano realmente activos, e incluso positivos, que llegaron a ilusionar de forma notable al sevillismo, a pesar de las ventas de dos de sus mayores símbolos.
Pero, o cambia mucho el panorama, o va a acabar el verano de forma bastante más vulgar, dejando huecos sin tapar, poniendo parches cuyo rendimiento es a día de hoy un riesgo, aunque el tiempo dirá si son un acierto o no. Y con mucho dinero en las arcas, eso sí, mucho menos de lo gastado.
Lo cierto es que los aficionados lamentaron, claro, la marcha de jugadores como Jesús Navas o Negredo, principalmente, pero igualmente alabaron las maniobras para subsanar esas deficiencias ofensivas que asomaban con las bajas de los dos grandes baluartes en ataque del Sevilla.
Las llegadas, sobre todo, de Marin, Carlos Bacca y Gameiro entre otros volvieron a ilusionar a la afición porque eran muestra palpable de que se había tomado conciencia de la importancia de los jugadores que se habían ido y que había que recurrir a repuestos del mismo peso, o parecido. Monchi sacó su mejor versión y conformó una línea atacante variada, polifacética y valorada.
Pero en las otras líneas hay ciertos problemas que, en algún caso, han aumentado conforme avanzaban las semanas en el verano. Con la llegada de Pareja y Carriço, más la de Diogo en el lateral, el Sevilla daba por cerrada su defensa. Con Cala, Fazio, Pareja y Carriço (aunque este llegaba para el centro del campo también) quedaba satisfecho. Pero las lesiones de Pareja y el portugués dejaron claro que no había suficientes efectivos en la retaguardia. Emery reclamó un jugador para la zaga. Y ha llegado M'Bia, camerunés de llamativo pasado, en el Marsella, y de vulgar presente (descendido con el QPR), y que puede actuar como central y como centrocampista. Realmente, no es un central definido, incluso es más pivote, pero se ha buscado matar dos pájaros de un tiro. Y ahí puede radicar el problema.
M'Bia habría venido al Sevilla independientemente de la marcha de Kondogbia, para reforzar la defensa. El mismo Emery reclamó la presencia de un central. Por eso mismo, la marcha del galo debería ser repuesta de inmediato con un sustituto de garantías. Aún tiene tiempo Monchi de buscarle un repuesto. De lo contrario, la recomposición del medicampo podría quedarse a medias. ¿Por qué no se invierte en un centrocampista de valor cuando el mismo Emery ha subrayado la importancia de la baja del francés?
Llegó Iborra, sí, centrocampista útil seguro, pero a día de hoy con menos prestaciones que, por ejemplo, Medel. Y llegó Cristóforo, que ojalá cumpla con los argumentos que defienden su gran futuro. Pero a día de hoy, al menos, ambos no alcanzan el nivel de la anterior pareja de mediocentros. Luego a este dúp podrán incorporarse M'bia y Carriço, que de entrada pasan a cubrir las carencias defensivas. Y, lo que no es menos grave, la venta de Medel y la marcha de Kondogbia casi obligan a Rakitic a permanecer como pivote, es decir, que como daño colateral relega al mejor mediapunta del plantel a retrasar su posición.
Realmente, y a todas luces, el Sevilla precisa de un nuevo centrocampista de nivel que mejore las prestaciones de una medular titular que de poderosa ha pasado a ser una incógnita. Unai Emery, tras el partido ante el Levante, afirmó que Kondogbia era "muy importante" para su equipo y que su baja se notaría. Está claro, pues, que si no llega un fichaje será una decisión económica más que deportiva. Cómo se paliará su ausencia es una incógnita.
Como una planificación que puede pasar de ser alabada por sus recursos, por los esfuerzos y por los fichajes a ser puesta en cuarentena por seguir dejando al aire carencias tanto en la defensa como en el centro del campo de un equipo que, recordemos, es prácticamente nuevo y necesita cimientos sólidos.
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