Un tiempo perdido
El Betis ha vuelto a caer, esta vez ante Osasuna y con condicionantes distintos en la derrota. Pero ha vuelto a caer, y que sea un peligroso hábito en el club verdiblanco pasadas ya once jornadas empieza a ser más que preocupante, peligroso.
Porque realmente es peligroso y casi incomprensible que el Real Betis, pasado ya un cuarto de la competición, esté a seis y siete puntos, respectivamente, del ascenso directo a Primera división.
Los accidentes en el Betis tienen ya más de constancia que de puntualidad. Las causas son diversas, pero confluyen en una inconsistencia que debe de ser suficiente para que el club verdiblanco se plantee realmente su futuro y el del proyecto bético para el objetivo inexcusable del ascenso.
El Betis con Velázquez no funciona como debiera, eso es un hecho, y en Segunda división un descalabro clasificatorio como tal es difícil por el nivel de la categoría. Pero precisamente por eso, teniendo en cuenta cuál debe ser la pretensión del Betis, debería ser obligatorio apuntar más alto, y no como hasta ahora como un equipo del montón en la categoría con un buen delantero que soluciona partidos.
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