Nadar con leones marinos, una sesión terapéutica para niños con discapacidad
Llega el verano y la posibilidad de bañarse con leones marinos se convierte en la actividad estrella de La Reserva Natural de El Castillo de las Guardas. Los visitantes pueden disfrutar de un refrescante baño en el que Noa y Anush muestran su agilidad, su velocidad y sus habilidades con los clientes. Pero desde hace unos años se ha demostrado que esta actividad va más allá del ocio.
“Interactuar en el agua con estos mamíferos es un elemento terapéutico y educativo. Los participantes se esfuerzan por comunicarse con los animales a través del movimiento y el tacto. Refuerzan su autoestima al ver la respuesta positiva del león marino a sus peticiones. Físicamente, se potencia el control de los movimientos y de la voz”, afirma Enrique Ojeda, técnico especialista en educación especial del colegio Gloria Fuertes de Sevilla.
Las terapias se destinan a niños con síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo o hiperactividad. Este sábado 29 de junio un grupo de escolares de educación especial del colegio Gloria Fuertes, acompañados de sus padres, asistirán a su primera terapia del verano en El Castillo de las Guardas. Entre las 11:00 y las 13:00 Hugo, Nicolás o Susana actuarán como pequeños entrenadores, capaces de hacer que los leones marinos salten, bailen con ellos, les abracen o besen.
“Mi hijo tiene problemas de psicomotricidad y de habla. Es el cuarto año que realizo esta actividad. Sólo ver su sonrisa y cómo disfruta ya merece la pena, pero además he visto una gran evolución en él gracias a este tipo de actividades con animales”, afirma Rosario, madre de Hugo.
Adrián es el cuidador de los leones marinos, lleva realizando esta actividad desde 2013 y admite que la mayor gratificación de su trabajo es la satisfacción de quienes participan en una experiencia tan singular. “Entrenamos de forma diaria a los leones marinos para que alcancen un grado de sociabilidad con los niños. Los animales se convierten en terapeutas, nosotros los llamamos médicos del agua”.
El entorno contribuye a que la experiencia sea plena. La piscina no cubre, por lo que es fácil desplazarse, y el agua está a una temperatura ideal. También tiene dimensiones suficientes para moverse en libertad y bucear con los animales.