Pomares, lateral del Barakaldo: "Del Mirandés no sé nada"
Por favor, indica por qué quieres reportar este vídeo:
-
El CD Teruel también se interesa por Bonilla
-
Iker Zarate: “El Portu está mucho más vivo de lo que la gente cree”
-
Iván Rodríguez, técnico del Brentford: “En el Athletic había mejores que yo”
Carlos Pomares, el lateral izquierdo de moda del líder indiscutible en Segunda B, Barakaldo, en la lista de futuribles del Mirandés y como Filipe Luis “como referencia”, se enroló a temprana edad (16 años) en el Sheffield United inglés fruto de un convenio con su equipo matriz, el Alboraya de Valencia. “Fue bueno tanto a nivel personal como futbolístico, aunque cuesta hacerse un poco con la gente”, reconoce el lateral del populoso barrio de La Malvarrosa, que se formó como persona y futbolista en Gran Bretaña.
“El fútbol se vive de manera diferente, 30.000 personas viendo una final de juveniles”, recuerda sobre una final de juveniles en la que intervino. Divergencias con el míster en su último año le envió de nuevo a casa enrolado en el Huracán y después del Levante B. David Movilla le conocía de la promoción de ascenso que disputó ante el Bilbao Athletic con el Huracán, que jugaron en Las Llanas: “No sé si me hizo un seguimiento”, subraya, pero cuando en verano le reclamó, no dudó en hacer el petate y venir. “Sabía que era un club serio, con una nueva directiva que iba a apostar por el equipo y el proyecto de seducía y con gente joven y con ambición”, apostilla el carrilero, de 23 años. Equipos de Segunda se han fijado en el Barakaldo, en el central Unai Elguezabal el Mallorca, y el Mirandés en Pomares, que dribla la pregunta. “No sé nada, sé lo que se ha publicado en Miranda”, despeja atento a su cometido actual. Lo cierto es que Carlos Terrazas le sigue, ha subrayado su apellido en rojo, pero au club, en ningún caso, abonaría un traspaso en este mercado invernal, una política que lleva a rajatabla. Todos los jugadores fabriles están atados con una cláusula de rescisión de unos 20.000 euros, el Barakaldo no se quiere desprender de ninguno de sus activos y el compromiso con cristalizar el ansiado ascenso prevalece: “Tuvimos la suerte de empezar muy bien, de momento ha ido todo rodado. Cualquier jugador que sale ha rendido”, apunta Pomares, encantado en su nueva vida en Euskadi. Ha empastado perfectamente con sus compañeros, y de hecho hasta 12 jugadores están viviendo, casi en comunidad, en la localidad costera de Castro.