Boxeo: Cuba contra USA; el imposible Teófilo Stevenson vs Cassius Clay

De las islas británicas. De Irlanda. Principalmente. Cosas que tiene la crisis de la patata. Que exporta ese boxing emergente a los Estados Unidos de Norteamérica. Y se asienta. Y triunfa en el llamado 'país de las oportunidades'. José Martí fue testigo. No vivió, sin embargo, el que decía "yo soy un hombre sincero de donde crece la palma" para cronificar en su patria cubana lo que sí pudo hacer en su exilio 'yanqui'.

Y es que desde Miami a la perla del Caribe, unas brazadas a nado. 'Caza talentos' a escoger entre los cortadores negros de caña de azúcar. O tal vez el chileno Budinich a expandir su sabiduría para que la isla terminara convirtiéndose en una 'Escuela de boxeo' desde La Habana hasta ese Santiago que desde el mar ve cómo la Sierra es un "monte de espuma"; 'Maestra', altiva y frondosa. Cala el boxeo. Incentivados los jóvenes en el 'arte de los puños'.

José Marroquín y Alex Publes. La Habana, 1919. Cae Marroquín de un golpe y no se levanta. ¡Está muerto! El alcalde manda a parar a un boxeo "bárbaro y salvaje". Nada puede frenar esta especialidad ancestral. Roma. Grecia. Olimpíadas. Demasiada historia para rendirse. Para borrarla Marcelino Diez de Villegas a golpe de decreto en un pasquín: las peleas constituyen un "espectáculo brutal y vicioso".

Comparto lo de brutal. Lo de 'vicioso' suena a adjetivo de clérigo anticuado ante la visión de dos jóvenes amándose a plena luz del día. El boxeo enamora. Arrasa en Cuba. La 'Revolución de la Sierra' aparcará lo profesional por lo que tiene de "negocio de unos pocos", pero alentará las escuelas en las que forjarse esos púgiles olímpicos que izarán banderas patrias cada cuatro años al calor del fuego del pebetero.

Lo que echó raíces le pertenece a la tierra. Miguel Barnet. Escritor, poeta y etnólogo. 'Cultos Afrocubanos'. Esclavos negros procedentes de Bantú. 'Yuca', tambor y baile con el que se anima una lucha pugilista. El boxeo viene de lejos.

Sin sobrenombre, un púgil no es boxeador de verdad. Me fascinan los apodos. En Cuba son artistas de la palabra. Tienen en Martí al mejor de los maestros. 'Kid Chocolate', 'Kid Gavilán', 'Mantequilla' Napoles. Y en Teófilo Stevenson, al mejor boxeador cubano de todos los tiempos. Muchos lo veían desertando. A

Abandonando la isla en busca de ese dinero que le daría proclamarse campeón del mundo del máximo peso. Stevenson, en una decisión que dignifica el boxeo, que lo convierte en ese "noble arte" a los ojos de tantos millones de aficionad@s, dijo: "Yo me quedo / con todas esas cosas / pequeñas, silenciosas / más dignas, más hermosas / con esas yo me quedo".

Tras su conquista del Mundial Amateur, 'Sports Ilustrated' le dedicó una portada y un enorme titular: "Antes rojo que rico". Teofilo Stevenson sólo estaba interesado en boxear en representación "de mi país y de mis ideales", dejando a un lado "el rudo y cruel mundo del boxeo de paga".

Fue tentado por el 'Águila' así como se dice que el Diablo tentó a Cristo en el desierto. "Si con Bonavena yo me busco 100 mil o 200 mil dólares, a ti te veo como un saquito verde de millones".

Un compañero olímpico, por teléfono: "Un millón de dólares dicen que te dan por disputarle a Frazier el título mundial de los pesados". Stevenson estaba convencido de derrotar a Joe Frazier. Pero contestó: "Prefiero consagrarme a mis estudios de Ingeniería y a la Revolución cubana".

Y dejó dos frases tremendas para la historia: "Prefiero el cariño de ocho millones de cubanos"; "yo no cambiaría mi pedazo de Cuba ni por todo el dinero que me puedan ofrecer". Se acababa de colgar la medalla de un oro olímpico.

Fidel Castro llegó a avalar una pugna entre Teofilo Stevenson y Cassius Clay. La Federación Cubana de boxeo puso sobre la mesa un montaje de cinco peleas de tres asaltos cada uno repartidas en distintas ciudades de USA. Arbitro internacional. Un 'KO' conllevaría el final del desafío.

En 1978 Don King lo tentó con una bolsa de cinco millones de dólares. Ben Thompson, por su parte, había intentado convencer al campeón norteamericano. Sería el 28 de febrero de 1979. Todo empezaría en New York. 'Muhammad Ali' declinó: "Mucho que perder y nada que ganar peleando contra un amateur".

El 11 de junio de 2012, un infarto agudo de miocardio apagó en La Habana la estrella de los tres oros olímpicos. 60 años. La edad ideal para perpetuarse en el Olimpo. Teofilo Stevenson Lawrance. "El hombre de la derecha de hierro", y de su cuello, colgando el oro. "El caballero del ring" que hablaba en inglés. Se fue dejando la duda de qué habría sucedido en ese 'desafío en toda regla' entre USA y Cuba. El 'combate imposible'.