Asier Santana se estrena en la Florida sin dañar ni ser dañado con el Portu
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Debutaba Asier Santana en el banquillo de La Florida. Venía el 'Portu' de dos derrotas 'suyas' y otras tantas 'heredadas' de la 'era Loza'. El empate ante el Alavés B lo 'leyó' el técnico de Idiazabal como "un pasito adelante". Se refiere al juego desplegado por sus jugadores. Al individual y al colectivo. Coincide el periodista con el técnico del Club Portugalete.
El equipo jarrillero completó un partido de esos bonitos de ver. No hubo goles, cierto. El Portu no gozó de ocasiones escandalosas para ganar, cierto, también. ¿Entonces? ¡Cuando el fútbol consiste en acarrear el balón de una portería a la otra! Cuando el primer toque es con la mano y en corto.
Cuando el esférico transita resbalando sobre la hierba. Cuando los futbolistas se asocian de manera vistosa y virtuosa. No consiguió marcar el Portu, sin embargo. Una asignatura pendiente para los 'chicos' que asisten a la 'Escuela' de su 'segundo entrenador'.
Euria. Hotza. Jon Moya ya ejerce de 'segundo' como una de las consecuencias del 'terremoto' registrado en los despachos de La Florida en los últimos días del mercado invernal. Unos que salen, otros vendrán, ya han venido, ya los tiene Asier Santana a su disposición. Iñaki Alonso, por su parte, al ver cómo le quitaban piezas de su tablero, había presentado su dimisión entre semana. Valiente decisión.
En cuanto a los de casa, Eizmendi [que ya se estrenara en Lezama] y Álvaro Arnedo se presentaban en 'Sociedad'. Un extremo 'zurdo' que forzó que Rozas se retrasara hasta el lateral izquierdo. Un medio centro que venía muy bien recomendado. Arnedo, ocupando la plaza de un Monterde ausente, asumiendo el rol de líder del catalán, cuajó un partido excelente. Un futbolista de esos que a uno le recuerdan... "¿a quién?" ¡Qué se yo! Dejémoslo en que Arnedo le retrotrae a uno a esos momentos previos al Mundial de México 1986.
Focos casi de inicio por 'lo de la tele'. Los primeros apuntes de un 'Portu combinatorio'. Las cartas boca arriba del Alavés: ¡pintaban bastos en su ideario! El choque brutal entre Ayala y Abkar. Hasta el asturiano Rodríguez García se asusta. 'Exige' la entrada de las asistencias. Accidente saldado con la retirada a los vestuarios del murciano que juega para el Portu y un aparatoso vendaje a modo de turbante en la testa del central babazorro. Así y todo. Asumiendo riesgos porque, de entonces hasta el final, Abkar, junto a Keller, conformaría uno de los sillares de una muralla inexpugnable.
"Quiero jugar en campo contrario". Declaración de intenciones con la que se presentó Santana al llegar a La Florida. Quería. Quiere. El Portu vive instalado en la parcela ajena. Buen Portu. Gran Portu. Nace el juego en su portero, Mediavilla. Siempre en corto. Al pie de los centrales. Sea Murua. Sea Santamaría, fundamentalmente. Balón por dentro. O al lateral. Toca y le sale porque no pierde. Toca hasta gustarse.
Así lo vivía uno desde la tribuna. Asombrado por tanta precisión. Dibujando triángulos sobre una baldosa. Llacer, lateral zurdo del filial del 'Glorioso', lo está padeciendo en su persona. En sus carnes. 'Carne de vestuario'. Arremete contra Thaylor, que le estaba 'burlando' con habilidad, potencia, velocidad. Que viera la roja era cuestión de voluntad. La suya. Que la perdiera. Que su lado oscuro apareciera. El Alavés se queda con 10 a la media hora. Él Deportivo Alavés B habrá de vivir instalado en su parcela.
Con diez se ataca menos, pero se defiende mejor. Dos titanes ocupando el centro de la zaga. Julio es coloso escorado a la izquierda. Torres más altas han caído, se dirá. Pero es que todo futbolista babazorro es muralla. Sesenta y tres metros a lo ancho. Mucha virtud hay que atesorar. El Portu se esmera. Ni un balón al aire frío de La Florida. Todo es 'abajo' aquí, 'arriba'.
El balón, de bota en bota. Y entre todas ellas, las que calza la cabeza pensante de Álvaro Arnedo. Un futbolista capaz de robarle el corazón a un cronista aunque lo tenga de piedra: ¡Arnedo es el fútbol! Dejémonos de halagos por aquello de no debilitar al muchacho. De hacer valer su numérica ventaja se trata. Difícil. Ya se habló de la estrechez del 'pequeño Anfield' de Ezequiel Loza. De la ausencia de un nueve alto que ataque lo que le llega de las bandas. Que es mucho y bueno. De jugar con dos arriba. De sorprender la gente que llega de atrás. De que fueran cobrados los penaltis exigidos en el 74' y el 84'.
Habrá alguien que tachará de parcial al cronista por relatar como si el Portu hubiera jugado consigo mismo y no contra un rival tan fiero como el Alavés B. Defensa. Todo es defensa. O casi todo. Hubo, en el primer acto, un remate de cabeza que se perdió luego de golpear en la parte superior del larguero de la portería de Mediavilla. Habrá un lanzamiento de falta que el portero de Suances desviará con las 'yemas' de su guante hasta forzarlo a que se estrelle en el poste.
Habrá un gigante que recorrerá el terreno de juego con sus botas de mil leguas. Atacante atípico. De esos que no se estilan. Físico de jugador de basket. Gilgamesh, que sigue vivo, el muy cabrón. Más allá de estos detalles, el Alavés era... ¡bala feroz al centro del combate! 'Gatos panza arriba', también.
'Sentenciados' sin ejecutar porque los pases de la muerte trazados por los atacantes del Portu no encontraron verdugos con pericia a la hora de matar. "Un pasito adelante", confiesa Asier Santana. ¿Necesitáis algo más de tiempo para terminar encajando todas las piezas?, se le pregunta. "Seguro", responde Santana, "con tiempo todo viene mejor".
Pero "no tenemos tiempo". Ojalá "tuviéramos más tiempo". Pero ahora "no tenemos tiempo para eso". Toca "adaptarnos". Toca "aplicarse un pelín más para adquirir una buena dinámica". Tiempo. ¡El tiempo!