La resurrección de Álvaro Arnedo con el Portugalete

Álvaro Arnedo González, riojano de 24 años nacido en Villamediana de Iregua. De los jugadores con los que el Club Portugalete se reforzó en el 'mercado de invierno', si no el único, si, al menos, el que, por su gran 'peso', se ha 'asentado' en el 'elástico' sistema de Asier Santana. Fue estrenarse el técnico de Idiazabal en La Florida, y hacer debutar a, visto lo visto en su estreno ante el Alavés B, un futbolista llamado a marcar las diferencias en esta 'liguilla' en la que en el aire flota la gran promesa que el presidente jarrillero se hizo un buen día a sí mismo.

"Quiero dejar al Club asentado en la Segunda División B". Ha llovido mucho desde entonces. Borrando las pisadas y los nombres. Extinguiendo seres humanos. Deformando las categorías. Obviando a Eizmedi, un 'tipo' que como por discreción se arrima al costado izquierdo del ataque, la presencia 'revolucionaria' de un centrocampista al que le apasiona el orden y el equilibrio.

Por delante de la defensa, asumiendo la pelota y manejándola a su 'antojo', Arnedo...

Fue presentarse en 'sociedad' y robarle de seguido a este cronista las palabras más hermosas. "Asumiendo el rol de líder, cuajó un partido excelente. El riojano. Un futbolista que a uno le recuerda... "¿A quién?"... ¡Qué se yo!

Dejémoslo en que Arnedo le retrotrae al de gusto más refinado a esos momentos previos al Mundial de México 1986". Era su primer partido y sin embargo, "el balón, de bota en bota". "Y entre todas ellas, las que calza la cabeza pensante de Álvaro Arnedo. Un futbolista capaz de ablandarle el corazón a un cronista así que lo tenga de piedra: ¡Arnedo es el fútbol!". Cuando no habría más que añadir porque todo parece dicho. Callarse de repente, empero, acarrearía una gran injusticia.

Arnedo es la sencillez del que no se ve obligado a inventar porque atesora el milagro de saber mirar por detrás de lo que ya existe. Desde su privilegiada posición, ve el fútbol como nadie. Desde ella, también, desde ese continuo presente que no cesa, se convierte en el director que filma su propia vida. La lleva al cine convertida en largometraje. Recién rememorada la 'semana santa', Álvaro Arnedo y esa 'pasión' suya con tanto sufrimiento como el que en blanco y negro reflejara el creyente Mel Gibson.

Desde el presente al pasado. Caprichoso 'día de hoy' que, con la perversa acusación de una tabla en la que clavar los puntos, enfrenta a Arenas y Portu. Recapitulemos antes de asumir lo más terrible que enseguida se aprende; eso tan hermoso que nos cuesta la vida. Cuando la metáfora y la alegoría se asemejan a la más cruda realidad...

"Llegábamos [a Gobela] con mucha fuerza sabiendo la importancia que este partido tenía para la entidad y para nosotros. No te puedo negar que fue un palo. Una sensación agridulce, tanto nadar para morir en la orilla. Se había hecho un extraordinario trabajo durante estos últimos meses, y eso se refleja en los puntos [22] conseguidos".

Gobela y lo que para él había supuesto. Años atrás. Como si se llamara a andanas. Como si su selectiva memoria lo protegiera de avivar los recuerdos de una pesadilla. A lo suyo sigue Arnedo. "Afrontamos esta segunda fase con mucha fuerza y pondremos todo lo que está a nuestro alcance para dejar al Portu donde se merece". No hay manera. Vamos a ver si tirándole de la lengua. ¿Por qué era una empresa tan complicada vencer en ese feudo al que 'sus habitantes' le llaman "Jaula"?

"Es cierto que durante las semanas anteriores veníamos practicando un tipo de juego diferente, queriendo tener el balón, en fin, más combinatorio. Pero cuando llegas a Gobela [llegar a Gobela ¡por segunda vez llegar!], las circunstancias cambian. No por el rival, sino por su feudo. Quieras o no, te obliga a realizar otro tipo de fútbol: directo, rocoso, más feo".

Parece no estar por la labor. Pero como este cronista está muy bien documentado sobre la 'Pasión de Arnedo', como entiende que milagro consiste en sufrir, llorar, vivir y seguir siendo un futbolista tremendo, le pide que... 'Dinos por qué este campo era ya tan 'especial' para ti desde el jueves santo de 2018'...

"La temporada 2017-2018 conseguí asentarme en la categoría con la UD Logroñés. El equipo lo estaba haciendo realmente bien. Nos movíamos en buenos puestos. Todo indicaba que lucharíamos por el ascenso. Personalmente fue el curso en el que me estrenaba como profesional, disfrutando de todos los minutos y rindiendo a un nivel muy alto. Sentía como si sólo pudieran llegarme cosas buenas. Pero"... Siempre hay un pero que convierte en infierno el paraíso...

"Todo se truncó en Gobela. Ese 29 de marzo, jueves santo, en una jugada aislada, un movimiento que he realizado miles de veces, mi rodilla izquierda se queda clavada en el césped y en el mismo momento sentí que algo grave había pasado".

Se le trata de quitar hierro por parte del Club...

Ponerse en lo mejor, que para lo peor habrá de sobrar el tiempo. Tiempo. El tiempo es una palabra. Y el esguince, otra. Y abril es un mes por cuyo robo nadie habría preguntado. Llega mayo con sus flores ya marchitas. Es el cronista el que se expresa porque quiere y debe evitarle a esta 'perla de Las Gaunas' que verbalice tanto horror y en tanto tiempo.

"Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda". Ponerse en lo mejor y en las mejores manos. ¿Seis meses? ¡Cómo no comprarlo! Llegará el quirófano para dictar sentencia. Todo se tuerce. Todo resulta inoportuno. De 'traspiés en traspiés', como un mendigo. Arnedo, más que nunca, obligado a mirar por detrás de lo que ya existe.

Descenso al infierno. Agitarse en él durante dos años y medio. 992 días. 85 millones de segundos porque siempre hay alguien que no tiene otra cosa mejor que hacer que contar y medir la capacidad de sufrimiento de un futbolista. Calvario que no se soporta solamente con el llanto. Es verlo moverse sobre el campo. Aquí el ímpetu, ahí el talento, una alegría tremenda por volverse a sentir futbolista. Y para todo ello...

"Mucho trabajo. Mucho. Nadie puede llegar a imaginarse cuanto. Trabajo, coraje y constancia. Y tuve que hacerlo por dos. No tuve descanso. Me recuperaba de una y al mes siguiente tenía que volver a empezar. No fue mala suerte. La realidad es que mi primera cirugía fue en vano. Soy ese 0, 01% al que se le realiza una cirugía fallida".

Cesa el lamento. Resurge el hombre en todo su esplendor. Vive intensamente porque debe ser más fuerte que todo obstáculo y todo dolor. "Fuera de todo ello, mi entorno más cercano ha sido mi pilar y mi empuje. Todo ha sido gracias a ellos, en especial a mis padres y a mi novia".

"De lo fétido de la vida saca almíbar la fruta y colores la flor". Lo escribió un niño con los tobillos gangrenados por el roce de los grilletes y sus trabajos forzados. "Creo que la lesión me ha proporcionado mucha madurez y tranquilidad. Antes de ella era un jugador mucho más alocado e impulsivo, ahora soy más cerebral".

Por delante de la defensa lo ubica Asier Santana. Suministrando 'armas' a sus compañeros. "Muy cómodo y feliz en la posición en la que juego". Aunque, "según qué circunstancias", le gustaría "contar con más libertad de la que tengo". Alas para volar. Así de sencillo. No se las cortes, Asier, por el último pase, por la llegada, por el disparo, por el gol.

Todo hará falta a partir del Portu vs Haro. El inicio de esta 'vía larga' por cuyos raíles se deslizará el último tren. Que es el primero. Sólo hay un tren. El que Arnedo conduce.