El sentido común a doble fila o los guiones de Juego de tronos
Por favor, indica por qué quieres reportar este vídeo:
*este escrito contiene spoilers*
Está pasando un fenómeno curioso con la séptima temporada de Juego de tronos (2011-). Si sus primeras entregas fueron alabadas por crítica y público, con 'Botines de guerra' como súmmum de esta variante, las dos últimas están aglutinando críticas, en especial con las relaciones entre los personajes, y que llaman a cuestionarse el talento y hasta la osadía y respeto de los guionistas para con ellos mismos y los fans.
Desde el arranque del quinto, que imaginaba la absurda posibilidad de que Jaime y Bronn pudieran escapar del ataque del dragón y aparecer a bastante distancia, a salvo y sin que ningún dothraki los estuviera buscando. O toda la creciente enemistad entre Sansa y Arya, instigada por el astuto Meñique, y que se resolvería en un momento si Bran o Arya contaran lo que saben sobre el hombre. O Bran le dijera a sus hermanas de los planes de Meñique, ya que se nos ha dado a entender que lo sabe todo con sus habilidades. Y la lista puede seguir.
En esencia, los guionistas de Juego de tronos nos están pidiendo como espectadores que aparquemos durante demasiado tiempo el sentido común y nos dejemos llevar por las espectaculares escenas de acción. Eso se une a la marcada apuesta elíptica de esta temporada, y la combinación no les favorece. Da más la impresión de que eluden el sentido común para potenciar el momento de impacto, y eso no está bien.
El arriba firmante es consciente de que pedirle a Juego de tronos, una serie de corte fantástico, lógica y razón puede ser pedir demasiado, pero si los guionistas llevan seis temporadas apostando -en la mayoría de los casos- por el sentido común, no pueden ahora suprimirlo sin esperar más de una crítica. Como ésta.