Élite, la ficción española de Netflix que nos ha enganchado
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Netflix estrenó la semana pasada una nueva serie de marca española que rápidamente se ha hecho hueco a nivel internacional siendo un absoluto éxito. Tan solo 8 capítulos le ha hecho falta a Élite para dejar a sus espectadores con ganas de más, de una segunda temporada, y algo me dice que no tenemos que preocuparnos mucho por su renovación. Una serie que viene de la mano de Zeta Producciones para el gigante del streaming y que cuenta con Carlos Montero (Física o Química) y Dario Madrona (Los Protegidos) como padres de esta ficción.
Una serie de gran calidad a nivel cinematográfico que a priori puede parecer un drama adolescente más pero que se constituye bajo una línea de misterio que engancha, a la vez que plantea temas de gran importancia social.
Tres adolescentes de clase humilde entran becados en el colegio más elitista de España pensando que va a ser su gran oportunidad. Pero todos se convierten en sospechosos cuando se produce un asesinato en el colegio.
Nos encontramos ante una especie de crossover entre Gossip Girl, Cómo defender un asesino y Big Little Lies. Muchos niños ricos, otros no tanto, que viven día a día con sus problemas académicos, romántico y sexuales, de enfermedades, de dinero, de confianza, de lealtad y de obediencia a sus familias.
En el primer episodio sabemos que se ha cometido un asesinato en un instituto pero no sabemos quién ha muerto, quién ha matado ni por qué. Poco a poco, episodio a episodio, empezamos a conocer nuevos detalles que nos acercan a conocer toda la verdad.
Y podría ser el misterio el gran aliciente para verla, ese elemento que nos hace estar enganchados capítulo a capítulos pero en realidad aquí juega mucho el desarrollo de cada personaje. Bajo un protagonismo coral, se nos presentan a 11 adolescentes, sus personalidades y problemas. Personajes muy bien construidos con unos jóvenes actores - no tanto como sus personajes - que se desenvuelven bastante bien.
Los personajes que tienes que odiar serán los que más te gusten y viceversa; me gustaría hacer mención a los personajes de Marina (María Pedraza) y Samuel (Itzan Escamilla), o como yo los llamo: los nuevos Hannah Baker y Clay Jensen (Por 13 razones); son víctimas que se hacen las víctimas pues sí, sufren castigos que no merecen pero van de (o nos hacen verlos como) buenazos y son los causantes de casi todos los problemas.
El VIH, la religión, la sexualidad, las drogas, el poliamor.. son algunos de los temas que se tratan en la serie presentándolos como problemas (o no) comunes sobre los que a veces se hace la vista gorda pero pueden ser decisivos para una persona.
Está en Netflix, por si no os ha quedado claro, así que corred a verla si no queréis comeros un spoiler por accidente.