¿Ha caído Orange is the new black en el cliché de la Negra Mágica?
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*este escrito contiene spoilers de la última temporada de Orange is the new black*
La última temporada de Orange is the new black (2013-2019) llegó hace poco más de un mes a Netflix. En ella se ofrece una emotiva despedida para los personajes de Litchfield, entre ellos Sophia Burset, personaje importantísimo en la televisión reciente.
Su importancia reside no solo en ser un personaje trans interpretado por una actriz trans, sino en acercar una dura realidad a los espectadores. Laverne Cox, históricamente nominada tres veces al Emmy, le dio a Sophia una fuerza y humanidad tremenda, que se tradujo en el amor de los fans.
Cox nunca fue fija en la serie, y su presencia se redujo en las últimas tres temporadas, quizá porque su estrellato no le permitía hacer más episodios, pero la trama de Sophia continuaba. Sale de la cárcel tras aceptar un soborno de Linda y su esposa Crystal la espera.
La séptima temporada de Orange is the new black le dedica dos escenas a Sophia, concentradas en el episodio 11. Y el resultado es, francamente, decepcionante. Porque parece que la serie cae en el cliché de la Negra Mágica con su personaje, al presentarla como una figura de casi sobrenatural sabiduría que guía a Piper en su dilema vital.
Sophia y Piper hablan de su experiencia en la cárcel en la peluquería de la primera. Una defiende que lo mejor es dejar atrás ese pasado. La otra quiere honrar su compromiso con Alex. El problema es que Sophia no existe en esa escena, centrada exclusivamente en la chica blanca y su conflicto.
¿Sigue Sophia con Crystal? ¿Participa en la vida de su hijo? ¿Cómo lleva su vuelta a la libertad? No lo sabemos, y queríamos saberlo. La mujer trans y negra solo escucha y da sabio consejo. Y es una pena porque Orange is the new black ha demostrado que sabe hacerlo mejor.