OT 2020 pone a prueba a Noemí Galera
OT 2020 emite hoy su segunda gala -tercera, si contamos la gala cero- después de una semana, cuanto menos, movidita. Esta presente edición nos está ofreciendo momentos que son puro reality. En contraste con OT 2018, donde todo ocurría en las habitaciones, en este los conflictos, broncas y confesiones están pasando delante de nuestros ojos. Esto está haciendo que, pese a que en audiencia no consiga grandes números en share, en redes la cosa arda. También está provocando que el programa parezca que esté poniendo a prueba constantemente a Noemí Galera. O más concretamente, a su paciencia.
Noemí Galera es, junto con Manu Guix, una de las grandes veteranas del formato. A lo largo de la historia del programa la hemos visto adoptar diferentes roles. Siendo jueza, la actual directora de la Academia levantaba opiniones enfrentadas. Estaban quienes aprobaban su carácter, su franqueza y su juicio y quienes consideraban que era demasiado exigente, que era borde y que su criterio no valía para nada.
Los más nostálgicos de OT recordarán, seguramente, ese Noemí, por lista, Idaira finalista. En aquel entonces se ganó que el público la percibiera de manera más bien negativa. La llegada de Risto al año siguiente trasladó esa fama hacia él.
Esa fama negativa llegaría hasta OT 2017, donde consiguió darle la vuelta a la tortilla y demostrar por qué es la mejor directora que el programa podría tener. En dicha edición, Noemí se mostró cercana, maternal y, sobre todo, dispuesta a aprender de los chicos. Varios de los momentos más icónicos de la edición que ganaría Amaia la tienen a ella de protagonista. La percepción de España sobre ella dio entonces un vuelto total, pasando a ser de las figuras más valoradas.
En OT 2018 la cosa se mantuvo más o menos igual. Cuando llegó el famoso broncOT, la directora hizo gala de su capacidad comunicativa y de su rol como “madre” de los concursantes. El broncOT fue entre patético, divertido y trágico, siendo ella la que se saliese mejor del conflicto. Todo el mundo entendió su postura. Luego demostró ser alguien quien miraba a la cara a los concursantes, ayudando a María y a Miki en su lucha por la canción de Mecano.
No obstante, el cambio total de imagen de Noemí Galera se está consagrando en la presente edición. Si en OT 2017 consiguió ganarse a los excépticos, en 2018 a los propios fans del programa que exigían más y mejor, en esta se puede ganar a los recelosos. ¿Por qué? Pues porque está siendo todo un reto para ella como directora, reto que está saldando, manifestando que es quien mejor entiende y respeta al formato. O al menos, de las personas cuyo concepto del programa sigue siendo “puro” a pesar de la estrategia modo reality que se le ha querido imprimir este año.
Su paciencia, diplomacia y saber estar en las tutorías de Jesús y Eli han logrado que el mensaje en redes sea unánime. Noemí Galera es la mejor. Ella misma, en la tutoría con Eli llegó a decir que antes tenía la mecha corta y se encendía con facilidad, pero con el tiempo la ha llegado a controlar. Ha probado que es cierto, al menos en el ámbito profesional, al capear dos situaciones problemáticas con el público pidiendo sangre sin caer en la polémica ni en el todo por el show fácil que se le presentaba. Ha optado por la pedagogía y el respeto, dos cualidades cada vez más necesarias en nuestro día a día. Esperemos que este OT 2020 deje de estresar a la directora de la Academia y de ser una prueba constante a su paciencia.