Diez años no son nada... ¿O sí Peter Lim?
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Los 4 ó 5 fichajes que quiere Marcelino
Víctor, mi niño, cumple diez años. Jamás ha visto ganar un título al Valencia CF pero sueña con cómo debe ser ver como su equipo se convierte en el mejor en algo. Cuando él nació ninguno conocíamos a Peter Lim y los pupilos de Koeman sin Koeman levantaron una Copa del Rey con Baraja como capitán. Cuánto me arrepiento de no haberla celebrado como merecía, de no haberla disfrutado. Ahora lo echo de menos. Estaba en Canal 9 y no eran tiempos boyantes. El equipo en la Liga iba mal y no estaba la cosa para florituras. De hecho, el holandés estirado tardaría poco en ser despedido definitivamente. Cómo sería la cosa que en el acto de apertura del Centenario el club pasó totalmente de él.
Mi vida cambió, vi crecer a mi hijo y hubo momentos felices deportivamente hablando. El Valencia volvió a la Champions y con Émery vivimos cierta estabilidad. Después llegó la debacle económica. Se veía venir desde veinte años atrás, pero alguna vez el lobo iba a llegar de verdad y vino. La ampliación de capital no se cumplió, debía el Valencia hasta de callar y hubo que venderlo.
Peter Lim me generaba recelo
Peter Lim siempre me generó un punto de recelo. Lo siento, no puedo evitarlo. No entendía (ni entiendo) qué motivaciones han llevado a un empresario de Singapur a embarcarse en la aventura de reflotar, o al menos no dejar hundirse a un club como el Valencia. Supongo que algún día soñó en que le saldría rentable, lo cierto es que, hasta la fecha, el Valencia a Lim le ha costado un dineral y muchos disgustos.
Al señor en cuestión no lo conozco pero, por lo que me cuentan de él los que departen en cumbres turinesas o comidas en Las Arenas, siempre me dicen que está ilusionado, que cree en un proyecto a largo plazo y que su apuesta por el Valencia es firme. La verdad es que, tras dos años bastante malos, desde que llegó Anil Murthy y, sobre todo, con el fichaje de Mateo Alemany, el club ha enderezado el rumbo. Es un hecho.
Cerrar con pérdidas
Me encantó, además, que la apuesta de este club un año más sea asumir pérdidas y traer fichajes para seguir en la Champions. Piccini es el último ejemplo. Te guste o no, un lateral derecho hacía falta y había que ficharlo. Y es que, ante una situación económica tan delicada como la que atraviesa el Valencia, sólo hay dos maneras de afrontarlo: o reduces el gasto, eres tacaño, no inviertes y esperas que la suerte te permita entrar en Europa otro año o, asumes el riesgo, cierras con pérdidas -calculo unos 30 millones- pero a cambio refuerzas al equipo con jugadores como Gameiro, Guedes, Kondogbia y demás.
Cerrando con pérdidas nadie te garantiza el éxito, pero te ganas el corazón de una hinchada, como la de mi hijo, que está cansada de ver y oír en youtube que el Valencia algún día fue grande. El Centenario es una ocasión propicia para dar al traste con una década de oscurantismo. Háganle ese regalo a mi hijo, que la camiseta ya va de mi cuenta. Feliz semana.
David Torres
Delegado ElDesmarque en Valencia