La revolución silenciosa de Albert Celades
Aunque se le escapó la victoria ante el Real Madrid en el último instante, la lección de Albert Celades ante los merengues es la última de las que ha impartido. La revolución silenciosa del técnico en el Valencia CF ha convertido un drama en un transición menos dolorosa de lo que cualquier analista hubiera pensado.
Han pasado tres meses desde que aterrizó en pleno shock por el abrupto despido de Marcelino, vituperado en algunos foros, y cuestionado en el resto por su falta de bagaje en la élite profesional. Casi cien días después de su llegada, su revolución silenciosa (como la de los estudiantes de Alemania del Este que a mediados de los 50 con un minuto de silencio en solidaridad con los húngaros levantaron un país contra ellos) ha triunfado. Nos ha enamorado a todos.
Bien podrían aprender algunos directivos de Meriton de la empatía y la inteligencia emocional que ha demostrado el joven técnico -somos quintos- en su llegada al club. Gestos como los del beso de Gayà o el abrazo de Jaume tras la clasificación para la Champions, además de la infinidad de declaraciones que emanan de dentro del vestuario, demuestran que esa familia llamada plantilla del Valencia CF ha admitido al nuevo lobo en su manada.
El secreto de Albert Celades
Su perfil aparentemente bajo, sus declaraciones medidas y nada distorsionantes y su inteligencia emocional han sido claves para que en tres meses se haya ganado a todos: afición, jugadores y rivales. El saber colocarse en su sitio cuando entró por primera vez en el vestuario y las decisiones que ha tomado le han dado brillo a los galones que le impusieron nada más entrar.
Porque, ese tono de voz más bien pausado y tranquilo, esconde sin embargo un entrenador valiente al que las circunstancias le obligaron a tomar decisiones trascendentes. Un servidor, por ejemplo, no olvida el banquillazo a Guedes antes de su desgraciada lesión cuando no estaba bien; ni las oportunidades a Sobrino, Vallejo o Kangin, futbolistas destinados teóricamente a un papel muy secundario. Tampoco se queda en el tintero su constante decisión de no poner a Thierry, contra el que nada tengo, pero cuando lo fácil habría sido darle minutos al último hombre que trajo Jorge Mendes a Mestalla. ¿Que heredó un grupo hecho por Marcelino y cincelado por Alemany? Claro que sí. Gracias a ellos por hacerlo y a Albert Celades por mantenerlo y darle su propia pátina. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia
