Se agotan las excusas
El Sporting afronta dos partidos seguidos a domicilio que pueden marcar tendencia. La positiva no preocupa, al contrario, pero dos resultados adversos dejarían al club gijonés en una situación comprometida y con la necesidad de sumar muchos puntos en las jornadas restantes antes del parón navideño.
Y es que la Segunda División requiere regularidad. Más aún esta temporada, en la que al menos 10 equipos aspiran al ascenso. Hasta ahora prácticamente nadie se ha desmarcado, solo el Recreativo con una fantástica racha de victorias consecutivas. Todo lo contrario que el Sporting, incapaz de sumar dos triunfos seguidos.
Con ese objetivo la plantilla ha viajado a Murcia, donde se enfrentarán a un equipo inferior al nuestro. Así es y así de claro. Los presupuestos hay que justificarlos. No quiero imaginarme otra temporada más con el cuento "si conseguimos cuatro victorias consecutivas nos meteremos arriba"... ¡Vaya odisea!
Por ello, para evitar caer a la zona baja, el Sporting necesita sacar un buen balance en los dos próximos partidos lejos de El Molinón. Si ofrece la imagen de Gerona, o incluso la de Córdoba, la victoria llegará. A estas alturas la afición está harta de excusas. Que si mala suerte, el árbitro... Dos aspectos, sin embargo, que nada tuvieron que ver en el horror de Mendizorroza o incluso en el de Soria, donde se sumó un punto porque nadie buscó los tres. Un partido, este último, que tanto el cuerpo técnico como la plantilla han olvidado, por lo que no lo tienen en cuenta cuando se refieren a las decepciones de esta temporada. Y eso que el primer disparo a puerta llegó en el minuto 87. Y cuando el Numancia ya jugaba con uno menos...
Además, otro argumento muy empleado últimamente: "los equipos nos tienen muy estudiados". Algo que suena a cuento chino, más que nada porque el Sporting también puede estudiar a sus rivales. En ese sentido, podemos estar tranquilos porque "el Murcia solo ha cambiado una vez de forma de jugar" en lo que va de temporada, según apuntó el propio Sandoval. Así pues, con la lección bien aprendida, toca ganar por fin a domicilio. Eso sí, también pueden surgir nuevas excusas. Esperemos que no.