Tiene buena pinta
A estas alturas del curso suele decirse que llega el momento de la verdad. Ese tramo que acaba marcando el objetivo de aquí a final de temporada. Por ejemplo, todo pinta que el Sporting luchará por el ascenso directo. El Avilés y Oviedo por la promoción de ascenso a Segunda. El Caudal por el casi milagro de la permanencia, mientras que el Marino de Luanco y Sporting B vivirán, a priori, una situación más tranquila. En esa línea, una vez cumplido el objetivo de la permanencia, el Oviedo Baloncesto se puede permitir soñar con la ACB y el Juanfersa con la Final a 4 de la Copa del Rey. En resumen, muchos retos y casi todos esperanzadores.
Hasta aquí el camino de estos equipos ha sido bien distinto. El más calamitoso, quizá, el del Oviedo. Y es que el conjunto apoyado por el Grupo Carso no ha dejado de decepcionar a una afición que ya no traga más. Por presupuesto el Oviedo debería estar luchando por la primera posición, pero la poca fe del equipo carbayón, la dudosa planificación de la plantilla y el defecto de un jugador líder han mermado su rendimiento y desesperado a su afición.
Algo frustrante, diría yo, en comparación con el eterno rival. En realidad pocos optimistas esperaban hace meses la situación actual del Sporting. Claro está que por historia y presupuesto los rojiblancos ocupan una plaza de ascenso directo que les corresponde, pero da la sensación que en su camino ha tenido cierta fortuna. Fortuna porque salvo los serbios los fichajes del verano no tienen protagonismo. Fortuna porque ante el defecto ha renacido otra vez Mareo. Fortuna porque con los resultados la plantilla ahora cree en el discurso de Sandoval. Y más fortuna porque el nivel de esta Segunda es de los más bajos que se recuerdan. Por todo esto, por lo que vale El Molinón y su afición esta es la oportunidad del Sporting.
En cuanto al resto de equipos del fútbol asturiano, el Avilés parece por fin que ha encontrado la regularidad. Da la impresión que los de Uribe pueden llegar a la promoción de ascenso si no se pierden en el camino, gracias sobre todo a un par de jugadores que marcan la diferencia. Pienso yo, volviendo al Oviedo, que si comparamos el rendimiento de Álex Arias con el de Cervero...
Y en esa línea el filial rojiblanco tiene de una vez por todas la ocasión de formar jugadores sin la presión de los resultados. Esta vez los de Abelardo, lejos del descenso, pueden hacerse notar y llamar a las puertas del primer equipo. Yony, por ejemplo, ya ha picado a Sandoval y un día de estos el de Humanes acabará abriéndole la puerta. No en vano el Sporting puede presumir de delanteros, también de mediocentros..., pero no de interiores.
Y como no todo es cara, la cruz es el Caudal. Los de Mieres ya van por su tercer entrenador en lo que va de temporada, esperando que a la tercera sea la vencida. No lo tienen fácil, pero algo debe quedar del equipo que a punto estuvo de subir a Segunda División el curso pasado. Aún están a tiempo para salir de ahí abajo.
Por último, cambiando de deporte, el baloncesto y el balonmano vuelven a tener un futuro ilusionante en Asturias con dos proyectos distintos pero muy bien llevados. Así, el Juanfersa ha construido su futuro a partir de la inagotable cantera asturiana, mientras que el Unión Financiera Oviedo Baloncesto ha rayado la perfección a la hora de formar una plantilla con muy pocos recursos económicos.
Por ello, ambos tienen un futuro inmediato ilusionante, con un Juanfersa que de seguir así no tendrá problemas para continuar en la Liga Asobal, además de permitirse el lujo de competir por estar en la Final a 4 de la Copa del Rey. Y en este sentido no menos prometedor es el panorama del Oviedo Baloncesto, que con la permanencia en el bolsillo sueña con jugar la fase de ascenso a la Liga ACB. Ahora, ojalá, todos cumplan el objetivo y por qué no algún reto de esos que parecían imposibles a principio de temporada.