De desconexiones y ausencias del Betis en Mestalla

La derrota del Real Betis contra el Valencia en Mestalla deja un digestión pesada por la forma en la que se produjo y por el hecho de que llegaba justo antes de que el calendario se endurezca en el final de año. Un resultado decepcionante de los de Pellegrini, con seis minutos fatídicos en la segunda parte y la lectura de la dependencia de determinados pilares del equipo.

La desconexión bética en el arranque de la segunda parte fue determinante. No es la primera vez esta temporada que el Betis entra frío en algunos partidos, ya sea al principio o en el descanso, pero en esta ocasión fue duramente castigado por un Valencia hambriento de victorias y en un entorno muy especial de partido. Lo pagó caro.

Un asunto que el Betis que debe cuidar. La primera parte en Mestalla, a la que tampoco entró de la mejor forma, había mostrado un equipo serio, competitivo y que incluso tuvo ocasiones para haberse ido ganando. También las disfrutó el Valencia. Pero nada tiene que ver con lo que sucedió en la segunda mitad, con un equipo que concedió demasiado y rompió su característica solidez defensiva de este curso.

La paradoja entre los cuatros goles recibidos y la fortaleza defensiva del Betis esta temporada lleva al segundo asunto. Al de las ausencias. Curiosamente el día en el que faltó Diego Llorente, que se quedó en el banquillo tras sufrir algunas molestias al inicio de semana, el equipo experimentó un bajón defensivo. Casualidad o no.

Bartra y Natan, cuando han estado acompañados de Diego Llorente, fueron futbolistas resolutivos cada uno de ellos. Menos en Mestalla, sin el líder defensivo de este Betis. Claro que no sería justo ni se explicaría la derrota bética únicamente por los centrales. Rui Silva, Sabaly, Perraud, la falta de consistencia en el mediocampo, la falta de más pegada arriba, las decisiones de Pellegrini...

Todo acabó influyendo para que el Betis cayera en Valencia. Nada está inventado en el fútbol sobre que siempre hubo futbolistas de más peso en un equipo que otros. Otra cuestión son los lógicos discursos de los protagonistas para hacer grupo y partícipes a todos. Este Betis no es lo mismo con o sin Diego Llorente, como tampoco lo es con o sin Lo Celso, o mejor dicho sin la mejor versión del argentino que aún está a medio gas tras su lesión. Tampoco sin Isco.

El caso es que la desconexiones, aquello de que en la élite regalar aunque sea un minuto puede ser pecado mortal, y las bajas pueden argumentar la derrota del Betis en Valencia. Lo primero está en las manos de los propios jugadores y técnico. Parafraseando a Adrián San Miguel, "si no se gana y se pierde, se pierde pero se aprende".

Lo segundo está en la pericia de Pellegrini en las rotaciones, imprescindibles ante un calendario tan intenso como tiene el Betis por delante, pero también mermado por las bajas en forma de lesión. Tanta natural debe ser señalar las bajas, con zonas muy castigadas como el mediocampo, como que eso no sea coartada ante las derrotas.