Dejarse llevar no es suficiente
Una cosa es que el equipo se deje llevar, y otra cosa es que te haga el ridículo más absoluto en casa por mucho que juegue contra uno de los equipos de arriba. Esta plantilla ya ha demostrado que compite contra los grandes, y que además les gana, por lo que llegados a este punto en la historia del club, una derrota como la de ayer es inaceptable, y una falta de respeto a los aficionados. Sin embargo, de estas cosas también se aprende. La plantilla tiene que crecer, y estos batacazos son la mejor medicina para poner de nuevo el foco en lo importante: competir. Algo que ayer el equipo no hizo.
Es cierto que es mucho más “digerible” esta derrota a 11 puntos del descenso, que metidos de lleno en el barro. No obstante nada está cerrado matemáticamente, y hasta que eso no se consiga, nadie en el equipo debería bajar los brazos, es más, no debería hacerlo ni con la permanencia bajo el brazo.
Ese salto de calidad que piden los aficionados y promete el club, pasa precisamente por saber estar cuando llega este momento. Hemos visto a este equipo ganar partidos imposibles, y perder algunos que tenían ganados.
Ser capaz de lo mejor y de lo peor no es bueno. Esa montaña rusa, a la larga, te va a jugar una mala pasada, y es ahí donde el equipo no puede llegar. Es el momento de juntarse, reflexionar y poner la mirada en el siguiente objetivo. El calendario no es malo del todo en este tramo final de competición y todavía queda tiempo de dar algún susto a quienes se sienten acomodados en la zona europea.
Ahora bien, si de verdad se quiere llegar ahí el equipo tiene que demostrarlo y quizá el Sevilla no sea el rival indicado. Los de Lopetegui no es que vayan como un tiro, es que se han colocado en disposición de pelear por la liga con los tres colosos el campeonato, de hecho si se marchan a la superliga, el Levante jugaría contra el virtual campeón.
Sin embargo Elche, Celta o Alavés deberían de ser tres rivales que permitan al levante colocarse con 47 puntos antes de pasar por el dentista. De los partidos que le quedan a los granotas, estos tres y Getafe o Cádiz, deberían de ser momentos en los que demostrar que si se está ahí arriba es por y para algo.