Música maestro
El Valencia terminó como un tiro la temporada pasada alcanzado puesto de Champions League y alzando el trofeo de Copa tras llevarse por delante al todopoderoso Barcelona. Además ha conseguido mantener el bloque que le permitió alcanzar todos esos éxitos y a día de hoy es claro candidato, otra vez, a pelear por los puestos más altos de la clasificación.
Por todo esto, cuando el sorteo del calendario quiso que la Real Sociedad visitara Mestalla en la primera jornada, sinceramente, no me hizo ninguna gracia. Sin embargo, como ya pudimos comprobar no sin algo de agradable sorpresa, la Real se manejó bien ante tal rival y se desenvolvió con cierto oficio, sin caer en lo que más probable hubiera podido parecer cuando encajó el 1-0: bajar los brazos, resignarse a caer y acumular la primera derrota liguera. Como tantas otras veces.
La casi insultante juventud que inundaba el once titular, con siete jugadores por debajo de los 24 años, hacía tener dudas de con qué solvencia podría el equipo responder en según qué momentos y fases del partido. Mestalla es un campo difícil, donde la grada aprieta y Marcelino sabe más que los “ratones coloraos”.
Quizá por eso Imanol eligió, y acertó, poniendo a Miguel Ángel Moyá en la portería, no sólo para que detuviera los balones, que lo hizo y de buena manera, sino también para liderar esa defensa barbilampiña con Ahien, Le Normand y Zubeldia (22, 23 y 22 años respectivamente) y transmitir esa tranquilidad y serenidad de la que el mallorquín puede presumir y pone sobre el terreno de juego.
Quizá fuera por esto y quizá fuera también porque a día de hoy el joven Remiro (24 años y sin haber debutado en Primera División) no es mejor que Moyá. Su pretemporada tampoco ha dado lugar a pensar que sentarlo de momento en el banquillo sea ningún disparate. Si tienen que jugar los mejores, a día de hoy Moyá está por delante, tendrá que ser Remiro quien rompa esa tendencia y demuestre que es al revés. ¿Cómo? Entrenando y aprovechando sus oportunidades, cuando
lleguen claro. Antes o después, vendrán.
Si el Valencia asustaba por como terminó el año pasado, podíamos pensar lo mismo de Mikel Oyarzabal. La temporada pasada fue el mejor y remató su curso ganando el Europeo sub 21 y siendo uno de los jugadores más importantes. A veces nos olvidamos que nuestro jugador franquicia tiene 22 añitos: espectacular lo que ya ha hecho y lo que le queda por delante.
Me gustó cómo Imanol movió piezas. Por desgracia, estamos mal acostumbrados a ver dar las mismas soluciones a los mismos problemas y que éstos se sigan sucediendo una y otra vez, sin arreglarse nada. Más allá de si los cambios tácticos y demás tuvieran mayor o menor incidencia en el devenir final de los acontecimientos, al menos nos quedó la sensación de que había alternativas y se propuso algo diferente.
Esperemos que siga siendo así cuando sea necesario y veamos una Real heterogénea, dúctil y capaz de tocar suavemente el violín o reventar una guitarra eléctrica. Esto ya ha empezado ¡música maestro!
