No me gusta la orina de este enfermo
Nos las prometíamos muy felices cuando en plena época estival, nuestro Athletic Club radiaba energía y felicidad. Acabábamos de pasar una reválida muy importante y eso nos permitía volver por segunda vez a la universidad con mayúsculas, ni más ni menos que a la CHAMPIONS. La adaptación a las aulas y a los compañeros no fue fácil, hasta el punto de que por propia voluntad, solicitamos el traslado a un campus en teoría menos exigente, la UEFA Europa League.
A dichas universidades no hay que asistir de forma continua, y el caso es que en la escuela profesional de toda la vida, la liga, aquella en la que somos respetados y admirados, tampoco nuestra adaptación a este curso fue inicialmente la adecuada, teniendo que ponernos las pilas en el mes de noviembre con resultados brillantes y devolviéndonos así el optimismo. Nada más lejos de la realidad, una vez confirmada la marcha de CHAMPIONS a UEFA Europa League, vino el mes de diciembre, y lejos de dar continuidad a lo realizado el mes anterior, nos disfrazamos de Olentzero y nos dedicamos a dar regalos tanto en casa como fuera, allí donde ni saben quién es nuestro entrañable carbonero.
La realidad hoy, a mitad de curso, la analizaremos desde un punto de vista médico.
En verano mostrábamos una salud de hierro, aun asi, tuvimos que ir a consultas externas tras muestras de ansiedad y cansancio psíquico. Con unas buenas recomendaciones del galeno de atención primaria, es decir, el de “cabecera” de toda la vida, la mejoría fue notable disipando cualquier duda sobre la salud del enfermo.
Nos equivocamos, había alguna infección oculta que no pudo observar el mencionado “médico de cabecera” y dicha infección es mucho más preocupante de lo que inicialmente parecía. Tenemos una hemorragia imposible de neutralizar, no somos capaces de ingerir alimento alguno, la orina es muy amarilla, y todo esto nos provoca una descomposición galopante.
Aun con este cuadro, sigue encargándose del tratamiento el mismo galeno. Los síntomas son tan sumamente graves y preocupantes que aconsejan un ingreso inminente en el hospital y que le atienda un galeno especialista, no “el de cabecera”. Hay que parar de forma inmediata la hemorragia, hay que alimentarse aunque sea con suero, beber mucha agua para cambiar el color de la orina y con un tratamiento de choque y muy especifico, parar la descomposición tan galopante que nos puede llevar a un desenlace dramático. Estoy convencido de que la medicina existe, además es la misma que está utilizando el “médico de cabecera”, ahora bien, atendido por un especialista aplicando dosis diferentes y otra posología.
Hace unos años tuvimos un “galeno” que siendo muy exigente e intenso, sus métodos a mi entender estaban un tanto obsoletos y eso provocaba un juego un tanto anticuado. Después vino otro “galeno” que con la misma exigencia e intensidad, aplicaba unos métodos muy modernos que nos hizo ver otros horizontes, pero los “pacientes” se encargaron de que no continuara ya que no comulgaban con sus métodos. En la actualidad disponemos de un “galeno” con un grado de empatía superior a lo necesario con los pacientes y estos ya no le ven como “galeno” de referencia, sino como un paciente más y es por ello que no le hacen caso en seguir el tratamiento que intenta aplicar. Si somos un Club DIFERENTE con una filosofía ÚNICA, debemos tener siempre las mismas premisas para quien deba aplicar los diferentes tratamientos y posología a nuestro Athletic. Beti Athletic!! Y a los demás les perdonamos la envidia!!
Por Luisfer García Entrenador de fútbol y comentarista en TeleBilbao. Socio del Athletic Club.
