Es Noticia
La otra élite del fútbol
  • Mi perfil
  • Salir

La otra élite del fútbol

DMQ

Reportar vídeo

Pasión, unos colores, domingos por la tarde, bocadillos, lluvia, goles, gradas animando al unísono, bufandas al aire, amigos, botas de cuero negras y equipaciones ceñidas de algodón, enfados monumentales y felicidad, por momentos, hasta el éxtasis. Para los aficionados, si no para todos sí para una amplia mayoría, esto es el fútbol. Intangibles, un sentimiento, recuerdos inherentes a su vida.

Sin embargo, muchos de ellos ya no existen. Piénsenlo un  momento. Más allá del tres-cuatro-tres, los pivotes defensivos, el espectáculo mediático, la posesión de balón y las botas de mil colores. Casi sin darnos cuenta, gran parte de su esencia ha sido poco a poco fagocitada hasta quedar para la memoria, como parte de otra época que no volverá.
No se engañen, al fútbol apenas le queda nada de ese deporte transversal pero sobre todo popular que fue. Y no hace falta mirar al césped -que podríamos-, basta con echar un vistazo a la grada.
Hagan la prueba la próxima vez que vayan a San Mamés. Tomen algo de distancia y miren a su alrededor. Y escuchen.
Entre otras cosas encontrarán la elegancia de un restaurante con chefs que suman nueve estrellas Michelin, palcos que cuestan entre 32.000 y 75.000 euros por temporada, más de 2.000 localidades VIP cuyo abono puede superar los 3.000... Eso sí, muy cómodas y, según dice el Athletic Club, "en una zona exclusiva y con una visión del juego inmejorable".
Calma. Tampoco desesperen. Seguramente habrán leído o escuchado estos días que la Diputación de Bizkaia ha decidido ceder uno de los dos palcos VIP de San Mamés de que goza en usufructo a "entidades y personas que trabajan en y por el territorio".
Quién sabe, igual algún día les invitan a ustedes. El otro palco, dicen, seguirá empleándolo para compromisos institucionales. Aquí seguramente no tengan tanta suerte. De sus diez plazas de aparcamiento de momento no hay noticias, así que utilicen el transporte público.
El caso es que muchos de ustedes verán todo esto levantando la mirada desde su asiento, situado en las primeras filas de la grada, donde el único privilegio exclusivo es que se mojan día sí, día también. Al menos hasta el próximo verano.
Otros lo harán desde una butaca por la que, desde la inauguración del nuevo estadio, pagan mucho más. Es cuestión de probabilidades. De entre todos los equipos de Primera, solo FC Barcelona, Real Madrid y Atlético tienen un precio mínimo para abonados más caro que el Athletic.
Ya ven, para los sociólogos puede ser un gran lugar de estudio de la escala social bilbaína.
A mí, qué quieren que les diga, me da envidia ver partidos en el Westfalenstadion -ahora, por motivos comerciales, conocido como Signal Iduna Park, nadie es perfecto-, la casa del Borussia de Dortmund. Su grada sur sí es de las que retumba en media ciudad.
Dicen que es uno de los estadios más ruidosos de Europa y su afición, una de las más fieles pero no por ello violenta. 25.000 personas de pie en cada partido de la Bundesliga, en un fondo con una pendiente de vértigo, tan pronunciada como las rampas donde se realizan los saltos de esquí.
Es una imagen que desapareció de golpe del fútbol hace más de 25 años, cuando el gobierno de Margaret Thatcher prohibió las localidades de pie tras la tragedia de Hillsborough, donde 96 aficionados del Liverpool fallecieron debido a una avalancha. Al poco tiempo, la UEFA y la FIFA extendieron la obligación de que todas las entradas fueran con asiento al resto de federaciones.
Sin embargo, hoy Dortmund -y algunos más- ha demostrado que la tecnología permite recuperar una parte de la esencia del fútbol sin renunciar a la seguridad de los espectadores. Su camino está siendo seguido en Inglaterra, donde las aficiones de varios equipos de la Premier League llevan tiempo peleando por que las gradas de pie vuelvan a sus estadios.
Es más, alguno, como el Manchester United, incluso estudia cómo mejorar la acústica de Old Trafford. El caso es que no es un problema que tenga que ver con la construcción del estadio, como tampoco lo es en San Mamés. ¿Recuerdan cómo sonaba el fútbol en La Catedral? La disminución del ambiente es directamente proporcional al incremento del precio de los abonos.
Vamos, que el ambientazo en la zona VIP es tremendo cada fin de semana. Pero ahí el fútbol tiene poco de tertulia y café al día siguiente en el bar y nada de jugador número doce.
Por Vero Gómez Torres, periodista de la Cadena SER Radio Bilbao.

@Vero_TX

0 comentarios
Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta

Información básica de Protección de Datos:
Responsable de los datos: El Desmarque Portal Deportivo, S.L.
Finalidad: con la que se tratan sus datos personales: gestión de comentarios en el blog.
Derechos que le asisten: podrá acceder, rectificar y suprimir los datos, así como revocar la autorización para el tratamiento de los datos, ejercitar los derechos de limitación, portabilidad, y a no ser objeto de decisiones automatizadas dirigiéndose por escrito a la dirección: legal@eldesmarque.com.
Información adicional: puede consultar la información detallada en el siguiente enlace: https://www-origin.eldesmarque.com/politica-de-privacidad (apartado “Gestión de comentarios en foros y blogs”).

Cancelar

Cargando

Has preferido rechazar las cookies, regístrate para acceder al contenido

El registro permite navegar rechazando el aviso de cookies, pero no implica dejar de recibir publicidad ni acceso a contenido o ventajas exclusivas. Si ya estás registrado, haz click aquí para acceder.

Recuerda que tienes la opción de aceptar las cookies para acceder al contenido sin registrarte