Momento para celebrar

Se bajó el telón. Finalizó la temporada y el Athletic Club lo hizo como alumno aplicado, cuyo esfuerzo durante todo el curso se ve recompensado con las buenas notas, certificando la quinta plaza que  sirve para lograr una meritoria clasificación para la Europa League sin tener que estar pendiente de lo que suceda en la final de Copa para evitar la maldita fase previa.

Ha sido una temporada que arrancó con el éxito de la Supercopa, de la que parece que algunos ya ni se acuerdan y que ha exigido a los leones un esfuerzo físico supremo que les ha hecho llegar al tramo final con la luz de la reserva encendida pero con el aliento suficiente como para no tirar por la borda en un par de partidos el buen trabajo de diez meses, sin bajar los brazos en ningún momento.
Ahora hay que celebrar el éxito y mirar hacia delante con la próxima temporada en el horizonte. Queda por ver el trabajo que se realice en los despachos durante el periodo estival. Con la incógnita de saber que va a suceder con la continuidad de Laporte, estoy seguro de que Valverde ya tendrá confeccionada su propia lista de refuerzos no sólo para cubrir la hipotética marcha del central de Agen sino para mejorar el potencial de las demás líneas del equipo.
No voy a dar nombres porque no me gusta jugar a las conjeturas, pero sí tengo claro que el club tiene capacidad para convencer a esos objetivos que haya en nuestro reducido mercado. El Athletic es un equipo acostumbrado a luchar por un puesto en la zona noble de la tabla, un habitual de las competiciones europeas y que se deja la piel como nadie en la Copa. Son razones, junto con el músculo económico, más que suficientes para seducir a cualquier jugador con aspiraciones, como se vio con la incorporación esta temporada de Raúl García.  Por Jon Spinaro

@Jonspinaro