Gaizka Garitano y la señora Ramírez
Permítanme un inciso antes de hablarles de Gaizka Garitano... Recuerdo algunos veranos de mi niñez que terminaban con una excursión de dos días para no perdernos las fiestas del pueblo de mis abuelos. No diré cual para no dar pistas. El caso es que nos hacía ilusión, sobre todo el baile de disfraces que precedía a la traca final. No puedo olvidar la ilusión que ponía todo el mundo y, sobre todo, el despliegue de medios y semanas de trabajo para aparecer ese día con el disfraz más llamativo y espectacular posible.
Pero si rescato aquellos días de la memoria es para acordarme especialmente de la señora Ramírez. Nunca lució disfraces de alto diseño ni traídos de las mejores tiendas de Bilbao o Madrid. Lo suyo fue el arte de combinar dos buenas ideas, cuatro telas bien puestas y mucho salero para la puesta en escena. Recuerdo al sector femenino de mi familia entregado a su bien ganado aplauso y reconocimiento. No digo más.
Viene esto a cuento de que en no pocas ocasiones me he acordado de la señora Ramírez al ver al Athletic Club de Gaizka Garitano. Resulta que se ha terminado el año 2019 y su disfraz de equipo serio y con costuras firmes le ha colocado como uno de los más productivos a nivel de puntuación de toda LaLiga Santander.
Llegó a un trastero desordenado y desnortado y ahora confecciona trajes de cierto lustre en una habitación con vistas. Vaya por delante mi reconocimiento hacia su labor y, desde luego, cualquier análisis de lo que ha sido este año para el Athletic a nivel deportivo conlleva una nota alta para Gaizka y su cuerpo técnico.
¿Se puede mejorar lo de Gaizka Garitano?
Llegados a este punto, me meto en la piel de ese aficionado que cree que todo es mejorable y encuentro algunos hilos de los que tirar. Una cosa es aplaudir con las orejas por aquello de “fíjate de dónde venimos” y otra creer que el proyecto actual es de los que te deja dormir tranquilo.
No descubro gran cosa si digo que a este Athletic no le sobra nada, que su capacidad para generar buen fútbol y gobernar con cierta consistencia los partidos es bastante limitada, que lejos de San Mamés baja muchísimo sus prestaciones (una sola victoria esta temporada por no hablar de la pasada Liga) y que el equipo está condenado a ser muy efectivo arriba porque crea muy pocas ocasiones.
Está claro que la solidez defensiva sostiene la buena clasificación obtenida hasta el momento, que tal vez se haya quedado en Bilbao el mejor portero (Unai Simón) de una camada que será casi imposible repetir. Pero también que al equipo le falta el equilibrio necesario para convertir todo eso en un grupo punzante.
Está muy bien celebrar el punto del Bernabéu (faltaría más) por aquello de que los postes también cuentan y que para algo están los porteros, pero tampoco conviene olvidar que es complicado que pueda salir cara en partidos en los que te rematan tanto como ese o ante Villarreal CF, CA Osasuna o Real Betis.
Reconocer el trabajo de Garitano no significa obviar claroscuros en su labor, porque todos los tenemos. Personalmente, me sorprendió el planteamiento ante la SD Eibar en San Mamés, jugando en casa y priorizando con su alineación cómo neutralizar a un rival cargado de bajas. Un partido que llegó tras “lo” de Sevilla y al que siguió el trabajado aunque milagroso empate ante el Real Madrid.
Quiero decir con esto que el equipo se sostiene con todo el mérito del mundo, con una filosofía inimitable, pero que no está para conclusiones triunfalistas por muy holgada que sea la actual clasificación
Otra cosa es entrar en el terreno de las decisiones que toma el entrenador. Hay quien ha pedido como deseo para el año entrante que sus hijos tengan tantas oportunidades en la vida como las que Garitano le ha dado a Córdoba. Cosas de los intangibles. Yo, en cuestiones rojiblancas, le pido que que el técnico tenga el mismo arte que la señora Ramírez. Eso sí, si le dan algún 'trapito' más para un buen disfraz (lo de Mikel Merino ya es imposible), seguro que lo agradece.
Por Ramón Hernández, periodista de Radio Nacional
Imposible no hay nada en esta vida amigo Ramon...lo que hoy es negro mañana puede ser blanco solo hay que intentarlo. Si tiras la toalla antes de empezar mal vamos. O no somos el ATHLETIC