Si eliges mirar para otro lado nos arrebatamos solos la libertad
“¿Quieres escribir unas líneas?”. Hace unas semans escribir unas líneas se han hecho el equivalente de hablarnos cara a cara. Escribir unas líneas parece haberse convertido en la caminata de todos los días. Escribir unas líneas no es solo escribir unas líneas, cuando es lo único que tienes para hacer.
Es curioso como de repente todo lo que nos parecía tan sencillo se ha vuelto tan extraordinario. Antes salíamos a por las compras sin resguardo de nada. Hasta salíamos a hacer ejercicio con nuestro perro. Rezongábamos por sacar la basura... o tener que guardar el coche en el párking.
Hoy nos peleamos entre nosotros para ver quién saca la basura, hoy esperamos la hora en que a Firulais se le da por hacer pis para ver el sol y respirar aire en la puerta de casa, hoy no guardamos el coche porque… no sacamos el coche,
escribimos líneas. O dibujamos, o pintamos, o leemos…
Hace unos poquitos días nuestras preocupaciones eran otras: una final de Copa contra la Real Sociedad, -a la que por cierto, da gusto ver jugar-, cuántos de nuestros jugadores llegarían a la final, si el desgaste físico entre partido de LaLiga Santander y partido de Copa, que si encontrábamos alojamiento en Sevilla, que ¿cómo ir y volver?, y lo peor… ¿cómo conseguir entradas para el pedazo de final que se venía?
Muchos de nosotros, soñando día y noche con estar fuera del campo, aunque sea, eso. Nosotros, y ellos, entre nosotros, entre ellos, entre miles, entre kalimotxos y risas, nervios e ilusión.
Todo nos lo arrebatamos. Por duro que suene. Nosotros mismos. Cuando elegimos mirar para otro lado y salir de poteo cuando el virus se acercaba. Cuando elegimos pasar de las recomendaciones y seguir saliendo a comer con la 'koadrilla', cuando día a día nos hacemos los tontos y salimos a comprar al súper varias veces, y sacar al perro a dar paseos de media hora.
Mientras nos arrebatamos solos la libertad, condenamos a otros tantos a padecer los desastres de la cuarentena obligatoria no cumplida: enfermeros, médicos, asistentes y administrativos de salud, transporte
Y que luego, como si nada, saldremos a los balcones en todo el mundo a aplaudir su osadía, la de trabajar entre enfermos y arriesgar sus vidas, sin equipos de protección necesarios, la de dejar a sus hijos en casa por salvar la vida de los hijos de otros, la de turnos de diez horas que parecen de 100 entre gente que muere y gente que cuando se van, no saben cómo seguirán.
Pero salimos, y aplaudimos, y nos olvidamos de lo irresponsables que fuimos.
“¿Quieres escribir unas líneas?”, para mí las líneas nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda.
Cuarentena, confinamiento, aislamiento, es sin dudas el momento ideal para dar rienda suelta a la imaginación, para encontrarse con uno mismo, para reflexionar, y pensar en el otro. Y para recordar que siempre es momento para escribir unas líneas.
#QuédateEnCasa
Por Julieta Pérez Compagnucci, periodista y athleticzale