Gobierno gestual
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Espero, confío y deseo que el nuevo gobierno que tantos hemos celebrado (no solo por quien entraba sino —y sobre todo— por quien salía) vaya un poco más allá de esos gestos que anuncia y avanza, y que su política no consista en un continuo catálogo de guiños y seducciones. Digo esto porque la ilusión de súbito se convirtió en expectación, y tras las orejas de la expectación están comenzando sutilmente a sobrevolar molestísimas moscas.
Habilidad política no le resto al Peter Govern Women, pues con el simple nombramiento de las ministras ha dejado sin sentido La Nueva Regenta con la que han titulado al partido del Coleta, una monumental horterada, todo lo inclusiva que quieras, pero sin capacidad semántica para llamar al máximo con el mínimo, que es de lo que siempre se trató a nivel de partidos. Es como cuando una chirigota pone un nombre muy largo con el objetivo de hacer reír desde su anuncio. Luego no suele pasar preliminares. Los nombres largos y complejos no identifican ni representan a grandes segmentos sociales, antes al contrario y, por tanto, no se convierten en marca, estrategia económica fundamental para la compra de escaños.
A los amantes de la excelencia (para los demás, antes que para ellos) también los ha dejado callados, pues sus ministros tienen un peasso de currículum que parece hasta de verdad. Y, de momento, no han pillado a nadie mangando latas de Red Bull en gasolineras de autopista. Otra cuestión es a servicio de quién pongan su acreditada excelencia. Que, de momento, los fachas no hayan protestado también es un gesto (y de los más preocupantes).
Lo del Aquarius merece un Nobel de la Paz. Por aquí abajo también recibimos a miles, pero sin alardear ni sacarles rédito alguno. Es más una cuestión de contenido humano que de gesto político: Bondad o Buenismo, que hay de las dos. Me fío más de la primera. Pero sea Bondad o Buenismo, el hecho es que viene una avalancha tan creciente como lógica. ¿O acaso esperaba Occidente que la explotación del Tercer Mundo iba a salirle gratis? Ahora llega la factura, y con recargo. Menos mal que en Occidente aún queda mucho cristiano, que si no es católico, es luterano, calvinista, anglicano…. o agnóstico… ¡pero filántropo! De hecho, la solución para el turismo invasivo podría ser la reconversión del espacio hotelero en infraestructura de acogida a migrantes víctimas de nuestras putas políticas exteriores. ¿No?
Pero a lo que vamos. Que la Lomce no ha habido ministra que la ponga de nuevo sobre la mesa (si es que la lleva en la cartera, que lo dudo), que la Reforma Laboral de los putos cojones parece ser que “no hay mayoría suficiente para derogarla en su integridad”, que “se estudiarán” algunos aspectos de la Ley Mordaza, que los impuestos (“la fiscalidad”, que suena mejor) es lo que mantiene el sistema público de pensiones… ¿Y los bancos? ¿Y el Ibex35? ¿Y el aumento de subvención para la concertada? ¿Y la devolución de lo recortado por los gobiernos del gallego? Todo esto es mucho más prioritario —infinitamente más prioritario— que las políticas gestuales de cambio de calles, exhumaciones y condecoraciones arrancadas, que también son trascendentales y mucho, pero que de esto no se come, sino de lo otro. Y lo otro está empezando a ocupar el fondo sur de vuestros despachos. Ojú. Moscas… Moscardones… Hasta abejorros oigo zumbar tras mis cada vez más escépticos parietales.
Te voy a recordar de nuevo, atlético Presidente, que nuestra ilusión no era solo matar al perro, sino acabar con la rabia. Y si te has creído que la rabia se cura con gestos eres igual de tonto que el que echaste hace tres semanas. Por tanto, como creo que no lo eres, espero que no te pases lo que te queda de legislatura jugando al mus con el pueblo y gobiernes de verdad. ¿Cómo? Acabando con la rabia. Y para acabar con la rabia hace falta tanto ovario como esa misma capacidad de negociación que tuviste para matar al perro.
Ya no nos vale la excusa del “no se puede”, porque precisamente en política (para muestra tu propia investidura) se ha demostrado que “sí se puede”… si se quiere, claro. Y si la democracia puede llegar a ser terrible o maravillosa —depende— es porque prevé mecanismos legales al revés y al derecho de la ley y de la trampa tanto para convertirse en tiranía como en continuismo o, por el contrario, en democracia real.
Pd.: Búscate la vida —que para eso te pagan— y acaba con la rabia. Y acaba prontito, picha. Si no, el nuevo perro vas a ser tú. Y en este país ya no aguantamos a más perros.
JUAN CARLOS ARAGÓN