La final en el Sánchez-Pizjuán

Poquito a poquito, suave, suavecito. O despacito, como dice la gran canción del gran Luis Fonsi. Me puedo ir también al partido a partido del Cholo Simeone pero me centro en el día a día de Manuel Pellegrini, el gran artífice de la buena temporada del Real Betis, para mostrar en estas líneas cuál debe ser el objetivo (o sueño) a largo plazo del club verdiblanco y de los béticos. Repito: día a día, porque lo primero será ganar en Elche y no hacer las cuentas de la lechera. Pero el bético debe soñar desde ya (si no lo ha hecho antes) con jugar la final de la Europa League 2022 en el Sánchez-Pizjuán. Es más, debería ser el gran reto del Betis. Y me explico.

Me explico porque el sueño, y el reto, puede parecer un imposible a simple vista. Lógicamente, fácil no es. Llegar a ese tipo de partidos está al alcance de muy pocos equipos y por el camino debe ganar mucho. Muchísimo. A buenos rivales y a rivales menos buenos. Hay que tener una pizca (o mucha) suerte en los momentos más complicados. Que un arbitraje te favorezca cuando el día parezca negro. Que tu portero pare, que tu delantero marque y que tus defensas eviten también los goles rivales. Muchas cosas y faltan otras tantas por narrar, pero el sueño, mientras sea posible, ahí está.

Y por eso digo que ese sueño, ahora mismo posible viendo la trayectoria del Betis (y los números) esta temporada, está ahí. Un sueño que se torne en veneno verde, porque cumplirlo sería histórico e inolvidable. Más aún, sobre todo, por encima de todo y es lo único que valdrá al final, si llega el Betis a esa final y la gana. Perderla sería un golpe letal. Y como al bético le gusta soñar, pongámonos que ese sueño se cumple. De momento, no se despierten, por si acaso.

Para llegar a ese día falta mucho, insisto, que diría aquel, y en el Betis deben mejorar mucho. Porque siempre hay que mejorar y al Betis le falta mucho por hacer. También por soñar, pero una clasificación europea exigiría un cambio importante en la plantilla y en el manejo de los dineros y ahí es donde deben aparecer sus dirigentes y Antonio Cordón. Está claro que Pellegrini les está dejando el camino muy limpito.

Hagan caso al nuevo Don Manuel. Porque Don Manuel está logrando en el Betis lo que casi nadie pensaba. Eso sí, el Betis no ha logrado aún el primer objetivo de ir a Europa. Ese día aún está lejos pero se ha metido muy de lleno en la pelea y va a pelear hasta el final. Y luego, a seguir soñando. A soñar con la final en el campo del Sevilla. Poquito a poquito, despacito, pero ese veneno verde no puede faltar. Lo normal es que el sueño se rompa por el camino... o no. Es el momento de demostrarlo.