La marcha frustrada de Monchi y la decisión del Sevilla

Hechos: El pasado día 30 Monchi le comunicó al Consejo de administración del Sevilla su intención de marcharse. Adujo problemas personales y, simplemente, dijo que se iba. El club, Pepe Castro a la cabeza, quedó en 'shock'. Monchi, posiblemente el mejor director deportivo del mundo, el gran artífice del mejor Sevilla de la historia, se iba días después de celebrar la Liga Europa como si no hubiese mañana y en medio de la planificación de la plantilla. Encima, la hija del presidente estaba en puertas de una delicada intervención quirúrgica, exitosa a la postre afortunadamente.
Más hechos: Después de varias conversaciones y una reflexión de casi 24 horas, el Sevilla, temeroso de que Monchi pueda fichar por otro equipo, le demanda la cláusula de liberación de cinco millones que se firmó el pasado verano al renovar el director deportivo.
Opinión: Monchi se lo merece casi todo. Es el mejor y lo ha demostrado, pero ha medido mal. La fecha no es la adecuada y el Sevilla necesita sus servicios. A día de hoy, no hay una sola solución a la altura de las circunstancias para un proyecto ambicioso de equipo campeón, en Champions, con dos finales en puertas y deseos de crecer. Se queda a disgusto, eso es una evidencia, pero no concibo que Monchi trabaje mal, como no concibo tampoco que el club no le deje trabajar, no le deje decidir. Si Monchi sigue y esto no tiene más capítulos a corto plazo lo hará a tope, porque ya lo ha demostrado, y el Sevilla tiene que estar a la altura de la decisión adoptada, porque cualquier otra cosa sería una incongruencia. 
Me mojo y doy una posible solución: Si esto sigue así, ¿no sería más lógico llegar a un acuerdo y disolver amistosamente la relación en septiembre? No es tanto tiempo y, si no hay ofertas, tampoco creo que pase nada, ¿no?