Eliud Kipchoge y Caterine Ibarguën, atletas mundiales del año
José Antonio Diego
Montecarlo, 4 dic .- El keniano Eliud Kipchoge, autor de un récord mundial portentoso en el maratón de Berlín (2h01:39), y la colombiana Caterine Ibargüen, campeona de la Diamond League en salto de longitud y triple, han sido proclamados atletas mundiales del año en la Gala de la IAAF en Mónaco.
Kipchoge es el segundo keniano que recibe el galardón -ocho años después de David Rudisha- y Caterine, que tuvo que improvisar un vestido de gala tras perder la maleta en el viaje, se convierte en la segunda atleta latinoamericana que recibe el premio, 29 años después del éxito de la cubana Ana Fidelia Quirot.
Los trofeos Estrella Emergente fueron para el pertiguista canadiense Armand Duplantis y la vallista estadounidense Sydney McLaughlin, y el trofeo Presidente al suizo Andreas Brugger, organizador del mitin de Zúrich.
El récord mundial alcanzado el 16 de septiembre en la capital alemana, que reavivó el debate sobre los límites humanos en el maratón, hizo de Kipchoge la figura estelar del año atlético.
Sus victorias en diez de los once maratones que ha corrido a lo largo de su carrera deportiva, incluido el de los Juegos de Río 2016, ratifican su absoluta supremacía en la ruta y han hecho de él una leyenda viva. Sólo se le escapó la victoria en Berlín 2013, cuando terminó segundo con un tiempo de 2h04:05, por detrás de su compatriota Wilson Kipsang, que batió el récord mundial con 2h03:23.
Hace año y medio, el 5 de mayo de 2017 en el autódromo de Monza, Kipchoge corrió el maratón más rápido de la historia, culminando con una marca no homologable de 2h00:25 el reto diseñado por Nike para bajar de las dos horas en la carrera de 42.195 metros.
Contando con liebres que, contra el reglamento, alternaban carrera con descanso, Kipchoge pulverizó, no obstante, la mejor marca de la historia, las 2h03:02 de su compatriota Geoffrey Mutai, igualmente no homologable debido al recorrido ligeramente descendente de Boston.
Kipchoge ha culminado una asombrosa trayectoria que eclosionó en 2003 cuando, con sólo 18 años, batió en la final de 5.000 metros de los Mundiales de París a dos grandes, el marroquí Hicham El Guerruj y el etíope Kenenisa Bekele.
Estos dos últimos años, Kipchoge ha demostrado que el muro de las dos horas en el maratón está a la vuelta de la esquina.
Competían con Kipchoge por el galardón mundial el francés Kevin Mayer, que ha batido el récord mundial de decatlón con 9.126 puntos; el estadounidense Christian Coleman (campeón y plusmarquista mundial de 60 lisos con 9.79); el sueco Armand Duplantis, campeón de Europa absoluto de pértiga y sub-20 del mundo, y el catarí Abderrahman Samba, invicto en 9 carreras de 400 m vallas y autor del mejor registro mundial desde 1992, con 46.98.
Caterine Ibarguën resultó preferida frente a sus cuatro rivales por el trofeo: la belga Nafissatou Thiam, campeona de Europa de heptatlón -disciplina en la que termina el año invicta y ganadora del premio en 2017; la británica Dina Asher-Smith, campeona de Europa y líder mundial del año en 100, 200 y 4x100; la keniana Beatrice Chepkoech, que batió por ocho segundos el récord mundial de 3.000 m obstáculos con 8:44.32; y la velocista bahamesa Shaunae Miller-Uibo, invicta en 15 competiciones.
Su impecable trayectoria del año señalaba como favorita a Caterine: campeona de la Copa de Mundo y de la Diamond League tanto en triple como en longitud (con sólo 24 horas de diferencia), campeona centroamericana y del Caribe en ambos saltos, invicta en sus ocho competiciones del año en triple.
Era la quinta vez que la antioqueña aspiraba oficialmente al premio: lo hizo en 2013, 2014, 2015 y 2016, y regresaba ahora a la puja -ya entre las cinco finalistas- después de su ausencia en 2017, cuando en su camino se cruzó la venezolana Yulimar Rojas para alzarse con el título mundial en Londres.
Ibarguën, que estuvo a punto de abandonar el atletismo con solo 24 años al no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ha crecido de la mano de técnicos cubanos.
Regla Sandrino la condujo en Medellín al salto en todas sus versiones: longitud, altura y triple, y cuando se graduaba de enfermera en la Universidad Metropolitana de Puerto Rico fue rescatada para el atletismo por Ubaldo Duany, que la ha convertido en la mejor saltadora de triple del universo.
Un salto de 15,17 metros le dio el oro olímpico en Río 2016, cuatro años después de haber ganado la plata en los de Londres.
Desde aquella final olímpica londinense, Caterine encadenó 33 victorias consecutivas en alta competición. Ganó la liga de Diamante de la especialidad de triple en 2013, 2014 y 2015, los títulos mundiales de Moscú 2013 y Pekín 2015, y alcanzó su actual récord personal (15,31) el 8 de julio de 2014 en Mónaco. Sólo perdió en Birmingham, el 5 de junio de 2016, otra vez ante la kazaja Olga Rypakova, la misma que le había privado del oro en Londres 2012.
El atletismo latinoamericano sólo había recibido una vez el trofeo que reconoce la máxima excelencia mundial del año. Han transcurrido 29 años desde que la ochocentista cubana Ana Fidelia Quirot recibió en 1989 el premio en compañía del vallista estadounidense Roger Kingdom, en la segunda edición de los premios.