El duro relato de un jugador de béisbol con cáncer y la reacción de su hija: “Papi, ¿vas a morir?”

Se llama Carlos Carrasco, es jugador de béisbol de los Cleveland Indians y tiene una leucemia que no va a dejar que le gane el partido más importante de su vida. El venezolano habló abiertamente de cómo el cáncer ha influido en su vida en una extensa carta que escribió para The Players Tribune que pone los pelos de punta y hace que te emociones, sobre todo, con los gestos y las palabras de su hija Camila, de ocho añitos. "Puedo tener cáncer, pero el cáncer no me tiene", es la frase que ha elegido como slogan de vida y lucha, así como de título para este artículo.

Así se enteró Carlos Carrasco de la noticia

"Diez segundos. Ese es el tiempo que estuve sentado allí en el hospital pensando que iba a morir. Pensando en no estar más en esta Tierra. Sobre ... el final de mi vida. Y no estar más cerca de mis hijos, no estar allí para escucharlos reír, para verlos sonreír o para verlos crecer. Sobre dejar atrás a mi esposa, sola", comenzó contando el jugador un enternecedor relato que sigue así: "El doctor fue muy bueno al explicar todo y al darnos información detallada, pero mientras hablaba, mi esposa pudo ver que no lo entendí completamente. Nunca antes había escuchado nada sobre la leucemia y ella podía decir que en realidad no se estaba registrando conmigo. Que estaba un poco sentado allí asintiendo con la cabeza mientras el doctor hablaba".

Carlos Carrasco, cuando se enteró que tenía cáncer: "Todo lo que podía pensar era en morir. Todo estaba muy oscuro y triste. No le desearía esos 10 segundos a nadie"

"'¡Espera!', dijo, mi esposa. 'Detener. Detente por un segundo, por favor'. Se volvió hacia mí y me agarró del brazo. Mirándome a los ojos, ella dice: 'Carlos. ¡Carlos! "Tienes cáncer'. Y justo allí, justo cuando Karelis terminó esa última palabra, cáncer ... fue entonces cuando comenzó el reloj de 10 segundos. Fueron los peores 10 segundos imaginables. Pareció durar para siempre, como si esos 10 segundos fueran en realidad días, días y días, en los que todo lo que podía pensar era en morir. Todo estaba muy oscuro y triste. No le desearía esos 10 segundos a nadie", añadió.

Su hija Camila

La pareja tiene cinco hijos, pero sólo le contaron a los dos mayores el problema. Camila, de ocho años, no tenía ni idea de lo que pasaba y se enteró en un partido de béisbol contra el cáncer y toda la familia terminó llorando. "Descubrió que su padre tenía cáncer justo allí en el estadio de béisbol. Mirándome en la pantalla grande. Cuando volví a mi asiento, tan pronto como mi hija me vio, corrió hacia mí. Había lágrimas saliendo de sus ojos. '¡Papá, tienes cáncer! ¿Vas a morir? Papi, ¿vas a morir?'", contó Carrasco.

"Y en ese momento, escucharla decir esas palabras, mi esposa, mi hijo mayor, yo mismo, todos los que escuchamos eso... todos comenzamos a llorar. Estoy llorando, pero recupero el aliento lo suficiente como para hablar. '¡NO!', Le dije. 'Voy a estar bien. Los doctores me dijeron eso. Dijeron que estaré bien ... lo prometo. Sin embargo, no estaba convencida. No importa cuántas veces lo dije'", añadió.

Carlos Carrasco: "Lo que recordaré es que Camila gritó apoyo al padre que, unos meses antes, le prometió que no moriría"

El pasado 1 de septiembre, Carlos Carrasco volvió a jugar un partido y lo que más recuerda, son los ánimos de su hija Camila. "Cuando estaba a punto de lanzar ese primer lanzamiento, todo el estadio estaba en silencio, y de repente escuché '¡Vamos, Papi! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡VAMOS!!!!!!!!!'. Todo el estadio estaba en silencio, excepto por una pequeña voz. '¡Papi, vamos!'. Era Camila. Mi niña de ocho años. Lo hizo antes de cada lanzamiento que lancé. Tan fuerte como pudo. ¿Y sabes qué? No lancé mi mejor bola ese día. No fue mi mejor salida. Pero dentro de unos años, no recordaré esa parte. Lo que recordaré es que Camila gritó apoyo al padre que, unos meses antes, le prometió que no moriría".

Otro de sus peores momentos

Así habló Carlos Carrasco de un momento muy difícil: "A pesar de lo seguro y positivo que era, definitivamente tuve mis malos días. Solo porque dejé de concentrarme en pensamientos negativos después de esos primeros 10 segundos, no significa que no sea humano, ¿sabes a qué me refiero? Te estaría mintiendo si dijera que no hubo momentos en los que el miedo, la duda y la frustración aparecieron. El más difícil de esos momentos ocurrió un mes después de mi diagnóstico. Nunca lo olvidaré".

"Decidí lanzar una sesión de bullpen para ver cómo estaba mi brazo después de un poco de despido, y nuestro entrenador de lanzadores, Carl Willis, estaba allí para supervisar todo. Desde el principio, me di cuenta de que algo estaba mal. Salí a ese montículo y la pelota simplemente no iba. Intentaba lanzar como lo haría normalmente, pero era como 20 o 30% de lo que estoy acostumbrado. Ni siquiera podía llevar la pelota al receptor sin que rebotara. Lancé cinco lanzamientos así. Después de ese quinto lanzamiento, me detuve unos segundos porque estaba muy frustrado y Carl se acercó a mí. '¿Qué pasó?', preguntó", continuó.

"Y había algo en esas palabras. ('¿Que pasó?') Por alguna razón, realmente me afectaron mucho en ese momento, y antes de darme cuenta comencé a llorar allí mismo en el montículo. No pude detener las lágrimas. Fue como: ¿Por qué me pasó esto a mí? Esto no es justo. ¿Por qué yo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Por qué me ha ocurrido esto a mi? Carl me dio un fuerte abrazo y me dijo que todo iba a estar bien. Pero podría decir que tal vez no estaba seguro", relató.

Carlos Carrasco: "Por extraño que parezca, de alguna manera estoy agradecido por mi leucemia debido a la oportunidad que me ha brindado de convertirme en un modelo a seguir"

Carlos Carrasco, el ejemplo de muchos niños con cáncer

A raíz de todo esto, Carlos Carrasco visita y ayuda a los chicos con leucemia: "Esta enfermedad y mi batalla contra la leucemia me han permitido llegar a tanta gente y dar esperanza a tantos niños que he podido visitar en Cleveland Clinic Children's. Entonces, por extraño que parezca, de alguna manera estoy agradecido por mi leucemia debido a la oportunidad que me ha brindado de convertirme en un modelo a seguir y un símbolo para aquellos que realmente podrían necesitar algo de apoyo e inspiración.

"Las cosas realmente están mejorando ahora mismo también. He vuelto a sentirme al 100%. Soy más optimista que nunca. Y gracias a esta increíble ciudad, y a la gente de Cleveland que me ha mostrado tanto amor, y a los médicos y cuidadores que supervisaron mi recuperación, puedo decir con certeza que no iré a ningún lado. Voy a estar bien. Así que ahora es hora de ver cómo ganar un trofeo del campeonato mundial para llevarme en mis visitas al hospital", terminó diciendo en su extensa carta.