El Ademar León viaja a Polonia a jugar "de igual a igual" ante el Wisla Plock
El entrenador del Abanca Ademar, Rafael Guijosa, afronta la cita del sábado en la cancha del Orlen Wisla Plock polaco planteando un partido de "igual a igual", a pesar de ser consciente del potencial del conjunto que dirige Xavi Sabaté.
De hecho, Guijosa ha señalado, tras la última sesión preparatoria en la capital leonesa, antes de emprender viaje esta madrugada, que su rival es un equipo "que ha caído a los grupos C y D, cuando en realidad debería estar en el A ó el B -donde compiten los más poderosos del continente- y es el mejor equipo del grupo, algo que se sabía desde el principio".
Sin embargo, dada la trascendencia del encuentro, en el que ambos equipos dependen de sí mismos para garantizarse la clasificación para la siguiente eliminatoria de la Liga de Campeones, el entrenador madrileño reiteró que acuden con la intención de "ganar, quizá no con la presión que puedan tener ellos, pero con la ilusión de seguir el sueño de continuar en Europa".
Por ello, pese a recordar que el presupuesto del Abanca Ademar es el más bajo de toda la máxima competición continental y de que su equipo, hasta ahora, está realizando una actuación "digna", ha asegurado que "no va a renunciar a nada".
De todas formas, después de un comienzo titubeante, en el que incluso encadenaron sendas derrotas en León y Rumanía, el Orlen Wisla Plock ha enderezado el rumbo, tanto en su propia competición liguera, donde también había caído, como en la Liga de Campeones, para colocarse como líder del grupo D.
"Ellos encontraron a una de las mejores versiones del Ademar en la primera vuelta y está claro que es muy difícil ganar fuera en Europa, porque lo normal es que el de casa tenga un punto más de posibilidades porque también los arbitrajes, sin ser caseros, si son más permisivos", comentó.
Entre los peligros del equipo polaco destacó su posible "punto de acierto en el lanzamiento exterior", por lo que cifró todas las opciones en volver a repetir una "defensa sensacional y el poder hacer aguas y huecos en su defensa".
"En León coincidió un partido de dulce propio en el que salió casi todo y a ellos nada", explicó.