Argentino Matías Ola cruza Estrecho de Gibraltar en su vuelta al mundo a nado
El nadador argentino Matías Ola ha completado en Tánger la tercera etapa de su proyecto de unir el mundo a nado, que consiste en nadar entre los distintos continentes para "llevar un mensaje de paz y solidaridad entre los pueblos".Ola, que dio hoy una conferencia de prensa en la Embajada de su país en Rabat para explicar su proyecto, nadó el pasado sábado en un tiempo de 4 horas y 4 minutos la distancia que separa Tarifa, la punta sur de Europa, de la costa tangerina, la punta norte de África.
Asistido por la Asociación de Cruce del Estrecho de Gibraltar, que puso a su disposición un barco guía que precede al nadador y una lancha de asistencia, Ola necesitó 13.200 brazadas para cubrir los 15 kilómetros que separan los dos continentes.
La dificultad de este estrecho -explicó- estriba en las corrientes transversales, que arrastran repentinamente olas de agua fría, además del intenso tráfico de navíos mercantes, por lo que la labor del barco guía es esencial.
Matías Ola, que aprendió a nadar a los 21 años y ahora se ha convertido en un especialista de la natación en aguas abiertas, precisó que nada sin traje de neopreno incluso en aguas árticas o antárticas, lo que le distingue de otros nadadores (como el dominicano Marcos Díaz o el marroquí Hasan Baraka) que han emprendido antes que él la unión de los cinco continentes.
La primera etapa del proyecto "Unir el mundo", en agosto de 2013, fue la más complicada: el Estrecho de Bering, de 134 kilómetros, que separa América del Norte de Rusia, y en esa ocasión la travesía de seis días la hizo junto a un equipo internacional cuyos miembros se iban relevando en el agua cada cuatro horas.
En octubre de ese mismo año, y ya en solitario, cruzó el Bósforo, entre Europa y Asia, y siguió entrenándose para tratar de completar su aventura este mismo año, pues tras Gibraltar se desplazará mañana a Nueva Guinea para nadar desde las playas de Indonesia hasta las de Papúa-Nueva Guinea (14 kilómetros).
El 23 de septiembre, Ola tiene previsto nadar en el Mar Rojo, entre Jordania y Egipto, en una zona con abundantes tiburones, por lo que llevará un sensor en el tobillo que emite vibraciones para espantar a los escualos.
El proyecto de Matías Ola está financiado por la Cancillería argentina, las universidades de Belgrano y San Pablo y varias empresas privadas de su país, y con los beneficios que obtenga sueña con restaurar o construir centros deportivos en su tierra natal de Tucumán.