Según el exseleccionador inglés y campeón del mundo con el XV de la Rosa en 2003, Sir Clive Woodward, en semifinales estarían los 4 seleccionados europeos. Erró el bueno de Clive. Tan solo Inglaterra ha ganado su eliminatoria de cuartos, sufriendo y mucho ante Fidji, y el resto de los europeos han quedado eliminados por los del sur. Así Irlanda, Francia y Gales han dicho adiós a esta Copa del Mundo, y en una de las semifinales estarán Sudáfrica e Inglaterra, y en la otra Nueza Zelanda y Argentina.
Irlanda 24 -Nueva Zelanda 28.
El XV del Trébol nunca había logrado alcanzar las semifinales de una copa del Mundo, pero esta vez parecía que iba a ser la ocasión de romper con esa “maldición”.
Llegaban a esta Copa del Mundo como número uno del ranking (más de un año en esa posición); habían ganado a los All Blacks en Nueva Zelanda dos veces consecutivas; llevaban 17 victoria seguidas; habían ganado todos sus partidos en la fase de grupos, incluyendo sendas victorias frente a Sudáfrica y Escocia. Es decir, lo tenían todo a su favor.
Enfrente estaban los siempre competitivos All Blacks quienes no estaban atravesando su mejor momento y habían mostrado su debilidad ante la anfitriona Francia en la fase de grupos.
Nunca se puede dar por “por muertos” a los de negro. Una grandísima y ordenada defensa; efectividad en ataque y ciertas decisiones de los del Trébol (jugar tres golpes a la touch en vez de intentar conseguir puntos a palos) les pudo costar la eliminatoria.
En estos partidos mata-mata ante selecciones de gran potencial el manual dice que tienes que intentar asegurar puntos cada vez que pisas la línea de 22 contraria.
Ambos equipos salieron con todo. No hubo sorpresas en los quince iniciales.
Se inició el partido con dominio de los de negro, adelantándose gracias a un golpe de Mo´unga (min. 8). Tuvo la oportunidad de empatar Sexton pero decidió, como hemos dicho más arriba, buscar el saque de lateral, que no llegó a buen puerto.
Un nuevo golpe de los All Blacks, convertido esta vez por Jordie Barret, seguido de un ensayo de Fainga'anuku, transformado por Mo'unga, ensanchó el marcador hasta un 0-13 en el minuto 20.
No se vinieron abajo los del Trébol, que anotaron 10 puntos seguidos por medio de un golpe de Sexton y un espectacular ensayo de Bundee Aki, tras sortear a tres rivales dentro de la 22 neozelandesa, convertido así mismo por Sexton (10-13).
Volvieron los de negro a abrir brecha con un nuevo ensayo, esta vez de Savea (10-18, min. 35), e Irlanda, aprovechando la expulsión temporal de Smith (min. 37), y tras volver a buscar el saque de lateral en otros dos golpes, por fin lograron a la segunda ensayar por medio de Gibson-Park, convertido de nuevo por Sexton, dejando así el marcador al descanso en un cerrado 17-18.
Un primer tiempo muy igualado y muy físico que ponía muy a las claras que los detalles marcarían el devenir del partido.
En el inicio de la segunda mitad, Irlanda dio un paso al frente y comenzó a rondar asiduamente la 22 de los kiwis, pero éstos se hicieron fuertes en defensa y aprovecharon una contra para lograr un nuevo ensayo de Jordan, tras espectacular ruptura de Mo´unga de la línea defensiva irlandesa, convertido por Jordie Barrett (17-25 en el min. 54).
Sexton falló acto seguido un golpe fácil y el nerviosismo empezó a palparse entre los de verde. No podían penetrar la férrea defensa neozelandesa y el tiempo iba corriendo.
Un ensayo de castigo a favor de los del Trébol tras touch a cinco metros y hundimiento del consiguiente maul ponía el marcador en un apretadísimo 24-25 (min. 64). Todo podía pasar, máxime cuando el neozelandés Taylor fue expulsado temporalmente en ese mismo minuto.
Jordie Barrett, con un jugador menos, convirtió un nuevo golpe de castigo, 24-28 (min. 69), lo que dejaba a Irlanda a un solo ensayo de la victoria con 11 minutos por jugar y con la ventaja de contar con un jugador más durante 5 minutos de esos once.
La última jugada del partido fue espectacular. Irlanda tuvo cerca el ensayo. Muy cerca. Enlazó en cinco minutos 36 fases, entró en la 22 kiwi, pero a ras de la línea de 10, en un ruck, la leyenda Sam Whitelock “pescó” el oval, provocando el retenido de los de verde, el consiguiente golpe y final de partido.
El XV del Trébol tendrá que esperar otros cuatro años para enfrentarse, una vez más, a su particular maldición de cuartos, pero ya sin el histórico Sexton, retirado del rugby internacional tras este partido, mientras que los All Blacks, siguen a lo suyo. Una semifinal más.
Argentina 29 – Gales 17.
La anterior vez que los Pumas alcanzaron la semifinal fue también en Francia (Copa del Mundo de 2007) y no solo eso, sino que lograron el tercer puesto venciendo precisamente a Francia, en lo que hasta la fecha ha sido su mejor resultado en un Mundial.
El partido entre Dragones y Pumas se puede resumir en lo que sucedió del minuto 74 al 80 de partido.
Con un marcador de 19-17 a favor de Argentina, Gales hiló una gran jugada de ataque, llegando el oval al velocista Rees-Zammit a poco más de 10 metros de la línea de marca albiceleste cuando apareció Matías Moroni y lanzándose logró placar al vuelo al galés echándole fuera de la línea de lateral cuando el ensayo parecía ya un hecho.
Acto seguido, llegó la puntilla para el XV del Dragón cuando en un ataque galés en medio campo tras melé, Nico Sánchez interceptó un pase y corrió con el oval en sus manos hasta posarlo bajo los palos de los Dragones. Ensayo y conversión de Bofelli que puso en el marcador a los Pumas 9 puntos arriba a cuatro minutos del final.
Fueron dos golpes muy duros para los galeses que vieron como en poco más de 3 minutos se les escapó la semifinal.
El marcador final lo redondeó para los Pumas Nico Sánchez con la conversión de un golpe sobre la bocina.
Hasta ese minuto 74, el partido fue igualadísimo.
A los 14 minutos del primer periodo llegó el primer ensayo galés conseguido por Biggar, convertido por él mismo, seguido por un golpe de castigo, también Biggar, que ponía el marcador en un 10-0 (min. 20) para los Dragones con unos Pumas desacertados pero que se mantuvieron en el partido por medio de la bota de Bofelli quien convirtió dos golpes de castigo (mins.38 y 40), llegándose así al descanso con un marcador de 10-6 para Gales.
El segundo tiempo comenzó como acabó el primero, con sendos golpes de castigo a favor de los Pumas, convertidos por Bofelli (mins. 43 y 48), que ponía a éstos arriba en el marcador por primera vez en el encuentro (10-12).
Gales se rehízo y consiguió un nuevo ensayo por medio de Tomos Williams convertido por Biggar (17-12, min. 56), respondido por los Pumas con un ensayo de Sclavi convertido por Bofelli (17-19, min. 65).
Luego llegaron las jugadas claves en la victoria de los Pumas arriba comentadas, que sitúan a los albicelestes en las semifinales de este Mundial tras un inicio desalentador, cuando en su primer partido fueron superados con claridad por una Inglaterra que jugó en inferioridad numérica durante 78 minutos.
La anécdota del partido fue la lesión del árbitro Jaco Peyper en el minuto 12 del primer tiempo teniendo que ser sustituido por el asistente Karl Dickson.
Inglaterra 30 – Fidji 24.
Fidji, a modo y manera de lo que sucedió en su partido inicial de esta Copa del Mundo jugado contra Gales, mereció la victoria, pero el XV de la Rosa hizo valer sus galones y experiencia.
Inglaterra no está en su mejor momento. No despliega un gran rugby. Pero es ordenada, efectiva, sabe a lo que juega, y se ha colado en las semifinales donde nadie la esperaba antes del inicio de esta Copa del Mundo.
El seleccionador inglés Borthwick mantuvo con la 10 a Farrell dejando a Ford en el banco, pese a las buenas actuaciones de éste en la fase de grupos, y apostó por situar de full back a quien en teoría fue convocado como tercer apertura, el joven Marcus Smith.
El plan de juego inglés fue el mismo. Juego al pie. Constantes patadas de Farrell y presión para mantener a los Fidjianos en su 22.
Les fue bien en el primer periodo: tres golpes de castigo y una conversión de ensayo logrados por Owen Farrell, y dos ensayos, uno de ellos, espectacular, de Manu Tuilagi (min.14) y otro de Joe Marchant (min. 23).
Para colmo de males, el ala fidjiano Habosi fue expulsado por un choque involuntario de cabezas con Marcus Smith.
Curiosamente, con 14 jugadores, en una jugada “marca de la casa”, y tras un pase entre las piernas de Droaese, el ocho fidjiano Mata, tras un amago, entró derecho a palos sin que ningún inglés hiciera ademán de intentar placarle. Ensayo convertido por Lomani que ponía en ese momento el marcador en 15-10 (min. 29).
Dos golpes de castigo convertidos por Farrell ampliaron la diferencia a 21-10 para los ingleses al descanso.
En la segunda mitad, ambos equipos siguieron a lo suyo. El XV de la Rosa a mantener el orden y su juego al pie, y los Flying Fidjians a su juego de manos, precipitado y caótico a ratos. Ello llevó a que hasta el minuto 60 no se moviera el marcador, y lo hizo a favor de Inglaterra por medio de un nuevo golpe de castigo convertido por Farrell (24-10).
A partir de ahí, Fidji comenzó a imponer su “caos” sobre el orden inglés, logrando sendos ensayos por medio de Peni Ravai y Botitu, ambos convertidos por Kuruvoli, que igualaron el marcador (24-24, min. 70), pero en ese momento apareció la jerarquía y veteranía de Farrell jugándose un drop (min, 72) y convirtiendo un golpe (min. 77), alejando así a los Fidjianos a 6 puntos (30-24), con 3 minutos por jugar.
Los Flying Fidjians lo intentaron, estuvieron cerca, pero les faltó poso, suerte y que el arbitraje fuera un poco más consistente. La férrea defensa inglesa hizo el resto y les cerró la oportunidad de plantarse en semifinales.
Francia 28 – Sudáfrica 29.
Estos cuartos de final han sido espectaculares, pero quizás el partido más intenso, con permiso del Irlanda – Nueva Zelanda, haya sido el que enfrentó al XV del Gallo con los Springboks.
Ambas selecciones eran dos de las favoritas a la victoria final en esta Copa del Mundo y por caprichos del destino se tuvieron que ver en los cuartos de final.
El partido fue digno de una final. Igualado, intenso, emocionante y se decantó por los pequeños detalles y decisiones puntuales.
Así, con un marcador desfavorable de 25-19 para los Springboks, min. 60, éstos decidieron jugar a saque de lateral un golpe de castigo dentro de la 22 francesa, fácil para un consumado pateador como Pollard (quien había sustituido a Libbok en el min. 45 precisamente para esto, patear a palos). Salió mal.
No así a la segunda. Nuevo golpe de castigo, a cinco metros de la línea de marca francesa, y, al igual que en el caso anterior, fácil para un pateador. Los Bokkes decidieron no patear y jugarlo a la mano en vez de buscar la touch. Maduraron la acción hasta que lograron “un aclarado” para que el gigante verde Etzebeth se llevase por delante en su carrera al apertura francés Jalibert, y con otros dos jugadores franceses colgados de su espalda, apoyó el oval dentro de la línea de ensayo gala cerca de palos. 25-26 tras la conversión de Pollard (min. 67).
Acto seguido (min. 69) los Bokkes tuvieron a su favor un golpe de castigo en medio campo, más o menos 52 metros de distancia a palos, y a diferencia de los dos casos anteriores, decidieron que Pollard intentara la conversión. Y lo logró, poniendo el resultado en 25-29 a falta de 10 minutos para el final.
Y aquí llegó la jugada que ha provocado multitud de discusiones entre los entendidos sobre la decisión que adoptó Francia de chutar a palos un golpe de castigo en el minuto 73 en vez de buscar el saque de lateral. Ramos lo convirtió dejando el marcador en el apretado 28-29, que fue a la postre el resultado final. ¿Mejor intentar el ensayo, chutando a touch el golpe? ¿Era la decisión correcta chutar a palos, asegurar tres puntos, y ponerse a tiro de un golpe de castigo, máxime cuando tras la conversión, el saque de centro pone el oval en manos francesas lo que les permitiría intentar remontar ese punto de desventaja? Hay opiniones para todos los gustos. La elección no era para nada fácil.
También en el lado sudafricano hubo alguna decisión rara (Willemse solicitó melé en una jugada de mark, en vez de patear, que es lo habitual, si bien Rasie Erasmus, técnico bokke, explicó en rueda de prensa que era algo hablado y que su finalidad era desgastar a la melé francesa) y una, a mi modo de ver, incomprensible, la de Faf De Klerk. Con el oval controlado en medio campo, a falta de 90 segundos, en vez de continuar jugando el “pick and go” con su delantera para ir dejando transcurrir el tiempo, generando así ansiedad en los franceses, lo que podría provocar que cometieran alguna infracción, decidió patear (up and under), regalando al XV del Gallo el balón, y dejando a Les Bleus un último ataque, que el propio Faf de Klerk desbarató, quedando el oval suelto para que Kolbe lo lanzara fuera, terminando ahí el encuentro.
Un punto de diferencia. Seguro que Ramos se acordará, como todos los aficionados galos, del intento de conversión del ensayo logrado por Mauvaka, taponado por el sudafricano Cheslin Kolbe, que evitó que Francia se adelantara en el marcador, cuando éste reflejaba un empate a 12 (min. 23), aunque con tanto partido por delante, no se puede afirmar que esa jugada decidió el resultado final.
Sudáfrica gestionó mejor el partido, defendió fuerte y bien, y jugó con la ansiedad y presión del XV del Gallo en su condición de favorito y anfitrión, mientras que Francia pagó caros sus errores en la defensa y recepción de las patadas Bokkes, que les dieron a éstos al menos dos de sus cuatro ensayos (Arendse y DeAllende).
El viernes a las 21 horas se enfrentarán Argentina y Nueva Zelanda, siendo favoritos los All Blacks, si bien el espíritu y la fe inquebrantable de los Pumas en sus posibilidades les da sus opciones de victoria. Hasta la fecha, tan solo dos derrotas de los de negro frente a los albicelestes.
El sábado, también a las 21 horas, en la otra semifinal se cruzarán Inglaterra y Sudáfrica, en el que, visto el nivel de juego mostrado por unos y por otros en esta Copa del Mundo, los Springboks son claros favoritos.
Serán, sin duda, un gran espectáculo.