¿Alguna vez te has preguntado que llevan los productos de alimentación que compras en el supermercado? ¿O si lo que pone en el paquete que estás a punto de consumir es realmente lo que lleva ese producto?
Influencers como Pilar Rubio o Sara Carbonero sí lo hacen. Necesitan saber que ingieren para mantener los cuerpos de escándalo que lucen. Por eso deben conocer la lista que publica el diario El Español en la que figuran ocho alimentos que en realidad no son lo que sus envoltorios dicen que contienen.
Los productos con los que hay que ir con cuidado en el súper
Las patatas de la marca Pringels, por ejemplo, no son patatas propiamente dichas. En realidad contienen menos del 50% de patata, pues la mayor parte de sus ingredientes se compone por harinas, colorantes, aditivos y abundante sal.
Los polvos a los que añadimos agua para hacer gelatina, tampoco son del todo lo que deberían ser. Y es que estos polvos se extraen del colágeno del tejido de diferentes animales. Tanto puede ser hueso como piel.
¿Y quién no ha comido la típica salchicha de Frankfurt? Una porción de carne que estaría compuesta por diferentes partes de cualquier animal. Por ejemplo, suelen estar hechas de estómago y hocico de cerdo, morro e hígado de vaca o de intestino de cordero. Todo ello condimentado con colorantes, sal y agua fluorada. Este último ingrediente es lo que las hace tan esponjosas y suaves.
Los calamares a la romana también están en el punto de mira. Estos normalmente no son calamares, sino pota, un molusco muy similar al calamar, pero más grande y más duro. Y más barato. Suele pasar por un proceso de blanqueamiento en el que también ablandan su textura.
Las conocidas gulas, supuesto sucedáneo de las angulas, tampoco son lo que parecen. En realidad es surimi. Se trata del resultante de desmenuzar y hacer pasta del pescado blanco.
Exactamente el mismo producto que se usa para los palitos de cangrejo. Estos están hechos a base de surimi, siendo mu pequeña la verdadera cantidad de cangrejo que llevan.
Por último, el otro alimento que destacan por no ser lo que parece es el paté de pato. A diferencia del foie gras, que sí estaría hecho de hígado de pato, oca o ganso, el paté está hecho de las vísceras de la vaca, el cerdo o el pollo, mezcladas con harina, especies, leche y conservantes.
Seguro que a partir de ahora, como hacen las it girls españolas, leerás dos veces los ingredientes de los productos del supermercado antes de comprarlos. Y más vale que lo hagas.