El Masters 1.000 de Madrid se ha quedado sin otro de los grandes ídolos de la afición después de que Carlos Alcaraz anunciase su baja por lesión para el torneo y Paula Badosa se le sumase en la misma previa. Novak Djokovic ha caído en primera ronda ante el italiano Matteo Arnaldi en una dura derrota ante la que el serbio ha dejado en el aire que haya sido su última participación en el torneo.
"Este podría haber sido mi último partido en Madrid. No sé si volveré. Ahora mismo no lo sé", dijo en conferencia de prensa Djokovic, que perdió 6-3 y 6-4 en una hora y 41 minutos.
"Obviamente después de perder un partido no te sientes bien pero he tenido algunos estos años y ya sé lo que es. Sabía que iba a ser un partido inaugural muy difícil para mí en este torneo. Arnaldi es un jugador muy bueno, de calidad, y yo no jugué muchos partidos en tierra batida. Entrené bien pero es completamente diferente cuando sales a la pista", confesó.
"Creo que lo positivo de Madrid es que disfruté mucho más que en Montecarlo o en algún otro torneo, lo cual es bueno, pero, obviamente, mi nivel de tenis aún no está donde me gustaría. Es lo que hay y hoy perdí contra un mejor jugador", señaló.
Djokovic reconoció que, aunque no se veía en las mejores condiciones para ganar por cuarta vez en Madrid, sí "esperaba poder jugar un partido más" de los que jugó en Montecarlo.
"Debo decir que es una realidad bastante nueva para mí. La sensación que vivo es completamente diferente a la que tuve en más de 20 años de tenis profesional, así que es un reto mental para mí afrontar estas sensaciones en la pista, saliendo temprano ahora con regularidad en los torneos", apuntó.
"Supongo que así es el ciclo de la vida y que con el tiempo es algo que iba a suceder. Ahora intento usar esto como motor para el futuro. Obviamente, los Grand Slams son los torneos más importantes para mí y en donde quiero jugar bien, lo que no significa que no quiera ganar aquí. Este año no estoy seguro de si podré ganar en Roland Garros pero haré todo lo posible", manifestó.
Djokovic reconoció que hace veinte años que no vive la situación de despedirse pronto de los torneo aunque admitió que, con 37 años, "esto es parte del deporte".
"Hay que aceptar las circunstancias e intentar sacar lo mejor de ellas para lo que venga. Intento ser optimista y sé de lo que soy capaz pero las cosas son diferentes, obviamente, con mis golpes, con mi cuerpo, con mi movimiento. Es la realidad la que tengo que aceptar. Intentaré aprovechar al máximo estas nuevas circunstancias, sobre todo en los Grand Slams, donde más me importa y al menos donde me gustaría dar lo mejor de mí", apuntó.
"Ahora no llegaré a Roland Garros como uno de los principales favoritos y quizás eso ayude. No lo sé, ya veremos", comentó.
Las instalaciones de la Caja Mágica de Madrid y, sobre todo la cancha central denominada Manolo Santana, siempre tendrán un lugar especial en el corazón de Djokovic. De hecho, en más de una ocasión, ha dicho que es "la pista que más le gusta del mundo". Aún así, este podría haber sido su último partido en la capital española. O no.
"Podría ser. No estoy seguro de si volveré así que no sé qué decir. Volveré aunque quizá no como jugador. Espero que no, pero podría ser", finalizó.