Hemos jugado a Tekken 8 y todavía tenemos las pulsaciones disparadas

Hemos tenido ocasión de probar una versión completa de Tekken 8, que recibirá su primera demo mañana mismo en PlayStation 5, en un evento organizado por Bandai Namco en Madrid. La esperada nueva entrega de la longeva saga de lucha que cuenta con una legión de incondicionales en todo el mundo. Y tras jugar los primeros capítulos de su modo historia y descubrir nuevos e impresionantes modos como el Arcade, las batallas SuperGhost o el genial Tekken Ball, que está de vuelta, podemos asegurar que la entrega cumplirá con creces las expectativas creadas. Y esto confirma que estamos cerrando un año dorado para los aficionados al género, un año que ha recibido unas entregas estratosféricas de todas las grandes sagas: Street Fighter 6, Mortal Kombat 1 y ahora, en apenas un mes, este espectacular Tekken 8.

Tekken 8 te golpea con una espectacular introducción en su modo historia, que continúa con la saga Mishima justo tras los eventos que vivimos en la entrega anterior. Kazuya Mishima ha sometido a la población de la Tierra bajo un reinado de terror gracias a sus poderes demoníacos y sólo un puñado de héroes podrá interponerse en sus diabólicos planes. Asistir a los primeros compases del juego, con un Jin Kazama recorriendo en moto las devastadas calles de Nueva York en pleno apocalipsis nos puso los pelos de punta y casi comenzamos a aplaudir cuando le vimos subir con la moto por el perfil de un edificio y lanzarla para derribar un helicóptero mientras aterrizaba en plena calle con un paso digno de un bailarín.

Un nuevo Torneo del Puño de Hierro

Y tras los juegos artificiales, luciendo como nunca con el flamante Unreal Engine 5, vemos surgir de las llamas a Kazuya y nos enzarzamos en un tremendo combate sin anestesia ni instrucciones que valgan. Un combate en cuatro fases que sirve de fabuloso tutorial para los recién llegados, con un sistema asistido que podemos desactivar si ya somos perros viejos de Tekken. Tras el fastuoso combate nos queda claro que estamos ante la entrega más excesiva, más exagerada, más espectacular y más cinematográfica. Y todo nos parece bien.

Tras este epílogo que nos deja sin aliento, pudimos superar los cuatro primeros capítulos de la campaña, que nos llevan a recorrer los primeros compases de un nuevo Torneo Internacional del Puño de Hierro, que definirá el lugar que las naciones ocuparán en el nuevo y demoníaco orden mundial impuesto por Kazuya Mishima. Y aquí pudimos disfrutar de los nuevos combates, que mezclan como nunca los momentos de combate puro con las cinemáticas de combos, magias y movimientos especiales, o las transiciones que nos hacen cambiar de escenario o atravesar las partes destructibles de estos. Lo pasamos en grande combinando ataques y combos y todo parece una fabulosa película de acción fantásticamente coreografiada.

Se busca al rey del salón arcade

Pero, además de este Modo Historia principal, tenemos otro ‘modo campaña’ que le quita mucho hierro al asunto y que también pudimos probar. El genial nuevo ‘Modo Arcade’ es un divertido modo protagonizado por simpáticos avatares (podemos crear el nuestro propio con un completo editor cargado de complementos) que viajan por los mejores salones arcade del mundo para participar en eventos y torneos de Tekken 8, retar a los mejores jugadores de cada salón y obtener todo tipo de recompensas. Tuve una sensación de lo más satisfactoria acercándome a distintos NPC’s que pueblan los salones y retándoles a partidas rápidas para subir mi nivel de juego y ganar monedas que luego podremos gastar en complementos geniales para nuestro avatar.

Pero es que, además de los torneos, duelos y desafíos que se nos va presentado en esta peculiar campaña arcade (donde encontraremos personajes secundarios y adversarios con un aspecto que nos resultará muy familiar) el modo sirve como un divertido y extenso modo entrenamiento para aprender todas las tácticas, movimientos y combos de Tekken 8. Todo ello conducido por un entrenador llamado Max, que compartirá con nosotros las técnicas y movimientos de los mejores jugadores de Tekken.

Ya hemos mencionado que las recompensas nos dan acceso a un montón de opciones de personalización de nuestro avatar del Modo Arcade (le podremos poner todo tipo de ropa y complementos para hacerlo prácticamente único) pero no sólo eso. También podemos adquirir aspectos y accesorios para nuestros luchadores favoritos y gráficas de todo tipo para personalizar la interfaz de juego. Estas últimas son muy chulas y nos permiten dar un aire distinto a las barras de energía y tarjetas de jugador y demás, tanto la nuestra como la de los adversarios. Pero esto sólo lo veremos nosotros y no los oponentes cuando juguemos contra otro jugador.

Otro modo interesante dentro de este apartado arcade son las SuperGhost Battles, un modo que nos permite enfrentarnos a ‘fantasmas’ de otros jugadores o, incluso, a nuestro propio fantasma. Estas ‘sombras’ son luchadores de Inteligencia Artificial que han aprendido de un jugador, nosotros o cualquier jugador que cargue su sombra en el juego. Si tienes la suficiente paciencia, puedes entrenar a la IA para que luche como tú y se convierta en una máquina de matar con tu firma. Un interesante modo que tiene mucho por explorar.

Y, por último, le echamos un rato a un modo que vuelve a Tekken 8: Tekken Ball, el divertido modo de juego en el que el combate se dirime a golpes con una enorme bola que pasa de un lado a otro de la arena de combate. Una suerte de ‘volley-ball sangre’ que resulta de lo más divertido y que cuenta con distintas arenas y un arsenal de locas bolas para arrojarnos a placer.

Estas primeras impresiones de Tekken 8 no pueden ser más positivas. La saga vuelve con toda su fuerza y con un modo historia que promete ser el más épico y excesivo hasta la fecha. Una especie de película con grandes efectos especiales que queremos exprimir al máximo, antes de sumergirnos en sus modos versus para disfrutar de todo el elenco de luchadores. Además, el Modo Arcade llega como un soplo de aire fresco y el mejor modo de iniciarse en un título de lucha total y a la altura de la competencia y la nueva generación de consolas.