Análisis de Helldivers II: nos alistamos a la guerra galáctica más frenética

Parece que no lo vimos venir, pero Helldivers II se ha convertido en un éxito inesperado. El shooter en tercera persona de Arowhead Game Studio, que se lanzó hace tan sólo unos días para PC y PlayStation 5, habría superado ya el millón de copias y ya es el título de Sony IE más vendido en versión PC. Aunque el juego sufrió de algunos problemas con el matchmaking en sus primeras horas, parece que estos se han ido corrigiendo y la comunidad está encantada con el título. Parece que la propuesta frenética y directa para disfrutar eliminando alienígenas en cooperativo ha sido todo un éxito.

Nosotros ya hemos acumulado un buen número de horas disparando y puliendo la reputación de nuestro ‘helldiver’, mientras ayudamos a expandir la ‘democracia’ a golpe de plomo por toda la galaxia. Suficientes horas para contaros cómo es la experiencia con este juego que se está convirtiendo ya en todo un fenómeno.

El sueño de todos los niños

Los primeros compases con Helldivers II nos hacen visionar un vídeo de propaganda ilustrativo (no podemos elegir, ya que no verlo puede considerarse alta traición) en el que se nos deja claro que la vida en la Súper Tierra, el hogar de la civilización humana donde la ‘democracia’ está implantada con mano de hierro, está en peligro. La paz y el estilo de vida súperterrestre está amenazado por distintas razas alienígenas y piden que nos alistemos para poder frenar dicha amenaza. Así, nos convertimos en un Helldiver, un soldado de élite que viaja por la galaxia para exterminar bichos: “el sueño de todos los niños”, dice una soldado cuando nos deja al comienzo de nuestra instrucción.

Esta instrucción sirve como tutorial para aprender a manejarnos en la batalla. Antes de comenzar, nuestro instructor nos deja claro que no se deja impresionar fácilmente para, cinco segundos después, decirnos que somos el mejor recluta que ha visto en su vida. El entrenamiento nos muestra cómo movernos, como utilizar las distintas armas y cómo comportarnos en batalla junto a nuestros compañeros de armas y como utilizar las ‘estratagemas’, una forma de pedir distintas ayudas a nuestra nave en órbita (como refuerzos, armas extra o fuego de apoyo, entre muchas otras) que resulta un elemento clave en el juego. Tras completar el entrenamiento y saludar convenientemente a la bandera, obtendremos nuestra capa de Helldiver y estaremos listos para repartir estopa por toda la galaxia en nombre de la democracia.

El tono de humor del juego nos ha cautivado y, con las evidentes referencias e inspiración en Starship Troopers, deja claro que nuestro personaje no es más que carne de cañón de una mastodóntica campaña bélica galáctica, donde la supervivencia de los soldados no supera el 20% y caen como moscas a los pocos segundos de pisar los planetas hostiles. Así, el juego nos deja claro que formamos parte de una enorme campaña donde tan sólo somos un insignificante peón. Pero aún así, daremos la vida para llevar la supuesta ‘libertad’ que pregona el sistema totalitario que nos gobierna a todos los planetas vecinos de Súper Tierra.

Tras convertirnos en un Helldiver tendremos una nave a nuestra disposición, podremos ponerla un nombre completamente absurdo y se convertirá en nuestra base de operaciones para participar en la Guerra Galáctica. Aquí podremos acceder a los sectores de batalla abiertos y elegir los planetas que están en manos del enemigo: los autómatas (un ejército de robots hostiles) y los termínidos (enormes alienígenas insectoides a lo Starship Troopers), para ayudar a su conquista. La información que nos muestra el mapa galáctico nos actualiza cómo va variando el porcentaje de control enemigo o humano de cada planeta y sector, dando todo el rato la sensación de que estamos inmersos en una enorme guerra. En la nave también tendremos acceso a nuestra experiencia, nuestro equipo, nuestro aspecto y a la gestión de las ayudas, habilidades y estratagemas que podemos ir desbloqueando con moneda del juego.

Sólo no puedes, con amigos sí

Helldivers II es un juego PvE, al que podemos enfrentarnos completamente solos, pero no es nada recomendable. El juego está diseñado para compartir las incursiones y escaramuzas con otros jugadores, por lo que su mejor versión es esa en la que añades a tres amigos a la lucha y cooperáis para cumplir los objetivos de cada misión. También está la opción de buscar partidas que te agreguen a otros usuarios solitarios para buscar equipo, pero este sistema es precisamente el que más fallos ha dado desde el lanzamiento (a nosotros nos costó más de diez intentos cada vez, conseguir entrar en una partida en los dos primeros días tras el lanzamiento).

Una vez que aterrizamos en cada planeta las misiones son muy variadas y tienen un elemento común: siempre nos encontraremos con ingentes cantidades de enemigos que nos hostigarán sin pausa. De esta forma es muy importante coordinar la estrategia con nuestros compañeros para gestionar cumplir los objetivos de la misión, mientras intentamos no ser aniquilados por los enemigos antes de que se produzca la extracción. Hay que hacer una mención especial a los dos minutos que dura el proceso desde que se solicita la extracción hasta que llega la nave por nosotros, donde hay que intentar contener oleadas de enemigos insoportables y mantener limpia la zona de aterrizaje. La tensión y dificultad de estos dos últimos minutos son ‘droga’.

Hay muchos tipos de misiones en el juego (que cuentan con un sistema desbloqueable de dificultad), pero ninguna parece igual a las demás. A veces hay que detectar los nidos de termínidos y acabar con todos sus huevos o buscar bases aliadas abandonadas para restaurar su suministro eléctrico, o activar un misil nuclear para atacar una base enemiga. Cada planeta tiene sus propias características (los hay helados y llenos de nieve, los hay desérticos) y cada vez que aterrizamos en una nueva localización todo parece distinto. Aunque se trate de una misión con objetivos parecidos y en el mismo planeta, todo cambia cada vez con la generación del mundo y la colocación de objetivos y enemigos. Cada misión es una incógnita y plantea nuevos desafíos para el grupo de soldados.

Y cuando estamos entrando en harina nos damos cuenta de una terrible realidad: la munición no es infinita. Los cargadores se acaban rápido ante la gran cantidad de enemigos por lo que es vital recolectar munición y suministros y activar las estratagemas, esas ayudas que nos pueden prestar desde el aire, desde nuestra nave en la órbita del planeta. Las estratagemas se activan pulsando una cadena de comandos con la cruceta digital, una acción que nos hace concentrarnos en ella y dejar de prestar atención al entorno y a los enemigos, por lo que es recomendable que otro jugador nos cubra mientras lo hacemos. Hay distintos tipos de estratagemas: Águila (distintos tipos de fuego amigo desde la pequeña nave de apoyo y transporte),  Orbitales (distintos tipo de fuego pesado desde la nave nodriza en la órbita de planeta), de Mochila (con suministros, una mochila propulsora o con drones que pueden ayudarte en la batalla), de Armas de Apoyo (con distintas armas pesadas) o Defensivas (campos de minas, centinelas, escudos…)

Cuando activas una estratagema, luego puedes lanzar una especie de baliza donde se desplegará esta. Si se trata de fuego de apoyo podrás lanzarla a un grupo de enemigos y si se trata de un suministro, arma de apoyo o defensa, puedes lanzarla cerca y recogerla cuando caiga. Gestionar las estratagemas de manera inteligente y coordinada con tus compañeros será la clave para completar las misiones. A medida que avances en el juego y obtengas experiencia y monedas, podrás desbloquear nuevas estratagemas en tu nave y las tendrás disponibles en la batalla. Además de las estratagemas, también se pueden comprar mejoras para la nave (nuevo equipamiento, laboratorios, armería, etc.), lo que conseguirá otorgarnos mejores habilidades pasivas.

Además de conseguir los objetivos de cada misión, encontraremos objetivos secundarios en los mapas, a medida que descubramos nuevas ubicaciones, y podemos decidir cumplirlos para obtener mejores recompensas. Hay un tiempo máximo para cumplir cada misión y pedir la extracción, pero el juego recompensa realmente bien a aquellos grupos de Helldivers que deciden salirse del camino marcado y explorar libremente los planetas antes de salir por patas. Experiencia, muestras para el laboratorio, munición y dinero esperan repartidos por el territorio si tienes las agallas para ir a buscarlo. Cuando sobrevives para la extracción te llevarás contigo todo lo que has recolectado, subirás de nivel y tendrás acceso a nuevas mejoras y estratagemas y cosméticos. Si caes en la batalla, junto a tu cuerpo se quedará toda la experiencia. Y por supuesto, también puedes pasar por caja y adquirir ‘bonos de guerra’ para conseguir cosméticos de todo tipo.

Y hay un elemento muy importante en el juego: el fuego amigo. Tienes que tener mucho cuidado porque tu fuego dañará a tus compañeros y viceversa, por lo que no puedes ir disparando a lo loco. Cuidado a dónde disparas, cuidado dónde aterrizas y cuidado dónde lanzas tu activador de estratagema, ya que el área de impacto puede dañarte a tí y a tus compañeros. Este es un elemento que añade realismo y hace que haya que tener mucha cabeza con nuestras acciones.

A nivel técnico el juego cumple sin más, sin demasiados alardes gráficos y con algunos bugs algo obscenos (es normal atravesar algunas estructuras o que los pies de nuestro soldado atraviese el suelo, unas escaleras o algún que otro obstáculo). Pero ningún fallo nos ha impedido jugar o ha bloqueado la acción.

En general, Helldivers II es una experiencia realmente divertida, que se disfruta sobre todo si juegas con un grupo de colegas. Las partidas son frenéticas y directas y las batallas son realmente satisfactorias. El juego está muy equilibrado para dar una sensación constante de peligro, de enfrentarte a un ejército tan enrome que la supervivencia es casi imposible, pero al a vez dejarte las herramientas necesarias (sobre todo repartidas entre varios jugadores) para salir indemne de cada misión. Y lo mejor es que la campaña de Guerra Galáctica promete nuevo contenido gratuito post lanzamiento, ampliando los sectores de guerra, quizá futuras nuevas razas hostiles, planetas, sectores, nuevas estratagemas, misiones… Un juego que ha venido para quedarse.

Las conclusiones de Helldivers 2