There Are No Ghosts at the Grand: un viejo hotel, fantasmas y ska

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Una aventura narrativa mezcla decoración, acción y música en un juego acogedor y sobrenatural
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El debut del estudio Friday Sundae llegará en 2026 a PC y Xbox con soporte para Game Pass desde el primer día
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Durante el pasado Xbox Games Showcase 2025 hubo un anuncio que todavía resuena en nuestras cabezas (con ritmos sincopados ska) y que no somos capaces de calificar. La propuesta original, encantadora y algo perturbadora llega del estudio independiente británico Friday Sundae y se llama There Are No Ghosts at the Grand.
Un juego que combina misterio, restauración, caza de fantasmas y música estilo '2 Tone' en un escenario costero con un encanto decadente. Ambientado en un hotel inglés en ruinas que heredamos y debemos restaurar en solo 30 días y noches, el título se presenta como una experiencia única que mezcla lo acogedor con lo espeluznante, y que promete hacernos cantar mientras enfrentamos lo paranormal.
Con un estilo visual cálido, personajes carismáticos y una mecánica que alterna la calma del día con la tensión nocturna, el juego se define como una aventura musical narrativa con toques de simulador de vida y acción. Pero lo que realmente lo distingue es su espíritu: a medio camino entre el musical y el misterio sobrenatural, There Are No Ghosts at the Grand quiere hacernos sentir como si estuviéramos hojeando un viejo álbum de ska británico mientras combatimos fantasmas con una aspiradora.
Renovar por el día, sobrevivir por la noche
La premisa del juego es tan simple como sugerente: tras heredar un hotel costero venido a menos, nuestro objetivo es devolverle su antiguo esplendor. Durante el día, utilizamos herramientas eléctricas parlantes (como un chorro de arena, una pistola de margaritas o un cañón de muebles) para limpiar, pintar y redecorar el edificio. También resolveremos pequeños rompecabezas que nos invitan a descubrir secretos del pasado del hotel mediante pistas visuales y ambientales.

Sin embargo, cuando cae la noche, la atmósfera cambia radicalmente: lo que antes eran útiles herramientas se convierten en armas improvisadas para enfrentarnos a los espectros que rondan los pasillos. Desde aspirar fantasmas hasta revelar intrusos invisibles con pintura o lanzar libros con un cañón, el juego introduce una dinámica de acción ligera pero intensa que contrasta con la calma diurna.
Un musical nada convencional
Lejos de tratarse de un musical tradicional, There Are No Ghosts at the Grand integra la música de una forma muy especial. Cada personaje que conocemos tiene su propia canción, interpretada en estilos tan variados como el ska, el jazz o el punk de los noventa. Estas piezas no solo enriquecen la historia, sino que permiten al jugador participar en ellas mediante decisiones de diálogo que afectan a la letra de la canción.
Como explica Anil Glendinning, guionista y director del juego, la inspiración no viene del teatro musical clásico, sino de esa "colección polvorienta de discos de ska y punk británico de los años 80 que podrías encontrar en la estantería de tu padre". Esta declaración resume perfectamente el tono y la estética del título: nostálgico, rebelde y entrañable.

El debut de un estudio con alma
Friday Sundae, con sede en el suroeste de Inglaterra, es un pequeño estudio independiente fundado por el matrimonio de Rachel y Anil Glendinning. Su equipo combina veteranos de la industria AAA con jóvenes talentos, y There Are No Ghosts at the Grand es su primer proyecto. A juzgar por su presentación, no les falta ambición ni personalidad.
El juego estará disponible en 2026 para PC y Xbox Series X|S, con soporte para Xbox Play Anywhere, lo que permitirá el guardado cruzado entre dispositivos. Además, será una incorporación del primer día al catálogo de Xbox Game Pass Ultimate y PC Game Pass. Aunque aún no se ha anunciado la lista completa de plataformas, es probable que llegue a más sistemas en el futuro.

Con una estética que recuerda a las producciones británicas de humor negro, un enfoque narrativo original y una mecánica que alterna ternura con sustos, There Are No Ghosts at the Grand apunta a convertirse en una de las joyas indie más esperadas de los próximos años.