Una semana con Nintendo Switch 2: nuestras impresiones finales

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Llevamos una semana con la nueva consola híbrida de Nintendo
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Una máquina continuista pero que perfecciona todos y cada uno de sus elementos
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Nintendo introduce un nuevo modo oscuro en una interfaz para Switch y Switch 2
Llevábamos ya cinco años sin experimentar el lanzamiento de una nueva videoconsola de las ‘tres grandes’. Desde la llegada de PlayStation 5 y Xbox Series X/S sabíamos que la siguiente sería Nintendo. Hace ya una semana, el pasado día 5 de junio, llegó la nueva máquina, la nueva generación que se suma a la larga lista de hardware de la Gran N, desde que lanzara aquella Famicom y/o NES en 1983.
Ya ha comenzado la era de Nintendo Switch 2 y, tras una semana jugando con la nueva máquina, podemos hacer una valoración sincera de todo lo que hemos experimentado con ella. Y lo hacemos tras conocer los primeros datos de ventas, que dejan claro el incontestable éxito del nuevo hardware: 3,5 millones de unidades en sólo cuatro días, convirtiéndola en la consola que más rápido ha obtenido esas cifras en la historia.
Ya os contamos nuestras primeras impresiones de Nintendo Switch 2 tras el evento en Madrid previo al lanzamiento. Y como entonces, tras una semana de uso intensivo, volvemos a destacar que estamos ante una nueva consola que no pretende revolucionar el concepto híbrido que conquistó al mundo en 2017, sino más bien evolucionarlo, perfeccionarlo. Y lo consigue con una naturalidad que solo Nintendo sabe imprimir a sus productos.

La primera sensación al encender la consola es la de reencontrarse con un viejo amigo, pero hiper-vitaminado. La interfaz es prácticamente la misma, los menús no han cambiado y hasta los sonidos del sistema mantienen ese ADN reconocible. Sin embargo, basta empezar a jugar para notar que estamos ante un hardware más potente, con controles más cómodos y posibilidades de juego que marcan una diferencia real, aunque sutil.
Diseño: más grande, más sólido, más cómodo
Lo primero que notamos al sostener la Switch 2 es su mayor tamaño y peso: 27,1 centímetros de ancho y un peso que se va a los 544 gramos con los Joy-Con acoplados. No llega a ser tan voluminosa como un Steam Deck, pero sí impone más en mano que su predecesora. Y no es algo negativo. La nueva pantalla de 7,9 pulgadas, con capacidad de 1080p y con 120 Hz, es simplemente un placer.
La construcción en acabado negro mate transmite robustez, y el nuevo soporte trasero se abre con solidez y permite una variedad de ángulos perfecta para el modo sobremesa. Un detalle que se agradece mucho es la inclusión de un segundo puerto USB-C en la parte superior, algo demandado durante años, que por fin permite cargar la consola mientras la usamos en modo horizontal sin recurrir a apaños.

Los nuevos Joy-Con: clic magnético y modo ratón
El rediseño de los Joy-Con es uno de los grandes aciertos. Ahora se acoplan magnéticamente con un “clic” que resulta tan satisfactorio como práctico. Se sujetan mejor, se retiran más fácilmente con un botón cerca del gatillo y, en uso, se sienten más cómodos gracias a botones más grandes y una ergonomía mejorada. Y aunque no podemos decir que hayamos sufrido del temido ‘drift’, es pronto aun para asegurar que este molesto defecto no vaya a vovler a visitarnos. Nintendo, en todo caso, asegura que se ha reducido a la mínima expresión y mantiene la opción de cambiarlos cuando esto ocurra.
Además, el modo ratón con el que podemos manejar los nuevos joy-con es una sorpresa inesperada que funciona sorprendentemente bien, gracias a una pequeñísima cámara incorporada que mide la distancia entre pixels y consigue que los movimientos sean precisos y veloces sobre cualquier superficie (nuestros propios pantalones, incluso). Estoy deseando probar este ratón en títulos como Civilization 7 o incluso Fortnite.
Pantalla: más grande y fluida, aunque no OLED
La nueva pantalla LCD de 7,9 pulgadas es más grande, más nítida y más rápida. Su resolución sube a 1080p, su tasa de refresco a 120Hz y ofrece soporte HDR. En juegos compatibles, el brillo puede alcanzar los 450 nits, y aunque no llega al contraste de la pantalla OLED del modelo anterior, la fluidez es impactante. Es muy bueena pantalla, pero no entendemos cómo esta nueva generación de Switch no ha venido con una pantalla OLED desde su primer modelo.

Conectada al dock, el salto gráfico se amplía: la consola puede alcanzar 4K a 60fps o 1440p a 120fps, dependiendo del juego. Es un salto importante para una consola híbrida, aunque la tasa variable de refresco (VRR) solo se aplica a la pantalla integrada, no a la salida por HDMI.
Rendimiento: ahora sí, una consola preparada para todo
El chip personalizado de NVIDIA y sus 12 GB de RAM colocan a la Switch 2 muy por encima de su predecesora en términos de potencia. La compatibilidad con tecnologías como DLSS y ray tracing se agradece en títulos exigentes. Hemos probado Hitman: World of Assassination, Split Fiction y Sonic x Shadows Generations, y sorprende lo bien que lucen.
No hay saltos técnicos ni tirones evidentes, salvo en ocasiones puntuales con partidas cooperativas locales con Game Chat activado. Pero incluso en esos momentos, el rendimiento general es sólido, fluido y muy superior a la Switch original.

Compatibilidad y mejoras en el catálogo anterior
Uno de los mayores aciertos es la retrocompatibilidad. Casi todos los títulos de Switch 1 funcionan sin problemas, aunque hay algunas excepciones )como Ring Fit Adventure, pero este es porque su periférico no encaja con los nuevos Joy-Con). Además, muchos juegos antiguos reciben mejoras de rendimiento o gráficos mediante actualizaciones gratuitas o paquetes de pago (esto último, mal asunto).
Breath of the Wild y Odyssey, por ejemplo, se ven más nítidos y fluidos. Si a esto sumamos las nuevas ediciones “NS2” de juegos como Tears of the Kingdom, tenemos un catálogo relanzado que brilla como nunca.
Game Chat y GameShare: Nintendo se pone al día (por fin)
Una de las grandes novedades es la introducción nativa de funciones sociales. Game Chat permite hasta 12 personas por sala, con vídeo en hasta cuatro pantallas simultáneas, chat por voz sin necesidad de auriculares y funciones como compartir pantalla o aplicar fondos virtuales. Sí, la resolución de vídeo no es la mejor y el recortado de las siluetas es muy mejorable, pero la facilidad de uso y lo bien que suenan los micrófonos integrados en la consola (incluso cuando está en el dock a cuatro metros de ti) son destacables.

La guinda del pastel es GameShare, que permite invitar a tus amigos a jugar incluso si no tienen el juego. No está disponible para todos los títulos, pero en los compatibles como Super Mario 3D World o el inminente Super Mario Party Jamboree, funciona de forma impecable.
Batería: suficiente, aunque no excelente
Con una batería de 5.220 mAh, la Switch 2 ofrece entre 2 y 6,5 horas de juego según el título. En nuestras pruebas, Mario Kart World agota la batería en poco más de 2 horas, Breath of the Wild ronda las 3 horas y Puyo Puyo Tetris 2S puede aguantar unas 4. En resumen, resultados esperables, similares a dispositivos como Steam Deck, aunque menores que los modelos OLED anteriores. Sin duda, aunque entendible con la tecnología actual, la batería es un punto débil de este dispositivo, cuya portabilidad es parte de su alma.
Si que hay que destacar la nueva opción de limitar la carga al 80-90% para alargar la vida útil de la batería, y un simpático icono de carga visible cuando la consola está en el dock. Eso sí, la consola ha llegado con un pequeño defecto que, en un principio, muestra un porcentaje de carga de la batería erróneo. Si te ocurre, haz un reinicio total de la consola y se solucionará.
El dock: funcional y con ventilación activa
El dock mantiene un diseño muy parecido a original, con bordes más redondeados y una ventilación interna que evita sobrecalentamientos. La gran pega es la reducción de puertos USB-A (ahora solo hay dos), lo que obliga a usar adaptadores si queremos conectar cámaras u otros accesorios USB-C directamente.

Almacenamiento y precios: el lado menos amable
La consola viene con 256 GB de almacenamiento interno, lo cual es una mejora considerable. Pero entre actualizaciones, juegos pesados como Cyberpunk 2077 o Hitman World of Assassination, y archivos guardados, ese espacio se llena rápido. Para ampliarlo, ahora es obligatorio usar tarjetas microSD Express, más rápidas pero también mucho más caras y menos comunes que las tradicionales.
En cuanto al precio, la Switch 2 cuesta en torno a los 450 €, o 500 € con Mario Kart World incluido. Añadiendo un mando Pro, un año de Switch Online + Expansion y un par de juegos físicos, la inversión supera fácilmente los 750 €. No es una consola barata, aunque su propuesta híbrida y su catálogo lo justifican para muchos jugadores, como hemos podido ver por los increíbles datos de ventas.
Impresiones finales: una sucesora fiel pero ambiciosa
Nintendo no ha querido reinventar la rueda, y quizás eso es lo mejor que podía hacer. La Switch 2 no es una consola que impresione desde la distancia con nuevas y locas tecnologías para jugar o especificaciones que quiten el hipo a nivel de gráficos. Es el dispositivo más continuista que Nitnendo ha generado en un salto de generación. Pero una vez entre tus manos, empiezas a notar todos esos pequeños refinamientos: mejor pantalla, Joy-Con magnéticos, compatibilidad ampliada, funciones sociales modernas, rendimiento más fluido, tiempos de carga reducidos...
Es una evolución, no una revolución, pero una que perfecciona hasta el más mínimo detalle. Para quienes vienen de la Switch original, ofrece razones suficientes para dar el salto. Para los recién llegados, es una puerta de entrada ideal a una de las bibliotecas más queridas de la historia del videojuego. Y es que son los juegos, como siempre pasó con Nintendo, los que terminan convenciendo y convirtiendo en creyentes a la legión de fans.