En abril de 2018, llegaba a los cines A Quiet Place (Un Lugar Tranquilo), un nuevo enfoque del género de terror que mantenía a todos los presentes, sentados en sus butacas, en absoluto silencio. Una experiencia sin igual que ahora llega en forma de videojuego, para poder vivir dicha tensión en primerísima persona con su adaptación: A Quiet Place: The Road Ahead.
Con el título de Stormind Games y Saber Interactive, logramos una inmersión casi total en el universo del fabuloso John Krasinski. El actor que ya nos enamorara en The Office, daba un nuevo salto a la dirección tras el intento de The Hollars, y de qué manera. Presentándonos un film capaz de encogerte el corazón, y te sumerge de lleno hasta el punto de no querer emitir sonido alguno. Algo con lo que juega este juego, en el que podemos activar el micrófono, para que capte nuestro ruido y el de nuestro ambiente, para que juegue en nuestra contra.
Este mismo año, hemos tenido en cines la tercera entrega: Un Lugar Tranquilo - Día 1, a modo de precuela, en la que vivir el origen de esta invasión, desde el punto de vista de otros protagonistas. En A Quiet Place: The Road Ahead nos introducen a una nueva familia más. Una de las millones que logran sobrevivir al horror de los primeros días, tratando de aprender las costumbres de estos despiadados seres, y sus puntos débiles. El usar la arena como amortiguador del ruido de los pasos, o utilizar el ruido del entorno para poder respirar con relativa normalidad sin miedo a ser escuchado, son cautelas a tener en cuenta, también en este juego.
Todo comienza de manera sosegada. Jugando, pero sin engañar a nadie, con ese silencio. Aunque con un tutorial algo extraño debido el contexto que nos explican luego, teniendo que arrastrarnos en silencio por algunas zonas, porque simplemente estamos buscando a nuestra pareja, antes de la invasión. Tras ello, damos el salto nada menos que al Día 105, donde el horror ya está más que instaurado en el mundo.
Mientras exploramos un rancho abandonado, igualmente nos da la sensación de tener que ir con cautela. Pero lo cierto es que la ausencia de peligro inicial, hace que se esfume la inmersión. Mientras aprendemos a explorar, y algunas de las mecánicas básicas del juego.
Tras el rancho, regresamos al hospital donde se refugia nuestro grupo. Aquí, nuevamente, da igual todo el ruido que hagamos, pues aún no ha empezado la fiesta. Hasta que sí empieza lo bueno de verdad.
Uno de los aciertos de A Quiet Place: The Road Ahead es el punto añadido a la trama de controlar a una chica asmática. Por tanto, los esfuerzos y los nervios pueden jugarnos malas pasadas. Y podría no parecer importante, hasta que tenemos que usar nuestro ventolín, con el riesgo a ser escuchado por una de estas criaturas. Algo que, evidentemente, hará que muramos incontables veces.
Con el tiempo, nos iremos acostumbrando a los niveles de ruido. Aprendiendo que cualquier paso mal dado puede ser letal. Aquí, una vez más, se fuerza esta situación con latas puestas estratégicamente en mitad de un camino, para que la pateemos y ésta haga ruido. Cuando ya de por sí son numerosos los factores a tener en cuenta. Aunque quizá, uno de los puntos clave es aprender que vamos a tardar 10 o 15 segundos en abrir una puerta o un cajón. Debiendo usar el joystick de manera milimétrica para no hacer ruido.
Ninguno pedíamos un juego de mundo abierto, pero lo cierto es que también rechina lo lineal que termina siendo. Algo lógico, por supuesto. Pero nuevamente nos topamos con algo que ya en muchos juegos de plataforma resultan extraños, como estar en un mundo con edificios y numerosas puertas, y que no se abra ninguna, o que un camino esté estratégicamente cerrado, obligándonos a dar varios rodeos. El clásico meme de Pokémon de no poder rodear un arbusto o saltar un muro de medio metro.
Pero pese a todo ello, el juego sabe jugar muchísimo con la tensión y las estrategias de medir nuestras fuerzas y ruidos. Saber cuándo poder arriesgar y cuándo no. Haciendo que la inmersión vaya sumando en profundidad a medida que vamos echando horas. Y lo que al principio nos podía resultar molesto y extraño, deja de tener importancia.
Cabe destacar la enorme importancia de activar el micro para una inmersión total. Lo que hará que no podamos ni respirar fuerte por la tensión de un momento, y no digamos ya pegar algún grito.
A todo ello, se le suma un agradable sistema de coleccionables, así como una división entre muchísimos pequeños logros y trofeos que poder ir desbloqueando a gran velocidad. Para todos a los que les gusta escuchar ese sonidito, aportando un buen chute de dopamina que ayude a relajar esa tensión.
Lo mejor
Lo peor
70/100