Elden Ring: Nightreign, un souls a escala y arriesgado con buenas ideas

Hoy toca analizar un juego que va a dar mucho de que hablar, Elden Ring: Nightreign y sin duda va a levantar discusiones y polémicas por todos lados. Es lo que toca cuando coges un sistema arraigado entre los jugadores y experimentas con él, no sabes por dónde te va a salir.

Hablamos por supuesto de Elden Ring: Nightreign, spin off del juego más exitoso de From Software, que coge las bases del combate y de los enemigos para ofrecer una experiencia muy radical respecto a lo que estamos acostumbrados a ver en un souls.

Nightreign es una suerte de versión alternativa del universo de Elden Ring, en la que varios combatientes son llamados a enfrentarse a los señores de la noche. Para ello, viajaremos a un mapa parecido al Necrolimbo y tendremos que explorarlo en tiempo real durante tres días de juego, siguiendo un esquema parecido a Fortnite (para que nos entendamos), y al final de cada uno nos espera un gran jefe para el que tendremos que estar preparados.

Se sustituyen las builds por clases preestablecidas que suben automáticamente de nivel en las gracias si tenemos las runas necesarias. Ya no hay armaduras y la personalización se centra en obtener armas, objetos y accesorios que se consiguen aleatoriamente en cofres o derrotando enemigos. Derrotar jefes también nos puede brindar con beneficios pasivos a elegir como mejorar la recuperación de resistencia o que los ataques recuperen vida.

Esto plantea cambios bastante drásticos respectos al Elden Ring original. Nightreign es un juego que va directo a la acción, que te exige que pienses rápido y la comunicación con tus aliados es esencial. Esa es otra, el juego está construido para jugarse en equipos de tres personas. Se te permite lanzarte a la aventura en solitario, pero no es muy recomendable.

Primero porque muchas clases están pensadas para crear sinergias de equipo. Segundo, porque la dificultad general no baja demasiado jugando solo. El título se ha diseñado para ser disfrutada en grupo, y es como se mejor se siente.

Esto nos lleva a comentar algo obvio: debes tener a gente con la que jugar y un modo de comunicarte con ellos. Nightreign es exigente con el tiempo, te pide que priorices objetivos y seas muy eficiente con tu crecimiento. No obtener un arma efectiva contra el gran jefe final de la partida puede sentenciarte a una derrota inevitable. Lo mismo ocurre si mueres antes de tiempo, ya que pierdes un nivel que no recuperas. Todo es una carrera por subir de nivel, matar jefes opcionales y buscar buen equipo, y eso mientras la marea de la noche amenaza con engullir el mapa y trasladarte al encuentro del jefe obligatorio de cada día, cosa que ocurre más pronto que tarde.

Las partidas duran un total de 40 minutos. A priori puede parecer que es una cifra adecuada, pero hay matices. Si todo sale bien, llegas al último jefe y lo vences, te sabrá a poco. Pero si se tuerce la partida, no consigues buen equipo o pierdes mucho tiempo, puede que llegues con mucho esfuerzo al final simplemente para fracasar lastimosamente y sentir que has perdido esos 40 minutos.

A esto añadimos que debido a la vertiente roguelike del juego, en cada partida empezamos de nuevo. Lo único que podemos llevar de una partida a otra son las reliquias, objetos que pueden equiparse en los personajes y otorgan pasivas que pueden cambiar radicalmente el enfoque del mismo, otorgando nuevas habilidades o cambiando el tipo de daño que infliges.

La cantidad total de contenido también puede resultar divisiva. Destripes aparte, tendremos hasta a ocho señores de la noche que vencer. Cada uno de ellos propone algunos cambios en el mapa, así como se modifican los jefes aleatorios que aparecen como desafío al final de cada día. La estrategia a seguir también cambia: hay jefes vulnerables al veneno, otros al daño sagrado o al fuego, etc. El problema es que el mapa siempre es el mismo aunque pueda sufrir importantes cambios. En ese sentido no le habría venido mal un par de biomas adicionales.

Aún así, la rejugabilidad la aseguran los eventos. Situaciones especiales que modifican el escenario o proponen desafíos adicionales con los que lidiar. Descubrirlos es una de las mejoras bazas de Nightreign, ya que puedes llevarte más de alguna sorpresa que asegura risas en un equipo desprevenido.

Gran parte del encanto del juego se centra en ir adquiriendo conocimiento al jugar. Conocer los peligros, los puntos clave a los que dirigirte en cada día, saber cuando es el momento idóneo de enfrentarse a los grandes jefes de mundo (que los hay). Y a la vez siempre te verás obligado a improvisar sobre la marcha según el equipo que consigas o lo imprevisibles que pueden ser algunos eventos.

Termino hablando de las clases. Dispondremos de seis iniciales y posteriormente iremos desbloqueando alguna más que no voy a mencionar. Cada una está pensada para cumplir con un rol dentro del grupo. El Sylvestre es el personaje estándar sin una especialización definida. El Guardían está pensado para aguantar daño y revivir aliados. El Ojo de acero es un arquero centrado en hacer daño a distancia (y en mi opinión uno de los más divertidos de jugar). El Saqueador es tu atacante físico de confianza, pensado para hacer grandes daños con armas colosales. La Reclusa es la maga, algo difícil de usar al principio de la partida por su gran dependencia del PC y la ausencia de viales que lo recuperen. Y por último el Ejecutor, usuario de katana cuya habilidad definitiva le permite convertirse en una bestia imparable.

Comprender como funciona cada especialización es obligatorio para componer un grupo equilibrado. Es importante a su vez entender sus habilidades y cuando es el mejor momento para emplearlas.

A la hora de avanzar con cada uno de ellos tendremos los recuerdos, la historia personal de cada uno de ellos que se desbloquea a medida que juguemos. Eso incluye algunas misiones personales que tendremos que completar para seguir avanzando en su trama. Para incentivar el seguir jugando, podremos desbloquear aspectos, función que aparecerá al avanzar algo en el juego y que se compra con una divisa que se mantiene entre partidas, y que también se utiliza para comprar reliquias o gestos sociales.

En definitiva, Nightreign es una propuesta muy arriesgada con buenas ideas que gustará a algunos pero decepcionará a otros. Si quieres una experiencia frenética y te gusta jugar en equipo, disfrutarás sin ninguna duda. Eso sí, sacrificando algunos de los mejores aspectos que definen a un Souls, como poder construir a tu personaje a tu ritmo o equiparte a tu antojo con tus armas y armaduras predilectas.

Plataforma analizada: PlayStation 5

Lo mejor:

• El balance de clases y las sinergias de grupo.
• Los eventos aleatorios y el frenetismo de cada partida.
• El diseño de algunos de los jefes finales son de los mejores creados por From Software.

Lo peor:

• Le habría venido bien algún mapa adicional para evitar la sensación de repetición.
• La falta de mayor personalización dentro de la partida y fuera de ella.
• La dificultad puede ocasionar frustración y fatiga en las derrotas, sobre todo porque el juego te penaliza si abandonas aunque sepas que vas a perder.
• Demasiado contenido reciclado del juego original.

75/100