Simeone traza su plan en el Atlético de Madrid
Le salió a medias el plan a Diego Simeone Simeone y a su Atlético de Madrid en la visita al Manchester City en los cuartos de final de la Champions League. En parte sí, porque rebajó las ocasiones de su adversario y la eliminatoria se traslada viva al Wanda Metropolitano. Y en parte no, porque fue derrotado por 1-0 y porque apenas salió de su territorio, sin ningún tiro ni dentro ni fuera ni a ningún lado en los primeros 92 minutos y 56 segundos de la eliminatoria, a la que necesita darle un vuelco como hizo en 2016 ante el Barcelona.
Entre ambas dimensiones contrapuestas en el estadio Etihad circula el análisis de un encuentro que sostiene al conjunto rojiblanco para el choque de vuelta, pero también lo advierte de lo que le pasó hace poco más de un año en los octavos de final. Entonces protagonizó un partido muy similar contra el Chelsea en la ida (perdió 0-1 en Bucarest), pero, cuando debió atacar, cuando necesitó parámetros diferentes, más exigentes y ofensivos, cuando no valía sólo con contener, posicionarse y resistir, fue devorado por el club inglés en Londres (2-0).
El Atlético aún no ha ganado en el Metropolitano
Ahora cambia el rival y, sobre todo, el escenario. El Metropolitano, donde el Atlético no ha ganado ninguno de sus cuatro compromisos de esta edición de la 'Champions'. Ni al Oporto (0-0) ni al Liverpool (2-3) ni al Milan (0-1) ni al Manchester United (1-1).
Su única victoria en esa competición como local los dos últimos cursos fue el 3-2 con el que se impuso la pasada campaña al Salzburgo. Entonces también igualó con el Bayern (1-1) y el Lokomotiv Moscú (0-0).
De sus once marcadores en casa en el máximo torneo europeo entre esta campaña, la pasada y la anterior (2019-20), el Atlético sólo superaría la eliminatoria ahora con uno de ellos (2-0 al Lokomotiv Moscú, en 2019-20) y provocaría la prórroga con tres (3-2 contra el Salzburgo, el pasado ejercicio, y 1-0 contra el Liverpool y el Leverkusen, en 2019-20), aunque la cantidad de resultados válidos crece desde la inauguración del Metropolitano.
Desde que juega ahí la Champions, desde 2017-18, el equipo de Diego Simeone ha disputado 18 encuentros del torneo en su estadio, de los que seis le valdrían para superar la eliminatoria ante el City (3-1 al Brujas, 2-0 al Dortmund, 2-0 al Monaco y 2-0 al Juventus, en 2018-19; 2-0 al Roma, en 2017-18; y el citado 2-0 al Lokomotiv) y tres para forzar el tiempo extra (los citados 3-2 al Salzburgo y 1-0 al Liverpool y al Leverkusen). Los otros nueve lo eliminan.
Del 2-1 del Camp Nou al 2-0 en el Calderón en 2016
Nunca antes, en ese estadio, el Atlético de Simeone ha debido levantar una desventaja de un gol del partido de ida en la Liga de Campeones. Sí lo hizo en el Vicente Calderón, que rememora dos referencias: una de menos peso, como fue el 1-0 contra el Bayer Leverkusen en 2014-15 para superarlo después en los penaltis; y otra de más calado, cuando cayó por 2-1 en los cuartos de final de 2015-16 contra el Barcelona en el Camp Nou, en un ejercicio de supervivencia en la ida con inferioridad numérica, y remontó en su campo por 2-0.
Los dos goles los marcó Antoine Griezmann, el 1-0 en el minuto 35 y el 2-0 en el 87, para dar el pase al conjunto rojiblanco en el Vicente Calderón, en un duelo en el que Simeone manejó diferentes registros, la presión alta o media y el repliegue y del que persisten en la plantilla siete jugadores: Jan Oblak, Stefan Savic, José María Giménez (en duda para la vuelta por sus molestias musculares), Koke Resurrección, Yannick Carrasco y Ángel Correa, aparte del goleador francés, que este martes apenas recibió doce pases en hora y media de partido.
Aquel curso, el Atlético alcanzó la final de la Liga de Campeones, perdida en los penaltis en San Siro, en Milán, ante el Real Madrid, después de doblegar antes en semifinales al Bayern Múnich (1-0 y 2-1).
Otro asunto es la última vez que el Atlético perdió su partido de ida en una eliminatoria la Liga de Campeones, que fue en los octavos de final de la anterior edición. No dista nada el plan defensivo que ofreció este martes del que hizo entonces contra el Chelsea en el 'destierro' al estadio Nacional de Bucarest, cuando, en vez del 5-5-0 de este martes, se arropó en su campo con un 6-4-0 que tampoco impidió el 0-1, con gol de Olivier Giroud.
Un resultado decepcionante del que no se repuso en la vuelta en Stamford Bridge. Cuando debió dar un paso al frente, ser más ofensivo, rebuscar el gol, se quedó en nada en el duelo de vuelta ante el Chelsea.
El Manchester City, atascado ante Simeone
Y necesita atacar, marcar y ganar, en ese orden, al City, por el gol de Kevin de Bruyne en el minuto 70, que alteró el éxito del plan defensivo (una parte del plan) que se propuso el técnico, contrariado cuando su equipo, sobre todo en el primer tiempo, no era capaz de sostener la pelota más de dos pases seguidos ni de salir al contragolpe más allá de su territorio, como también pretendía. No se trataba sólo de defender.
Una vez avanzado el primer tiempo debió recurrir a las visibles dos líneas de cinco en su repliegue, cuando debió modificar la posición de Joao Félix y Antoine Griezmann para recolocarlos desde la delantera a los extremos para evitar la fisura que promovía sobre todo Joao Cancelo cuando avanzaba con el balón al espacio que quedaba en el 5-3-2 entre Renan Lodi y Geoffrey Kondogbia.
Entonces, el equipo rojiblanco destinó a su adversario a un ejercicio de paciencia, en el que el grupo de Pep Guardiola tampoco arriesgó, consciente de que el 0-0 no era nada dañino para él y para sus posibilidades en un pulso bajo su control y a la espera de la ocasión del 1-0. "Estos partidos hay que meter la que tienes y el resto controlar", remarcó Rodrigo Hernández, el medio centro del conjunto inglés, al término del choque.
Cierto que el Atlético lo rebajó a sólo cuatro ocasiones (dos tiros de De Bruyne, además del gol, y un remate alto de John Stones, todas en el segundo tiempo) y a nada más dos tiros entre los tres palos (el promedio del City en esta temporada de la Liga de Campeones era de 6,38 antes de este compromiso), pero también que recibió un gol que invalida cualquier empate y derrota en el encuentro de vuelta para seguir adelante en el torneo en el equipo rojiblanco y limita el efecto de un triunfo por un gol a la prórroga.
Sin remates a puerta por cuarta vez con Simeone
En defensa le salió casi perfecto el planteamiento a Simeone, porque logró que en 69 minutos, hasta el gol, no sucediera nada. Pero no en la vertiente ofensiva. No hubo ningún tiro del Atlético entre los tres palos. Tampoco fuera. Ni siquiera uno bloqueado por sus adversarios. Lo más cercano a una ocasión fue un contragolpe que Marcos Llorente no supo definir si con un pase o con un tiro, ya en el segundo tiempo, y que se quedó en el término medio de las manos del portero Ederson, que no necesitó ni una sola parada más.
Las estadísticas también son expresivas en ese sentido en el equipo rojiblanco, que sólo irrumpió en el área contraria cinco veces (dos mediante el pase y tres a través de la conducción por las 16 de su adversario), pero, aún más descriptivo, sólo sobrepasó el último tercio del terreno de juego con la pelota en su poder en 21 ocasiones (por las 132 que lo hizo el City).
En toda la era Simeone, el Atlético sólo ha repetido cero remates entre los tres palos en cuatro partidos enteros de los 87 que ha afrontado en la Liga de Campeones. De los tres anteriores, uno corresponde a esta temporada, la derrota por 2-0 contra el Liverpool en la fase de grupos; uno a la pasada, cuando perdió 0-1 con el Chelsea en Bucarest; y uno a 2018-19, cuando el Juventus lo apabulló y lo eliminó en 2018-19 por 3-0. Entonces, cada uno de esos resultados, se consideraron un fiasco. Ahora queda la vuelta en el Metropolitano. Debe rematar.